El programa político de Joe Biden está en la cuerda floja
Cuando Joe Manchin tomó su decisión hace unos días, según los informes, los empleados del partido Demócrata lloraron de lo devastados que estaban
Cuando Joe Biden regrese a Washington, tal vez desee haberse quedado en el Medio Oriente. Su viaje al extranjero podría haber sido difícil, pero su programa político interno corre el riesgo de ser aniquilado por completo.
Recapitulemos. El miércoles pasado, los planes de Biden recibieron un duro golpe cuando la Oficina de Estadísticas Laborales reveló que la inflación llegó al 9,1 por ciento en los últimos 12 meses, lo que la ubica en un máximo de 40 años. La desastrosa cifra de inflación sin duda asustará al senador Joe Manchin, el voluble demócrata conservador de Virginia Occidental, quien ha mencionado varias veces su preocupación por la inflación como una de las principales razones para eliminar de forma unilateral el gigantesco paquete de gastos del presidente, Build Back Better.
Y tan pronto como llegaron los datos, los demócratas del Senado comenzaron a adaptar sus conversaciones con los reporteros para una audiencia del residente de casas flotantes más famoso de Capitol Hill.
Últimamente hubo rumores de que Manchin y el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, podrían resucitar una versión bastante reducida de la legislación que se centraría en el precio de los medicamentos con receta, aumentos de impuestos para los ricos, lucha contra el cambio climático y subsidios continuos para Obamacare. El presidente del Comité de Finanzas del Senado, Ron Wyden, que ha trabajado bastante para apaciguar a Manchin, afirmó de manera bastante poco convincente que los números deberían hacer que el proyecto de ley sea más atractivo.
“Creo que, por ejemplo, en materia de energía, las cifras recientes constituyen nuestro argumento a favor de nuestro proyecto de ley”, le dijo a nuestro reportero el jueves. El informe del Índice de Precios al Consumidor mostró que el índice de la gasolina por sí solo subió un 11,2 por ciento en el último mes. Esto, comentó Wyden, “defiende la idea” de la propuesta del paquete de promover la energía renovable a largo plazo, lo que es la lógica que haría que EE.UU. sea menos dependiente de los combustibles fósiles.
De manera similar, la senadora Elizabeth Warren de Massachusetts le comentó a la prensa el miércoles que era importante diferenciar qué tipos de acciones gubernamentales podrían exacerbar la inflación y cuáles moderarla. “Es importante entender cuáles cambian la inflación agregada”, aclaró, “y cuáles no. Cuando el gasto es para incorporar a más trabajadores a la fuerza laboral, por ejemplo, como el cuidado infantil universal, y se paga en su totalidad con los impuestos a los ricos, no resulta en el aumento de la inflación”.
Todo esto sonaba como si los demócratas remaran a contracorriente, que se esforzaran en vano para poner a Manchin en su rincón y mantenerlo allí. Sin embargo, las preocupaciones de Manchin persistieron. Y el jueves, en lo que debe haber parecido un ataque directo, The Washington Post informó que Manchin tenía demasiadas dudas con respecto a la inflación y que no podía apoyar aumentos de impuestos a los ricos o nuevas disposiciones climáticas. The New York Times informó que los empleados demócratas derramaron lágrimas al escuchar la noticia.
Pero aunque el dolor de los demócratas haya durado toda la noche, la alegría (al menos la esperanza) llegó por la mañana cuando Manchin le comentó al presentador de charlas de WV Metro News, Hoppy Kercheval, que quería una pausa. “Dije, ‘Chuck, ¿podemos esperar hasta que las cifras de inflación salgan en julio? Esperar a ver, básicamente, la tasa de la Reserva Federal, a ver si van a aumentar los intereses’”, contó.
Al final del día, Biden expresó que si el Senado no actuaba sobre el cambio climático, tomaría medidas ejecutivas. Pero no mencionó el nombre de Manchin. Como informó Jeff Stein deThe Washington Post, durante el alboroto de las negociaciones de Build Back Better en diciembre pasado, la Casa Blanca emitió un comunicado que mencionaba a Manchin a pesar de sus protestas, lo que al parecer lo llevó a terminar las negociaciones.
La última declaración de Biden puede haber sonado como una amenaza. Pero en verdad, fue una admisión de que ya no le quedan muchas cartas por jugar. Cualquier orden ejecutiva que pueda emitir la podría revertir de forma fácil un futuro presidente republicano, y la ley codificada tiene más posibilidades de sobrevivir en los tribunales que la acción ejecutiva unilateral.
Por ahora, el programa político de Biden no está del todo vencido, pero sí es cierto que está en la cuerda floja.