Hugo Chávez, votantes muertos y más: teorías desacreditadas de Trump resurgen en audiencia del 6 de enero
El panel investiga cómo el expresidente difundió afirmaciones descabelladas que sus propios asesores sabían que eran falsas
El segundo día de las audiencias públicas de la investigación de los disturbios del Capitolio en la Cámara concluyó el lunes después de que los legisladores y testigos volvieran a difundir una gran cantidad de conspiraciones sorprendentes difundidas por el expresidente Donald Trump y sus aliados.
El enfoque claro de la sesión del lunes fue el esfuerzo de meses realizado por Donald Trump, Rudy Giuliani, Sidney Powell y otros aliados del expresidente para difundir rumores sin fundamento, conspiraciones inventadas y tonterías a medias sobre varias tretas que supuestamente le sucedieron a todos los votos que Trump necesitaba para superar su déficit frente a Joe Biden en estados clave clave. La muy impactante cantidad de conspiraciones presentadas por el equipo legal de Trump, desde maletines repletos de votos hasta complots internacionales para detener la reelección de Donald Trump, estuvo a la vista, al igual que los esfuerzos incansables de los funcionarios estatales y federales para acabar con ellos.
Uno de los momentos más llamativos de la audiencia del lunes fue el testimonio de William Barr, el exfiscal general, cuya proclamación a fines de 2020 de que el Departamento de Justicia no había visto evidencia de fraude que pudiera haber afectado los resultados electorales enfureció a Donald Trump. En la entrevista de Barr con el comité, describió una situación de “whack-a-mole [en referencia al juego infantil]’” que se desarrolló ese año cuando el presidente hizo numerosas afirmaciones sin fundamento de actividad supuestamente siniestra que el Departamento de Justicia le refutó en tiempo real.
“Hubo una avalancha de todas estas denuncias de fraude que se acumularon durante varios días y fue como jugar al whack-a-mole, porque un día pasaba algo y al día siguiente sería otro problema”, comentó Barr.
“Además, me influyeron todas las primeras afirmaciones que entendí que eran completamente falsas y tontas y, por lo general, se basaban en información errónea”, agregó.
Y en uno de los momentos más claros de división entre Trump y la realidad, el exasesor sénior de la Casa Blanca, Jared Kushner, explicó cómo había tratado de transmitirle al presidente sus dudas sobre las afirmaciones de fraude cada vez más desquiciadas de Rudy Giuliani, ninguna de las cuales se comprobó en los tribunales ni otro lugar.
En el vídeo de su testimonio, se le preguntó a Kushner si alguna vez había compartido con Trump sus creencias personales sobre las tácticas y afirmaciones de fraude que Giuliani hizo.
Después de una pausa muy larga y un suspiro, Kushner respondió brevemente: “Supongo que... sí”.
Cuando el investigador le preguntó qué le dijo al presidente, el exasesor principal de la Casa Blanca respondió que “no era el enfoque que yo tomaría, si fuera usted”.
Pero Trump optó por su equipo legal sin conexión con la realidad en lugar del “Equipo Normal”, en palabras del exjefe de campaña de Trump, Bill Stepien, lo que llevó a meses de esfuerzos cada vez más extraños para auditar los votos, probar la existencia de un fraude imaginario y, en general, sembrar desconfianza total en todos los niveles del gobierno estadounidense, desde los funcionarios electorales voluntarios locales hasta los niveles más altos del Departamento de Justicia.
Echemos un vistazo a algunas de las afirmaciones falsas sobre las elecciones de 2020 que resurgieron el lunes cuando los miembros del comité examinaron lo que el exfiscal general Barr denominó una “avalancha” de “patrañas”.
‘2000 Mules’ de Dinesh D’Souza
Uno de los medios de conspiración de más alto perfil que surgieron de las elecciones de 2020 fue el documental 2000 Mules, un supuesto esfuerzo de investigación del conspiranoico de derecha Dinesh D'Souza, un promotor de otras gemas como la conspiración racista de que supuestamente Barack Obama nació en secreto en el extranjero.
El documental, lanzado por D'Souza en mayo de 2022, ya ha recaudado más de US$10 millones en ingresos según comunicados de prensa, lo que lo convierte probablemente en el esfuerzo documental más rentable de D'Souza hasta el momento. La teoría central de la película involucra a las llamadas “mulas” cuya existencia afirma a través de una serie de declaraciones anónimas y análisis de datos de teléfonos celulares que han sido desacreditadas rotundamente por expertos. Según D'Souza, los datos son evidencia de una operación masiva de recolección de votos en EE.UU.
La teoría de esa película fue muy rechazada por el exfiscal general Barr durante su testimonio en video ante el comité, que se reprodujo el martes.
“La elección no fue robada por fraude, y no he visto nada desde la elección que me haga cambiar de opinión al respecto. Incluyendo la película ‘2000 Mules’”, bromeó, antes de estallar en carcajadas espontáneas.
“La [Oficina de Investigación de Georgia] no quedó impresionada con ella, y yo tampoco estaba impresionado con ella”, opinó Barr sobre la película. “La [evidencia] de los datos de teléfonos celulares es poco impresionante”.
Barr luego explicó que los contratistas que estaban involucrados con los sistemas electorales en múltiples recintos contribuyeron a gran parte de la supuesta evidencia de recolección de votos que la película había identificado.
