Charlottesville fundirá controversial estatua de líder confederado, clave en manifestación del 2017
La estatua se convertirá en una obra de arte público enfocada en la justicia racial y la inclusión
Una polémica estatua del general confederado Robert E. Lee que era el punto focal de la mortal manifestación de supremacistas blancos “Unite the Right”, realizada en 2017 en Charlottesville, Virginia, será fundida y transformada en una obra arte público antirracista.
El martes, el consejo de la ciudad de Charlottesville votó 4 a 0 para donar la estatua del líder confederado a un museo de historia afroamericana, que planea fundir el monumento de 1.100 libras (498 kilos) para incorporar el material a una nueva obra de arte público que los organizadores dicen “transformará un símbolo nacional del supremacismo blanco en una nueva obra de arte que reflejará la justicia racial y la inclusión”.
La estatua se llevará al Centro de Herencia Afroamericana de la Escuela Jefferson. La institución planea darle un nuevo fin a la estatua como parte de un proyecto que llama “Espadas en arados”, que superó otras cinco ofertas sobre qué hacer con el ofensivo monumento, así como ofertas para comprarlo por casi US$100.000.
El centro todavía está pensando en qué hacer con los materiales, y dijo en un vídeo promocional de la campaña que la instalación será un “proyecto comunitario” y que cualquier diseño se basará en “un proceso de participación comunitaria de seis meses en el que los residentes de Charlottesville pueden participar en foros para ayudar a determinar cómo se puede representar el valor social de la inclusión a través del arte y el espacio público”.
El monumento no fue erigido durante la Guerra Civil en sí, sino en 1921, en medio del resurgimiento del grupo terrorista supremacista blanco Klu Klux Klan y de un esfuerzo cultural más amplio para recuperar un pasado heroico sureño durante la segregación de Jim Crow.
Para muchos de los residentes de la ciudad, la estatua, que representa a un hombre que estaba dispuesto a unirse a una causa que se separaría de los Estados Unidos antes de abandonar la esclavitud, era un símbolo de violencia racista.
Casi 100 años después, esa violencia se volvió literal, cuando un plan de 2017 para retirar la estatua inspiró a cientos de manifestantes de extrema derecha a realizar la infame manifestación “Unite the Right” en la ciudad.
Allí, manifestantes con antorchas corearon: “¡Los judíos no nos reemplazarán!”, y un supremacista blanco arremetió con un auto contra una multitud de contramanifestantes, matando a una mujer llamada Heather Heyer.
Después de los hechos violentos, los miembros de la comunidad cubrieron la estatua con graffiti, y las autoridades continuaron con los planes para quitarla, removiéndola de su base este verano. Algunos miembros de la comunidad se opusieron al retiro, argumentando que violaba una oscura ley estatal que prohibía la remoción de monumentos de guerra, pero la Corte Suprema de Virginia ratificó los planes en abril.
La estatua de Lee no es el único monumento confederado que se retira en el estado. El domingo, el gobernador de Virginia, Ralph Northam, anunció que un pedestal que solía contener su propio monumento a Lee en la ciudad de Richmond, la antigua capital confederada, sería removido.
“Esta tierra está en el medio de Richmond, y sus habitantes determinarán el futuro de este espacio”, dijo Northam en ese momento. “El Commonwealth quitará el pedestal, y anticipamos una remoción segura y una conclusión exitosa de este proyecto”.