430 muertos en una semana, Estados Unidos se encamina hacia el peor año de violencia armada en décadas
La violencia superará los tiroteos en 2020 que ya fue un año récord
Una celebración estridente en Wisconsin por la victoria del campeonato de la NBA de los Bucks de Milwaukee. Un grupo de adolescentes jugando en el estacionamiento de una iglesia en Utah. Una tienda abarrotada en el oeste de Filadelfia. Una mujer que escapa de la violencia doméstica con su hijo pequeño en Kansas. Un joven de 15 años jugando videojuegos con un primo en su habitación en San Antonio. Estos son solo algunos de los lugares donde la epidemia de violencia armada sin precedentes en Estados Unidos asomó la cabeza durante la última semana.
Entre el 17 y el 23 de julio, hubo al menos 915 tiroteos en los EE.UU., matando al menos a 430 e hiriendo a más de 1,000 personas, según un análisis de ABC News de datos del Gun Violence Archive, un grupo sin fines de lucro.
La ola de tiroteos pone al país en camino a otro año récord de violencia armada, después de que 2020 llegó a los titulares como el más mortífero en al menos dos décadas, con más de 43 mil muertes por armas de fuego. Este año se han reportado más de 24 mil. La semana pasada, le dispararon a alguien cada 10 minutos.
“Esta semana es indicativa de un gran problema sistémico a más largo plazo en el que las personas tienen miedo de salir a los parques y de ir a los centros comerciales porque saben que cuando van a un partido de béisbol, habrá un drive-by (tiroteo desde un auto en marcha)”, dijo a ABC Mark Bryant, director ejecutivo de GVA. "Ha sido una semana muy normal y deberíamos estar horrorizados".
Los tiroteos que iban desde batallas de pandillas hasta tiroteos masivos, violencia doméstica y suicidio, se concentraron de manera desproporcionada en áreas que ya estaban en desventaja de otras maneras: áreas urbanas pobres, con grandes comunidades de diferentes culturas, que aún llevan el legado de décadas de subinversión y segregación.
"La violencia con armas de fuego está altamente concentrada en vecindarios con altas tasas de privación económica, trauma asociado con violencia pasada, ahora COVID y escaso acceso a recursos", dijo el experto de la Universidad de Boston Jonathan Jay a principios de este año, reflexionando sobre el aumento de tiroteos en medio de un aumento de los delitos violentos .
“También son los más deteriorados físicamente y los menos propicios para la construcción de comunidades en espacios compartidos. Necesitamos ver que no es una coincidencia que todas estas cargas recaigan abrumadoramente sobre las personas afroamericanas”.
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Si bien los estadounidenses compraron un número récord de armas durante la pandemia, un estudio reciente del Programa de Investigación para la Prevención de la Violencia de la Universidad de California en Davis, descubrió que el aumento de los tiroteos no estaba relacionado con el aumento de las ventas de armas.
"Necesitamos analizar otros factores, como la pérdida de empleo, cambio económico, el cierre de escuelas, organizaciones comunitarias, organizaciones sin fines de lucro y disturbios civiles", dijo aThe Guardian Julia Schleimer, autora principal del nuevo estudio realizado a principios de este mes.
Pero cambiar el sangriento status quo parece tan improbable como siempre. La mayoría de los estadounidenses apoyan leyes de armas más estrictas, pero Estados Unidos también es la sociedad más fuertemente armada del mundo, con 121 armas de fuego por cada 100 personas. A pesar de los tiroteos aparentemente interminables, incluidas las tragedias masivas en ciudades como San José y Atlanta, los legisladores estatales y federales han hecho poco para combatir los tiroteos o abordar las disparidades sociales subyacentes que los causan.
Durante la campaña, Joe Biden habló de una ambiciosa agenda para combatir la violencia armada, que incluye la prohibición de las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad, la recompra voluntaria de armas y el fin de las protecciones legales para los fabricantes de armas.
Pero hasta ahora, aparte de algunas acciones ejecutivas modestas durante la primavera, la legislación demócrata que cerraría las lagunas en las verificaciones de antecedentes y daría a las autoridades más tiempo para los controles de seguridad, no ha podido ir más allá de ser aprobada en la Cámara de Representantes.
En el Senado donde cada estado tiene dos representantes, independientemente de la población, los estados pequeños y conservadores con grandes poblaciones rurales, con una gran cantidad de propietarios de armas ejercen una influencia desproporcionada, incluso cuando la influencia de organizaciones como la Asociación Nacional del Rifle, ha disminuido en los últimos años en medio de demandas y escándalo.