Hugo Chávez regresa de la tumba para vengarse
Uno de los momentos más extraños de la temporada electoral de 2020, y hubo muchos para elegir, fue cuando el exabogado de Trump, Sidney Powell, declaró en una conferencia de prensa flanqueada por Giuliani que los sistemas de votación de Smartmatic “se crearon en Venezuela bajo la dirección de Hugo Chávez”. Esas máquinas, declaró el equipo de Trump (incluido el propio Trump) en múltiples ocasiones, cambiaron millones de votos del presidente número 45 a favor de Biden la noche de las elecciones a través de un “algoritmo”.
Esa conspiración parece haber surgido del hecho de que la empresa estuvo involucrada en el suministro de máquinas de votación para su uso en Venezuela durante la década de 2010, pero ignora el hecho de que la empresa se retiró del país después de una disputa sobre los resultados reales anunciados por el gobierno de Venezuela. Y no está claro por qué el equipo de Trump centró tanto su enojo en la empresa, dado que ninguna de sus máquinas se usó en Arizona, Georgia, Michigan u otros estados indecisos que le costaron la elección a Trump.
Uno de los propios abogados de Trump testificó ante el comité que pensaba que las afirmaciones sobre Smartmatic y la compañía de software de votación Dominion eran “tonterías”, aunque su exjefe y su equipo continuaron difundiendo falsedades sobre ellos durante meses.
“Lo que estaban proponiendo, pensé, era una locura”, aseveró el exabogado de la Casa Blanca, Eric Herschmann.
Los votantes también regresan de entre los muertos
No satisfecho con resucitar al exlíder de la Venezuela socialista, el equipo de Donald Trump continuó difundiendo afirmaciones de que miles de “personas muertas” habían votado en Pensilvania, un campo de batalla clave que Trump perdió en 2020 después de su victoria allí en 2016.
El abogado principal del expresidente declaró lo mismo en una audiencia a fines de noviembre de 2020: “Creo que este es un conteo un poco bajo... solo presentaron 8.021 boletas de personas muertas”.
Eso también fue desacreditado en la audiencia del lunes tanto por Barr como por el único comisionado republicano de la ciudad de Filadelfia, Al Schmidt, quien declaró: “No solo no hubo evidencia de 8.000 votantes muertos en Pensilvania, no hubo evidencia ni de ocho”.
Barr estuvo de acuerdo en su testimonio en vídeo, y señaló que la participación había estado en línea con las elecciones anteriores en el estado y que Trump solo había superado a otros republicanos que se postularon ese año en el estado.
“La participación en Filadelfia estuvo por completo de acorde con el resto de Pensilvania”, expresó Barr. “No hubo nada extraño en la participación de Filadelfia”.
La “maleta llena de boletas” en Georgia
Una de las pocas acusaciones reales de fraude que los aliados de Trump se sintieron lo bastante cómodos como para llevar ante un tribunal fue la conspiración de “maletas de boletas electorales”, derivada de vídeos de conteo de votos en distritos electorales en el condado de Fulton, Georgia, que según los aliados de Trump representaban a trabajadores descargando grandes maletas llenas de boletas supuestamente fraudulentas de lugares externos.
La acusación la repitieron Giuliani y Trump, y al final se convirtió en una demanda presentada por el fiscal general de Texas, Ken Paxton, en un intento de invalidar los resultados de las elecciones de varios estados, incluido el de Georgia. “[M]aletas llenas de boletas [eran] sacadas debajo de las mesas después de que se les dijo a los observadores electorales que se fueran”, afirma la demanda.
Esa acusación del lunes la refutó Bjay Pak, un representante estatal republicano de Georgia, quien explicó cómo los contenedores notados por los aliados de Trump eran en realidad cajas de seguridad oficiales utilizadas por esos recintos para las boletas emitidas por los votantes en persona.
“Descubrimos que las maletas llenas de boletas, la supuesta maleta negra que se vio sacar debajo de la mesa, era en realidad una caja de seguridad oficial donde se guardaban las boletas”, explicó.
Nativos americanos a quienes les pagaron para votar
Una conspiración de Trump menos publicitada que se mencionó el lunes puede haber escapado a la atención de muchos durante la temporada 2020: la queja de Donald Trump aparentemente hecha a los miembros del Departamento de Justicia de que supuestamente los agentes demócratas les pagaban a los nativos americanos para votar por Joe Biden (todos los nativos americanos, tanto los que viven en reservas como en otras comunidades de EE.UU., tienen pleno derecho al voto debido al concepto de ciudadanía por nacimiento que otorga automáticamente la ciudadanía a cualquier persona nacida en suelo estadounidense).
El surgimiento de la conspiración lo detalló en la audiencia del lunes el exfiscal general adjunto Rich Donoghue, quien describió en su testimonio una reunión de 2020 que tuvo con el entonces presidente.
Trump declaró que “a los indios se les paga por votar”, le contó Donoghue al comité, y explicó que “se refería a las personas en las reservas de nativos americanos” para señalar el uso que hace Trump de un término para los nativos americanos que muchos consideran racista.
El exfuncionario luego señaló que le comentó al presidente que no podía encontrar ninguna evidencia para respaldar esa acusación.
Un destacado defensor de los derechos de voto de los nativos americanos, Tom Rodgers de Blackfeet Nation, respondió al testimonio en un comunicado en Twitter.
“La acusación infundada de Trump de que a los nativos americanos se les pagó para votar en 2020 está en línea con toda una vida de comentarios ignorantes llenos de odio dirigidos a los nativos americanos. Las palabras de Trump son la razón por la que los nativos americanos seguirán votando en números récord. Este camino nos da nuestra voz”, declaró.