Bob Saget murió debido a una lesión en la cabeza que pensó que no fue nada, yo sé lo fácil que puede suceder
En 2015, caí de más de 20 pies de un árbol de secoya y sufrí una lesión cerebral traumática tan grave que terminé en un coma por 10 días. En 1980, una amiga de la infancia de mi madre cayó menos de dos pies del capó de un auto en el que estaba sentada y murió
Después de que la familia de Bob Saget anunció el miércoles que su muerte el 9 de enero se debió a una contusión cerebral que él no pensó que era algo “tan grave”, la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Cuándo es que una lesión en la cabeza no es grave?
Clasificada de forma técnica como una lesión cerebral traumática leve, una contusión cerebral en general se trata como algo no tan grave, y se recarga en gran medida hacia la parte de “leve” en su terminología. Pero a principios de febrero del 2022, un informe por parte de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina afirmó que clasificar a las lesiones cerebrales traumáticas como “leve”, “moderada” y “grave” ha provocado muertes innecesarias. Que se dieran a conocer las circunstancias que rodearon la muerte de Saget justo después de su publicación se sintió como un ejemplo macabro de la validez del informe, y un recordatorio de que nuestros cerebros son más frágiles de lo que quisiéramos creer.
Si la nomenclatura es el problema con nuestra manera de evaluar las lesiones en la cabeza, tal vez debamos dejar de llamar a las contusiones cerebrales “contusiones cerebrales” y decir la verdad: son lesiones cerebrales traumáticas.
En 2015, caí de más de 20 pies de un árbol de secoya y sufrí lo que fue clasificado como una lesión cerebral traumática grave. Como resultado, terminé en un coma por 10 días y quedé discapacitado de forma permanente a los 25 años, pero sobreviví. En 1980, una amiga de la infancia de mi madre cayó menos de dos pies del capó de un auto en el que estaba sentada frente a su escuela, su cabeza se golpeó contra la acera y ella murió a los 14 años. Las lesiones en la cabeza son extremadamente específicas para cada individuo y siempre deben tratarse como mortales en potencia.
De acuerdo con el sistema de calificación de la escala de coma de Glasgow, el cual se usa para clasificar las lesiones cerebrales traumáticas de graves a leves, es decir un número más bajo se considera de peor gravedad, las contusiones cerebrales a menudo reciben un 9, ya que es muy raras ocasiones resultan en la pérdida del conocimiento. Pero eso no supone al daño axonal difuso que un cerebro puede sufrir incluso con una sacudida leve. Te explicaré el daño axonal difuso pidiéndote que imagines una gelatina dentro en un tupper de plástico con la tapa puesta. La gelatina es tu cerebro y el Tupperware es tu cráneo. Agita el Tupperware y el recipiente evita que la gelatina se derrame, pero la gelatina rebota dentro y ninguna parte de la gelatina permanece intacta, ni siquiera las porciones en el centro que no tocan los lados.
Es decir que, cuando te golpeas en la cabeza, no necesitas que un objeto penetre tu cráneo para causar daño a las regiones de tu cerebro ubicadas en los sectores más profundos; partes como el cerebelo, que controla la respiración y el ritmo cardíaco. En mi caso, tuve una lesión craneal cerrada que se convirtió en ataxia, o problemas de equilibrio, debido al daño en mi cerebelo, así como también en una incapacidad para regular la temperatura de mi cuerpo debido al daño a mi hipotálamo. También tengo neuropatía, dolor nervioso fantasma y espasmos, y una gran cantidad de otros déficits.
Para mí, la parte más triste de la historia de Bob Saget es que su muerte se pudo evitar. Lo lamento por su familia, que no tenía por qué soportar esta trágica pérdida de vida. Solo puedo esperar que esto ayude a cambiar la forma en que hablamos acerca de las lesiones en la cabeza y cómo todos manejaremos cualquier trauma en la cabeza en el futuro.