Todas las formas en que Musk y Trump podrían perjudicarse mutuamente tras el colapso de su alianza
Desde ilegalizar X hasta apoyar a los demócratas, los dos hombres más poderosos del mundo cuentan con medios abundantes para hacerse daño entre sí —y a los estadounidenses en el proceso
Una alianza entre los dos hombres más poderosos del mundo parecía destinada a estallar en una enemistad volátil, pero de algún modo aguantó. Sin embargo, finalmente, llegó el colapso.
En pocas horas, el jueves, la disputa pública entre Donald Trump y Elon Musk estalló en debates sobre la destitución del presidente, llamamientos a lanzar primarias contra aliados republicanos en el Congreso y la acusación de Musk de que el presidente está implicado en un escándalo de abusos sexuales.
Pero la forma en que decidan recrudecer el conflicto a partir de aquí podría tener repercusiones de gran alcance, y no solo para el destino del enorme proyecto de ley que desencadenó su ruptura.
Tanto Trump como Musk acaparan la atención mundial, poseen plataformas de redes sociales que compiten entre sí, y cada uno está en condiciones de ejercer el poder de la presidencia y gastar (y perder) miles de millones de dólares intentando perjudicar al otro.
Cómo Trump podría atacar a Musk
Acabar con los contratos públicos
Trump ya ha sugerido retirar contratos gubernamentales a las empresas de Musk, Tesla y SpaceX; se espera que estas compañías reciban al menos 3.000 millones de dólares en contratos con 17 agencias del Gobierno.

“La forma más fácil de ahorrar dinero en nuestro presupuesto, miles y miles de millones de dólares, es cancelar los subsidios y contratos gubernamentales de Elon”, escribió Trump en Truth Social.
En su pódcast War Room, el aliado de Trump Steve Bannon instó al presidente a tomar represalias contra el hombre más rico del mundo, entre otras cosas, utilizando la Ley de Producción de Defensa de EE. UU. para tomar el control de SpaceX. “El Gobierno estadounidense debería confiscar la empresa”, dijo Bannon el jueves.
Eliminar el acceso de Elon a la Casa Blanca
Musk puso fin a su mandato de 130 días como “empleado especial del Gobierno” en la administración Trump la semana pasada, después de ejercer como “asesor” del presidente a través del DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental), con el cual Musk hizo recortes drásticos en el gasto y la plantilla del Gobierno federal.
Pero Trump dejó la puerta abierta al regreso de Musk. Ese plazo de 130 días puede renovarse el año que viene. Trump podría romper ese acuerdo en cualquier momento.
Bannon también pidió a Trump que despojara a Musk de sus autorizaciones de alto secreto, que se le conceden en relación con su trabajo en SpaceX y la NASA.
Ilegalizar X
Con más de 220 millones de seguidores en una red social bajo su control, Musk puede utilizar esa audiencia y su capacidad para cambiar la narrativa de los medios en contra del presidente, y para impulsar su propia agenda. Trump, cuya campaña entera se construyó sobre la base de la retribución, posee autoridad ejecutiva para cerrar X, según los expertos.
Trump podría declarar X un riesgo para la seguridad nacional, “lo que le permitiría prohibir la plataforma por completo”, afirma Devan Leos, de la plataforma de inteligencia artificial Undetectable AI.

El presidente podría invocar la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional por motivos de seguridad nacional para impedir que X opere, lo que probablemente desencadenaría una batalla legal de alto nivel.
“Musk se enfrenta ahora a una difícil elección. Puede bloquear a Trump en X como represalia, pero eso desencadenaría casi con toda seguridad una respuesta ejecutiva de la Casa Blanca”, expresó Leos.
El presidente, por su parte, posee más de 100 millones de acciones, aproximadamente el 53 %, de Trump Media & Technology Group, la empresa matriz de la plataforma de redes sociales Truth Social. Su participación en la empresa vale miles de millones de dólares.
Investigar la situación migratoria y el consumo de drogas de Musk
Musk nació en Sudáfrica antes de emigrar a Canadá y más tarde a EE. UU. El año pasado, el Washington Post informó que el multimillonario había trabajado ilegalmente en el país antes de obtener la ciudadanía.
Bannon pidió al presidente que lo deportara: “Elon Musk es ilegal. Él también tiene que irse”, dijo el también exasesor de Trump.

