¿Qué representa Andrew Tate para las mujeres musulmanas como yo?
Solo me queda esperar que su arresto por fin lo desacredite y genere conciencia sobre su peligrosa ideología misógina que discrepa totalmente del Islam
¿Es él? Esa cabeza calva y brillosa, la barba cuidada y los lentes de sol gradientes que gritan “Soy una celebridad” son inconfundibles. Un clip de cuatro minutos de Andrew Tate, personaje controvertido conocido por sus declaraciones vulgares e incendiarias sobre las mujeres, invadió mi espacio personal por medio de un vídeo de WhatsApp reenviado a mi teléfono. Antes de esto, yo había evitado activamente investigar o discutir sobre Tate, a pesar de su notoriedad en las redes sociales; no me agradaría darle más protagonismo a un misógino autoproclamado que ya es una de las personas más buscadas en Google.
Pero esta vez cedo y una búsqueda rápida me lleva al vídeo original, publicado en YouTube hace un año por una cuenta de pódcast de “superación personal masculina” que tiene la sección “Miércoles de mujeriegos”. En la entrevista de tres horas, Tate escupe algunas declaraciones retorcidas y simplistas sobre el islam en su aparente intento de elogiar la religión.
Quienes comparten su contenido, en particular los hombres mayores que no están en las redes sociales, podrían ignorar el hecho de que Tate es un misógino controvertido y notorio, y que lo arrestaron el 29 de diciembre en Rumanía bajo sospecha de violación y trata de personas (después de un intercambio en Twitter bastante satisfactorio con Greta Thunberg). Junto con su hermano, están investigando a Tate por el secuestro de dos mujeres jóvenes y participación en un grupo criminal que explota sexualmente a las mujeres.
Desafortunadamente, los hombres musulmanes se han unido a la multitud de seguidores virtuales de Andrew Tate desde su conversión a la religión hace dos meses. Muchos están encantados con que un practicante de kickboxing occidental convertido en influencer, popular y sin filtros, tenga cosas buenas que decir sobre el Islam. Aunque algunos ignoran el ascenso a la fama de Tate y sus sentimientos preocupantes contra las mujeres, otros son conscientes de su pasado, pero afirman que su conversión al Islam significa que está “perdonado” por pecados pasados y empezará desde cero.
A raíz de la conversión de Tate, los rincones de Twitter han sido testigos de acalorados debates entre los musulmanes sobre cómo no podemos “juzgar” a un hermano del Islam, y cómo debemos acogerlo en la fe y suponer lo mejor de él, de acuerdo con nuestra ética religiosa. Pero como mujer musulmana que cree que el Islam trata a las mujeres con dignidad y honor, no puedo evitar tomarlo como algo personal y sentirme herida y poco respetada cuando me topo con una cita o apoyo a Tate, o un vídeo de WhatsApp reenviado.
Te lo explico.
En una entrevista de pódcast el año pasado, Tate declaró: “Soy absolutamente sexista y absolutamente misógino”.
Durante el movimiento #MeToo en 2017, Tate tuiteó su creencia de que las víctimas de violación tienen cierta responsabilidad por ser agredidas, y por consiguiente fue vetado de la plataforma (recientemente restauraron su cuenta después de la adquisición de Elon Musk). En agosto de 2022, fue vetado de TikTok, Instagram, Facebook y YouTube por violar las políticas de incitación al odio y las pautas de la comunidad de estas plataformas.
Entre innumerables momentos controvertidos, Tate ha dicho que las mujeres “pertenecen a los hombres” y deben “cerrar la p*** boca, tener hijos, quedarse en casa, callarse y preparar café”. No me atrevo a escribir algunos de sus comentarios más coloridos sobre mi género, muchos de los cuales son muy ofensivos y, francamente, bastante aterradores de leer como mujer.
El discurso de Tate, repleto de groserías, descripciones despectivas de las mujeres y una ideología misógina en general, le resulta atractivo a hombres radicalizados y privados de sus derechos, cuya idea de masculinidad está ligada a la subyugación de las mujeres. Por desgracia, sus opiniones coinciden en parte con las interpretaciones que las facciones extremistas suelen atribuir erróneamente al islam: el tipo de hiperpatriarcado que practican grupos como los talibanes, pero que no refleja la religión que la mayoría de los musulmanes practican hoy en día.
