Defensores LGBT+ condenan proyecto de ley federal ‘Don’t Say Gay’ respaldado por 33 republicanos de la Cámara
Una propuesta radical del Partido Republicano quitaría los fondos federales a las instituciones que promuevan “cualquier tema” que involucre a personas y problemáticas LGBT+
Un proyecto de ley respaldado por más de 30 republicanos de la Cámara de Representantes podría utilizarse para despojar de fondos federales a las escuelas, bibliotecas u hospitales públicos que reconozcan el mes del orgullo, acojan las populares horas de cuentos de drag queen o hagan cualquier mención a las personas LGBT+.
La medida del representante estadounidense Mike Johnson, de Luisiana, prohibiría a las instituciones que reciben fondos federales acoger debates, materiales y actos con “orientación sexual” en los que pudiera haber niños presentes.
Pero la definición de “orientación sexual” abarca ampliamente “cualquier tema” que implique “la identidad de género, la disforia de género, la transexualidad, la orientación sexual o temas relacionados”.
Los defensores del colectivo LGBT+ advierten que la ambigüedad del lenguaje del proyecto de ley se adopta a propósito, una versión similar pero más extensa de lo que los críticos han llamado proyectos de ley estatales “Don’t Say Gay”, utilizados para restringir la instrucción sobre las personas y eventos LGBT+ en las aulas.
Los críticos han acusado a la amplia propuesta de 33 republicanos de la Cámara de equiparar injustamente a las personas LGBT+ con el abuso infantil y sexual.
El director de asuntos gubernamentales de la Campaña de Derechos Humanos, David Stacy, aseguró que el proyecto de ley es el último intento “cruel” de los republicanos de la Cámara de Representantes de “estigmatizar y marginar a la comunidad, no en un intento de resolver los problemas reales, sino solo para emocionar a su base extremista”.
“Todos los estudiantes merecen sentirse seguros y acogidos en las escuelas, pero políticos como Mike Johnson están utilizando los engranajes del gobierno para indicar a los niños, a sus padres y a sus educadores lo que pueden leer, lo que pueden aprender, lo que pueden decir y lo que pueden ser”, declaró Stacy en un comunicado.
Alejandra Caraballo, instructora de la Clínica de Derecho Cibernético de la Universidad de Harvard, comparó la medida con la “Ley de Derechos de los Padres en la Educación” de Florida, que prohíbe ampliamente la instrucción en las aulas sobre orientación sexual e identidad de género y podría abrir la posibilidad de una demanda contra las escuelas, lo cual amenaza con congelar las conversaciones en las aulas entre los estudiantes y profesores LGBT+.
“Las universidades, las escuelas públicas, los hospitales, las clínicas médicas, etc., podrían perder el financiamiento si organizan cualquier evento en el que se hable de las personas LGBTQ y en el que podría haber niños presentes”, escribió Caraballo en Twitter. “La forma en que definen el ‘material con orientación sexual’ simplemente incluye cualquier cosa sobre las personas LGBTQ”.
Uno de los mecanismos de cumplimiento del proyecto de ley permitiría a los ciudadanos particulares presentar demandas “contra cualquier entidad pública o privada” que se considere que infringe la medida.
Según Caraballo, “esto supondrá la prohibición de todo debate sobre las personas LGBTQ en cualquier entidad que reciba fondos federales. Es increíblemente deshumanizante y lleno de odio que los congresistas redacten un proyecto de ley que definiría bajo la ley federal que el hecho de ser yo una mujer trans queer tiene una ‘orientación sexual’. Como si mi mera existencia fuera perjudicial para los niños. Es repugnante, atroz y monstruoso”.
“Estoy seguro de que las personas que presentan este proyecto de ley tienen más probabilidades de ir al infierno que los niños a los que están causando daño”, comentó el congresista demócrata Mondaire Jones, y señaló que casi la mitad de los jóvenes LGBT+ han considerado el suicidio.
El congresista Johnson aseveró en un comunicado que el proyecto de ley es un intento de combatir una “cruzada errónea” emprendida por los demócratas y sus “aliados culturales” para exponer a los niños a “imágenes sexuales e ideología de género radical”.
“Este proyecto de ley de sentido común es simple”, declaró. “Ningún dinero de los impuestos federales debe asignarse a ninguna agencia gubernamental federal, estatal o local, ni a organizaciones privadas que expongan intencionadamente a niños menores de 10 años a material sexualmente explícito”.
Los niños en las escuelas de Estados Unidos no están expuestos a instrucción sexualmente explícita, pero una gran mayoría de los estudiantes LGBT+ soportan todos los días el maltrato y el acoso antigay y antitrans.