Trump también podría ejercer el poder de su cargo para iniciar otras investigaciones —a través del Departamento de Justicia, controlado por su feroz aliada, la fiscal general Pam Bondi—, que podrían incluso abarcar las acusaciones de que Musk habría consumido drogas durante la campaña electoral y en el ejercicio de sus funciones gubernamentales.
Cómo Musk podría atacar Trump
Inundar de dinero a los adversarios
La persona más rica del mundo gastó decenas de millones de dólares en donaciones a la campaña de Trump para 2024. El jueves se atribuyó el mérito de su victoria. Pero este año, su multimillonario esfuerzo por apoyar a un candidato conservador al Tribunal Supremo de Wisconsin le explotó en la cara, y su trabajo en DOGE hundió su atractivo y el de Tesla.
Aun así, los candidatos republicanos temen ser su objetivo. Musk y sus aliados han amenazado con financiar disputas contra cualquier congresista republicano que apoye leyes que él no apruebe.
“¿Habrá llegado el momento de crear un nuevo partido político en EE. UU. que represente realmente al 80 % del centro?”, preguntó Musk el jueves.

Los demócratas están de acuerdo con Musk en que el “gran y hermoso proyecto de ley” de Trump es un desastre, pero no necesariamente lo están recibiendo con los brazos abiertos al partido después de que el multimillonario de derechas eliminara agencias gubernamentales y ayudara a Trump a volver a la presidencia.
“En última instancia, deberíamos intentar convencerle de que el Partido Demócrata tiene más valores con los que él está de acuerdo”, dijo al medio especializado Politico el representante demócrata por California Ro Khanna, cuyo distrito representa a Silicon Valley. Continuó: “Un compromiso con la financiación de la ciencia, un compromiso con las tecnologías limpias, un compromiso para apoyar a estudiantes internacionales como él”.
Liam Kerr, cofundador de la conferencia centrista WelcomeFest, actualmente en marcha en Washington en paralelo a la disputa entre Trump y Musk, dijo al medio que los demócratas “definitivamente” deberían estar abiertos a colaborar con Musk.
“No quieres que nadie distorsione drásticamente tu imagen política, y él tiene una capacidad única para hacer eso. Pero es un juego de suma cero”, declaró Kerr a Politico, y añadió: “Cualquier cosa que haga que se acerque más a los demócratas perjudica a los republicanos”.
Utilizar las redes sociales contra el presidente
Solo hicieron falta cuatro horas para que Musk lanzara lo que llamó una “bomba” contra el presidente, en medio de una disputa que se desarrollaba en dos plataformas de redes sociales diferentes.
“Es hora de soltar la bomba realmente grande”, escribió Musk, y prosiguió: “@realDonaldTrump aparece en los archivos de Epstein. Por eso no los han hecho públicos”.
Esa impactante acusación —la sugerencia de Musk de que Trump estaba involucrado en el esquema de tráfico del delincuente sexual— pareció ser el punto de inflexión en su disputa.

Musk, que hace apenas unos días parecía no tener ningún problema en asociarse con un hombre al que ahora acusa de estar implicado en los crímenes de Epstein, podría lanzar una campaña de desprestigio contra el presidente orientada a un público que se ha sentido en gran medida decepcionado con el enfoque de la administración Trump sobre el caso Epstein.
Varios influyentes de extrema derecha han criticado a altos funcionarios federales encargados de hacer cumplir la ley sobre el caso, acusando a Trump de continuar lo que ellos creen que es una conspiración del “estado profundo" para encubrir a personas poderosas. Musk podría aprovechar esa hostilidad.
Usar DOGE contra Trump
Musk contrató a un pequeño ejército de jóvenes leales y viejos aliados para su operación a escala gubernamental destinada no solo a eliminar puestos de trabajo y gastos, sino a extraer montones de datos de millones de estadounidenses.
El acceso sin precedentes del DOGE a los datos de los estadounidenses “es alarmante, [y se ha visto] agravado por la ausencia total de una supervisión significativa”, según explicó Ben Zipperer, economista de la ONG Instituto de Política Económica. “Ese acceso ilimitado a los datos probablemente agravará el problema del robo de identidad en EE. UU., el cual podría costar a las familias trabajadoras decenas de miles de millones de dólares al año”, agregó Zipper.
Un informe de la oficina de la senadora demócrata Elizabeth Warren también descubrió más de 100 casos en los que Musk supuestamente abusó de su papel como “empleado especial del Gobierno” y supervisor el DOGE para beneficiar sus intereses privados.
Musk violó las normas “a un ritmo asombroso”, lo que se traduce en un “comportamiento escandaloso, independientemente de si le somete a un proceso penal”.
El informe acusa a Musk de utilizar al Gobierno para promocionar sus negocios, lo que incluye convertir el jardín de la Casa Blanca en un concesionario de Tesla; asimismo, supuestamente se descubrieron unas dos docenas de casos en los que el Gobierno “suscribió o exploró nuevos contratos lucrativos” con el multimillonario mientras paralizaba las sanciones contra sus empresas.
Traducción de Sara Pignatiello