La interpretación distorsionada de “islam” que Tate respalda no es la que me esfuerzo por practicar y encarnar, y diría que su conversión perjudicó en extremo a los musulmanes. Las interpretaciones patriarcales de mi religión ya han sido bastante analizadas por parte de los ultraconservadores, y lo último que necesitaba era que un misógino muy expresivo declarara su lealtad. Es una vergüenza para ser honesta; algo que hay que esconder debajo de la alfombra, no celebrar ni alardear. Sin embargo, muchos hombres musulmanes celebraron la conversión de Tate, una reacción que solo le falta el respeto a las mujeres y valida la violencia contra ellas.
En un vídeo, Tate habla sobre cómo encontrar una esposa “islámica de m**rda”para guardar junto a un montón de piedras “por si se pone fresca”, en alusión a la violenta y arcaica práctica de la lapidación.
Conmocionadas y perturbadas por el hecho de que hay hombres en nuestras comunidades que citarían a Tate en lugar de denunciarlo inequívocamente, las mujeres musulmanas han expresado abiertamente los peligros que la popularidad de Tate representa para nuestras comunidades. Yousra Imran, autora de Hijab and Red Lipstick, escribió que su conversión fue un “golpe” a las mujeres musulmanas, y que ella era tanto “cautelosa” y “escéptica” de sus motivaciones para unirse al Islam. “Sospecho que son las percepciones erróneas de los blancos islamófobos y orientalistas del islam como una religión que permite la violencia hacia las mujeres las que son la base de la conversión de Tate”, ella escribió.
En un artículo para Muslim Matters, Maryam Amir, fundadora de Qariah, una aplicación que concentra lecturas del Corán por parte de mujeres, aclara que lo problemático no es su conversión, sino la forma en que algunos hombres musulmanes han reaccionado con júbilo. Ella señala que la identidad y la plataforma que Tate ha construido para él mismo contradicen la tradición del profeta Mahoma de honrar y empoderar a las mujeres, y afirma: “El Profeta está asociado con la elevación de las mujeres. Comparémoslo con Andrew Tate, cuya marca está asociada con hombres que dañan y cosifican a las mujeres”.
Un artículo reciente publicado por The Muslim Vibe disecciona las formas en las que Tate ciertamente no es un modelo a seguir ideal para los musulmanes, desde su arrogancia y uso de lenguaje abusivo hasta su materialismo excesivo.
Afortunadamente, hay eruditos musulmanes varones que también están hablando. Bilal Ware, por ejemplo, se ha manifestado abiertamente en contra de la proclamación de Tate y su conversión. Su reciente publicación en Instagram dice: “La ‘esfera masculina musulmana’ se convirtió en un terreno reservado para que hombres castrados e intimidados se hagan los duros intimidando a las mujeres. El islam no es así”. Sin embargo, incluso en los comentarios de esta publicación, hay una gran cantidad de hombres musulmanes que defienden el “musulmanismo” de Tate”. Uf.
A pesar de estos esfuerzos por resaltar las discrepancias entre la plataforma de Tate y el islam, los vídeos de sus diatribas siguen acumulando visitas. Solo me queda esperar que su arresto por fin lo desacredite y genere conciencia sobre su peligrosa ideología misógina que discrepa totalmente del Islam. Si tienen algo de sentido común, sus seguidores musulmanes se distanciarán del hombre al que colocaron previamente en un pedestal, en especial si se le declara culpable de los actos por los que se sospecha que lo arrestaron.
“Los musulmanes son las únicas personas que defienden su religión: defienden sus creencias, se niegan a que se burlen de ellos… Respeto a las personas que defienden lo que creen”, afirma Tate en el vídeo de hace un año antes mencionado que me enviaron por WhatsApp.
Aunque Tate se refería a los estereotipos que incitan a la violencia, esta declaración resonó irónicamente en mí. Supongo que me respetará por negarme a sentarme mientras se burla del islam y por defender mi fe, que no se parece en nada a la ideología que promulga.
Oh, espera, soy una mujer, y si algo está claro, es que Tate no respeta mi género.
Traducción de Michelle Padilla