Trump: la redada en Mar-a-Lago fue uno de los “ataques más atroces a la democracia” en la historia de EE.UU.
El expresidente, cuya narrativa infundada alimentó un violento intento de anular las elecciones, condena la investigación de las fuerzas de seguridad federales sobre los documentos clasificados en su poder
Tras la publicación de una reveladora declaración jurada en la que se sugiere que Donald Trump obstruyó la justicia y acaparó documentos sensibles de la Casa Blanca que condujeron a una redada de las fuerzas federales de seguridad en su casa de Mar-a-Lago, el expresidente afirmó que el registro fue uno de los “ataques más atroces a la democracia” en la historia de EE.UU.
“¡Que, por cierto, va a lugares nunca antes vistos y no en el buen sentido!”, escribió en su cuenta de Truth Social el 27 de agosto.
En otro post, escribió: “¡¡¡Invasión de la privacidad!!!”.
Una declaración jurada de causa probable para registrar la propiedad del expresidente reveló que los funcionarios federales recuperaron 184 documentos clasificados que se devolvieron a los Archivos Nacionales a principios de este año, cuando los funcionarios alertaron al Departamento de Justicia de EE.UU. tras descubrir que los documentos estaban marcados como “alto secreto” y clasificados.
Los funcionarios del Departamento de Justicia llevaron a cabo una investigación al considerar que los documentos podían comprometer “fuentes humanas clandestinas” o la recopilación de información en el extranjero si se hacían públicos. Una declaración jurada de 38 páginas determinó que había “causa probable para creer que se encontrarían pruebas de obstrucción” en su finca de Florida.
Los funcionarios también dijeron que sin tachar muchos de los nombres, “la declaración jurada podría ser utilizada para identificar a muchos, si no a todos, estos testigos”.
“Si las identidades de los testigos quedan expuestas, podrían correr el riesgo de sufrir represalias, intimidación o acoso, e incluso amenazas de violencia física”, según la presentación. “Como ya ha señalado el tribunal, ‘estas preocupaciones no son hipotéticas en este caso’”.
El expresidente -cuya narrativa infundada y continua de que las elecciones presidenciales de 2020 fueron robadas alimentó la violencia en el Capitolio de EE.UU. en un intento de anular los resultados- ha echado humo en su plataforma de redes sociales en los días posteriores a la redada y el posterior escrutinio público, mientras que los funcionarios de inteligencia de EE.UU. y los legisladores han anunciado sus propias evaluaciones sobre los riesgos de seguridad nacional relacionados con el manejo de documentos por parte de Trump.
Mientras tanto, el sitio web Truth Social de Trump -lanzado como un clon de Twitter hace seis meses después de su prohibición de la plataforma- se enfrenta a un futuro problemático sin una fuente de ingresos garantizada, según los documentos presentados ante la Comisión de Valores de la empresa que planea sacar a bolsa Trump Media & Technology Group.
La empresa advirtió que su negocio podría verse perjudicado si el expresidente “pierde popularidad o se producen más controversias que dañen su credibilidad.”
Una carta de los Archivos Nacionales a los abogados de Trump en mayo informaba que el expresidente guardaba más de 700 páginas de documentos clasificados. El Departamento de Justicia habría recuperado más de 300 documentos clasificados desde que Trump dejó la Casa Blanca en enero.
Los investigadores visitaron Mar-a-Lago en junio y el FBI entrevistó al personal y a otras personas ese mismo mes.
El 5 de agosto, un juez federal aprobó una orden de registro del Departamento de Justicia, que tenía “causa probable para creer que actualmente permanecen en las instalaciones documentos adicionales que contienen información [de defensa nacional] clasificada o que son registros presidenciales sujetos a requisitos de retención de registros”.
El registro se realizó el 8 de agosto.
Según la declaración jurada de causa probable para el registro, una “revisión preliminar” de las 15 cajas recogidas a principios de este año reveló que 184 documentos contenían marcas clasificadas, “incluidos 67 documentos marcados como CONFIDENCIAL, 92 documentos marcados como SECRETO y 25 documentos marcados como ALTO SECRETO”.