La posición actual de fortaleza económica relativa de Rusia podría ser de corta duración
La dependencia del petróleo y el gas es actualmente una fortaleza, pero a medida que el mundo se aleje gradualmente de los combustibles fósiles, lo será menos, escribe Hamish McRae
¿Podrían las sanciones económicas realmente dañar a la economía rusa si hubiera una invasión de Ucrania? La respuesta más probable es que no mucho. A corto plazo, Rusia está fuertemente posicionada. Pero a la larga, Rusia es en realidad mucho más débil de lo que parece y se enfrenta a un futuro muy difícil en los próximos 30 años.
No es útil especular aquí sobre lo que Rusia podría hacer en las próximas semanas, o los detalles de la respuesta de Occidente. Eso es para los estrategas políticos y militares. Pero hay algunas realidades económicas básicas que no cambiarán mucho, haga lo que haga Rusia, y la primera de ellas es la dependencia del país de los ingresos del petróleo para financiar al gobierno.
En este momento, esas son muy buenas noticias para Rusia. Los ingresos del petróleo y el gas suministran alrededor de un tercio de los ingresos del gobierno. Ha presupuestado un precio del petróleo de alrededor de US$45 el barril. El precio actual de alrededor de US$86 por barril es casi el doble. Si el rublo ruso cayera frente al dólar debido a las sanciones, en realidad aumentaría el valor de los ingresos en términos de rublos. El aumento de los precios del gas ha sido incluso mayor que el del petróleo, por lo que si Rusia aún es capaz de encontrar mercados para su petróleo y gas, tiene el dinero para financiar lo que decida hacer.
¿Le resultará más difícil a Rusia vender su petróleo y gas? Realmente no. China es el mayor importador de petróleo del mundo y Rusia fue su segundo mayor proveedor en 2020, solo por detrás de Arabia Saudita. Sería ingenuo pensar que China comprará menos petróleo por una medida que se toma en Occidente. En cualquier caso, Europa depende desesperadamente de Rusia para el gas, como lo demuestra la disputa por el nuevo gasoducto que baja por el Báltico desde Rusia hasta Alemania, Nord Stream 2. La instalación de la tubería está completa, y Alemania y la UE están bajo presión para detener su puesta en marcha. Pero Europa necesita el gas, por lo que el poder está en Rusia, sobre todo porque los principales gasoductos alternativos pasan por Ucrania. De hecho, el 16 por ciento del suministro de gas de Europa pasa por ese país.
Hay otras sanciones que, en teoría, podrían imponerse, como excluir a Rusia del sistema de pagos internacionales SWIFT, cuya sede está en Bruselas. Pero eso sería un arma de doble filo, ya que Europa tiene que pagarle a Rusia por su gas de alguna manera. En cualquier caso, la renuencia de Alemania a suministrar incluso armas defensivas a Ucrania deja claro que se opondría a imponer sanciones financieras graves contra Rusia.
Entonces, a corto plazo, Rusia tiene una mano fuerte. Pero si consideramos los años por venir, surge un panorama bastante diferente. El punto central es que la población de Rusia está decreciendo y se prevé que continúe con esta tendencia. La estimación central de las Naciones Unidas es que decrecerá de los 146 millones actuales a 136 millones para 2050. Esta cifra es menor a la que se tenía en el año 2000. También se prevé que el tamaño de la población activa clave, con edades entre los 25 y 64 años, decrezca de 83 millones en 2020 a 73 millones en 2030.
Hay otras debilidades estructurales. La dependencia del petróleo y el gas es actualmente una fortaleza, pero a medida que el mundo se aleje gradualmente de los combustibles fósiles, lo será menos. Por razones obvias, Rusia se esfuerza en atraer inmigrantes del occidente, mientras que muchos de sus ciudadanos más ambiciosos optan por emigrar, a menudo al Reino Unido. Por ejemplo, la aplicación bancaria Revolut fue creada en Londres por dos empresarios rusos, Nik Storonsky y Vlad Yatsenko. Se ha convertido en una de las empresas de tecnología financiera de mayor valor en el mundo.
Pero la principal preocupación de Vladimir Putin es algo más amplio. Rusia está descendiendo en la clasificación mundial en términos del tamaño de su economía. En 2018, Rusia era la undécima economía más grande del mundo. Para 2030, según las proyecciones de HSBC, su economía descenderá a la posición 13, aproximadamente del mismo tamaño que la de Australia. A diferencia de China, cuyo peso está creciendo en la economía global, Rusia está retrocediendo. En tanto que la agresión en Europa desaliente la inversión interna, es probable que lo que está haciendo el presidente Putin acelere el declive económico relativo del país.
El peligro para Rusia es que simplemente no es una economía lo suficientemente grande como para controlar un país con la mayor superficie terrestre del mundo. No tendrá suficiente gente ni suficiente riqueza para hacerlo.