Menos de una cuarta parte de los estudiantes LGBT+ informaron haber recibido alguna instrucción relacionada con LGBT+ en sus escuelas, según la Encuesta de Clima Escolar 2021 publicada por GLSEN.
Aproximadamente el 16 por ciento de los estudiantes LGBT+ recibieron clases positivas sobre las personas y los eventos LGBT+, mientras que menos del 8 por ciento de los estudiantes LGBT+ recibieron cualquier tipo de educación sexual de afirmación LGBT+ en las escuelas, según la encuesta.
Menos de la mitad del uno por ciento de los estudiantes LGBT+ respondió que los temas relacionados con LGBT+ se incluyeron en cualquiera de sus libros de texto y lecturas asignadas.
Sin embargo, casi todos los encuestados declararon haber oído el término “gay” utilizado de forma negativa, y la mayoría escuchó comentarios discriminatorios sobre las personas transgénero.
Durante el curso 2021-2022, aproximadamente el 83 por ciento de los encuestados que asistieron a la escuela de manera presencial sufrieron acoso o agresiones.
Los republicanos de la Cámara de Representantes han citado un informe del grupo de expertos de derechas The Claremont Institute que afirma que el plan de estudios utilizado en las bases militares está “impregnado de técnicas pedagógicas de izquierdas de vanguardia al servicio de la ideología de género radical” como parte de un intento de “perturbar las identidades sexuales estables”.
Ese artículo, “Grooming Future Revolutionaries”, también menciona un insulto que acusa sin fundamento a las personas LGBT+ y a sus aliados de ser una amenaza para los jóvenes. El uso de “groomer” y “grooming” [términos referentes a la manipulación pederasta] en las redes sociales se ha disparado a raíz de la ley de Florida, mientras que las publicaciones discriminatorias de los influencers de extrema derecha en las redes sociales, funcionarios del gobierno y miembros del Congreso han amplificado las publicaciones que incluyen estos términos a millones de personas.
No es probable que el proyecto de ley avance en un Congreso controlado por los demócratas, pero se encuentra entre varias leyes recientes del Congreso que se hacen eco de las medidas estatales destinadas a criminalizar a los jóvenes LGBT+.
Este año, los legisladores estatales presentaron más de 300 proyectos de ley dirigidos contra las personas LGBT+, y al menos 30 fueron aprobados por las legislaturas estatales, las cifras más altas de ambas en al menos una década, según la Campaña de Derechos Humanos. Casi la mitad de esos proyectos de ley iban dirigidos contra los jóvenes transexuales.
Es probable que estos esfuerzos legislativos continúen, ya que los candidatos del Partido Republicano están reuniendo a sus bases con una avalancha de ataques contra las personas trans antes de las elecciones de mitad de período de noviembre.
Los defensores del colectivo LGBT+ también sostienen que la falta de información pública clara sobre las personas trans y la atención sanitaria ha alimentado la legislación antitrans. Según la encuesta de Pew, solo el 8 por ciento de los estadounidenses sigue las noticias sobre la legislación dirigida a las personas trans.
“La mayoría de la gente no entiende ni siquiera lo que significa ser trans o qué tipo de problemas afrontan las personas trans en su vida cotidiana”, reveló Johnathan Gooch, director de comunicaciones de Equality Texas, a Bloomberg News.
Una encuesta realizada por el grupo de defensa del colectivo LGBT+ The Trevor Project y Morning Consult reveló que la mayoría de los adultos estadounidenses se oponen a que se impida el acceso de los estudiantes a los recursos y materiales educativos LGBT+, a que se prohíban los libros en las bibliotecas y a que se prohíban los debates en las aulas sobre temas LGBT+.
Pero el grupo descubrió en otra encuesta que menos de un tercio de los adultos estadounidenses conocen a alguien que es transgénero, y los adultos que desconocían los pronombres de género neutro tenían más del doble de probabilidades de no entender o apoyar a un niño transgénero o no binario.
“Todavía tenemos mucho trabajo que hacer para aumentar la comprensión de los jóvenes transgénero y no binarios”, declaró el director ejecutivo del Proyecto Trevor, Amit Paley, en una declaración que acompaña al informe. “La clara asociación entre el hecho de que los adultos conozcan a alguien que tiene una determinada identidad LGBTQ y se sientan cómodos con esa identidad pone de relieve la necesidad de amplificar las voces trans, aumentar la diversidad de la representación LGBTQ en los medios de comunicación y mejorar la educación pública en torno a la orientación sexual y la identidad de género”.