Una corte holandesa condena a 17 miembros de organización criminal e impone 3 cadenas perpetuas
Una corte holandesa condenó a 17 sospechosos el martes en el largo juicio a una organización clandestina relacionada con una serie de asesinatos. Los jueces impusieron cadenas perpetuas a tres de ellos, incluido el que fuera el fugitivo más buscado del país, Ridouan Taghi.
Taghi y varios coacusados no estaban presentes el último día del juicio en un fortificado tribunal a las afueras de la capital holandesa. Policías fuertemente armados y con chalecos, cascos y máscaras patrullaban las calles en torno a la corte mientras autos que llevaban a varios de los acusados llegaban a un estacionamiento subterráneo para asistir a la vista.
El juicio y otros tres asesinatos vinculados al caso han fascinado y conmocionado a los holandeses y dejado al descubierto la letal realidad del submundo clandestino impulsado por la droga en el país.
El hermano de un testigo crucial, identificado sólo como Nabil B., su abogado y un periodista que actuaba como confidente del testigo fueron asesinados en los casi seis años desde que comenzó el juicio.
El abogado Derk Wiersum murió baleado ante su casa de Ámsterdam el 18 de septiembre de 2019. Dos hombres han sido condenados por asesinato en ese caso.
El periodista Peter R. de Vries también fue baleado en Ámsterdam cuando caminaba hacia su auto desde un estudio de televisión, el 6 de julio de 2021. Murió nueve días después por sus heridas. La fiscalía ha pedido cadena perpetua para tres sospechosos del asesinato.
Esos crímenes le dieron a un juicio ya sombrío “un marco negro”, indicó el juez que presidía la corte ante una sala abarrotada. Funcionarios judiciales pidieron a los medios que no identificaran a los jueves por su nombre por motivos de seguridad.
El juez lamentó que De Vries “nunca volverá a sentarse en la banca de prensa” de la sala.
El rey de Holanda, Guillermo Alejandro, describió el ataque a De Vries como “un ataque al periodismo, la piedra angular de nuestro estado constitucional y por lo tanto también un ataque al Estado de derecho”.
Taghi fue uno de los hombres más buscados de Holanda hasta que fue detenido en Dubái en 2019 y enviado de vuelta a casa para enfrentar un juicio. Él y otros sospechosos estaban acusados de estar implicados en seis asesinatos y cuatro intentos de asesinato.
La fiscalía alegó que los acusados formaban parte de una “organización asesina completamente carente de escrúpulos, que ha matado a gente de forma descuidada e indiferente”. Los fiscales añadieron que los múltiples asesinatos no sólo golpearon a los allegados de los fallecidos, "sino que también han tenido efectos más amplios en la sociedad”.
Los abogados de la defensa habían pedido su absolución. La corte rechazó los argumentos de que el juicio era injusto y los sospechosos ya habían sido condenados ante la opinión pública.
La corte concluyó que la declaración de Nabil B. era fiable y podía utilizarse como prueba. El testigo también fue juzgado y condenado a 10 años de prisión. Otros sospechosos recibieron penas entre la cadena perpetua y algo menos de dos años de cárcel.
La corte también aceptó mensajes telefónicos descifrados como prueba en sus veredictos. Los abogados de los sospechosos alegaron que ese material no podía utilizarse en el juicio.
Las condenas y sentencias podían apelarse.