Joe Biden arruinó un mensaje efectivo cuando pidió que Vladimir Putin dejara el poder
Editorial: La gira del presidente de EE.UU. por Europa se vio empañada por palabras sueltas
Vladimir Putin es un “carnicero”, declaró Joe Biden después de conocer a refugiados ucranianos en Polonia. Esto no es más que una descripción acertada de un líder brutal para quien la vida no vale nada. Por desgracia, el presidente estadounidense fue más allá de los meros hechos en la última línea de su discurso en Polonia, cuando declaró: “Por el amor de Dios, este hombre no puede permanecer en el poder”.
Es un sentimiento admirable, pero fue un error que Biden lo expresara. Parecía establecer la política estadounidense, razón por la cual los funcionarios de la Casa Blanca de inmediato “aclararon” que el presidente no quiso decir lo que dijo: “El punto del presidente fue que no se puede permitir que Putin ejerza poder sobre sus vecinos o la región. No discutía el poder de Putin en Rusia o el cambio de régimen”.
Ellos saben, incluso si Biden lo olvidó brevemente, que Putin está desesperado por que su lucha sea contra EE.UU. La cosmovisión del presidente ruso parece estar basada en la historia mítica del pueblo de la Gran Rusia, la cual incluye a ucranianos y otros euroasiáticos, en una lucha de civilizaciones contra el occidente decadente, liderada por una América moralmente comprometida. El creyó haber tomado las armas contra una élite “nazi” occidentalizada que oprime al pueblo ucraniano, solo para descubrir que los ucranianos no quieren ser parte de su imperio.
Putin quiere retratar la guerra entre Rusia y la alianza de la OTAN liderada por EE.UU. porque la alternativa es aceptar que es una guerra de agresión librada por el estado militar ruso contra sus vecinos y primos eslavos.
Por eso es importante que el presidente Biden, cuya gira por Europa había sido un éxito, se dejara enganchar en la forma en que Putin enmarca su guerra como un conflicto contra EE.UU. por poder.
Hasta ahora, el presidente estadounidense había evitado esta trampa. Rechazó imponer una zona de exclusión aérea sobre Ucrania y a suministrar aviones de combate polacos MiG-29. Esto provocó algunas críticas en casa, de un público estadounidense que piensa que no es “lo bastante duro” con Putin. Biden puede saber más que el público estadounidense que no quiere verse envuelto en una confrontación nuclear con el ejército ruso.
Parecía que el presidente Biden tenía una mejor idea. No hagas lo que tu oponente quiere que hagas. Proporciona a los ucranianos el equipo menos visible que necesitan. Hasta ahora, los ucranianos han podido mantener una zona de exclusión aérea, al utilizar misiles suministrados por Occidente.
Y hay que decirlo como es: Putin es un carnicero. Eso no es lo que quiere el pueblo ruso. Y si no les da lo que quieren, que es principalmente comodidad material y seguridad, como es para la mayoría de las personas en todo el mundo, no lo tolerarán por mucho tiempo. Ninguna cantidad de patraña mística sobre la Gran Rusia compensará la falta de pan, paz y tierra.
El presidente Biden interrumpió el error de Putin con un error propio. Necesita corregirlo y, en concierto con todos los amigos del pueblo ucraniano, necesita perseverar con la estrategia, que es decir la verdad sobre Putin y entregar las municiones.