Trump podría enviar 10.000 soldados a la frontera con México como parte de la “emergencia nacional”
La Patrulla Fronteriza ampliará su capacidad de detención junto con el aumento de tropas federales
Hasta 10.000 soldados podrían llegar a colocarse en la frontera entre Estados Unidos y México como parte de la amplia campaña de Donald Trump para llevar a cabo deportaciones masivas y declarar una emergencia nacional en la línea fronteriza internacional.
Aunque la operación contará inicialmente con unos 1.500 efectivos adicionales que se unirán a los aproximadamente 2.500 que ya se encuentran en la frontera, la fuerza total podría aumentar hasta 10.000 personas, según informó el Pentágono a la prensa el miércoles.
“Esto es solo el principio”, declaró el secretario de Defensa en funciones, Robert Salesses.
Las tropas no llevarán a cabo tareas directas de inmigración y control de fronteras, como detenciones e incautación de drogas, sino que desempeñarán otras funciones, como el transporte de inmigrantes a centros de procesamiento y el uso de aviones militares para ayudar al Departamento de Seguridad Nacional a deportar a los inmigrantes ya detenidos.
Al mismo tiempo que las tropas se dirigen a la frontera sur, la Patrulla Fronteriza está ampliando su capacidad de detención y añadirá cuatro nuevas instalaciones de 10.000 camas, según un documento informativo obtenido por The Washington Post.
El lunes, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva declarando una emergencia nacional en la frontera, ampliando los poderes para enviar a la Guardia Nacional y a los militares a la frontera.
También pidió a los secretarios de Defensa y Seguridad Interior que le presenten una recomendación sobre si puede invocar la Ley de Insurrección de 1807 para desplegar tropas estadounidenses en suelo estadounidense con el fin de ayudar a hacer cumplir la ley federal.
Como parte de sus amplios planes de deportación, Trump también ha tratado de aumentar la presión sobre las llamadas jurisdicciones “santuario” que limitan la cooperación entre los funcionarios locales y las fuerzas federales de inmigración.
El Departamento de Justicia ordenó a los fiscales federales que investiguen y puedan presentar cargos contra los funcionarios locales que rechacen o impidan las directrices o peticiones de inmigración.
Los funcionarios de estas jurisdicciones rechazaron la orden.
“Se trata de una táctica para asustar, simple y llanamente. El presidente está tratando de intimidar y amedrentar a las fuerzas del orden estatales y locales para que lleven a cabo su programa de deportaciones masivas”, escribió el fiscal general de California, Rob Bonta, en un comunicado. “Estaremos preparados para emprender acciones legales si las vagas amenazas del Gobierno de Trump se convierten en acciones ilegales”.
Las autoridades del lado mexicano de la frontera también están construyendo infraestructuras para prepararse para el aumento de las deportaciones.
Ciudades fronterizas como Matamoros, Ciudad Juárez y Tijuana han reforzado su capacidad de acogida en los últimos días ante la previsible avalancha de repatriados.