¿Por qué detuvieron a Pavel Durov, el fundador de Telegram?

El multimillonario ruso, quien se autoexilió de su país natal en 2014, fue detenido el sábado 24 de agosto en París

Anthony Cuthbertson
Miércoles, 28 de agosto de 2024 12:07 EDT
El fundador y director ejecutivo de Telegram, Pavel Durov, da un discurso inaugural en el Congreso Mundial de Móviles en Barcelona
El fundador y director ejecutivo de Telegram, Pavel Durov, da un discurso inaugural en el Congreso Mundial de Móviles en Barcelona (Reuters)

La detención de Pavel Durov, el fundador de Telegram, está relacionada con una investigación sobre crímenes de abuso sexual infantil, tráfico de drogas y otras actividades criminales que se han llevado a cabo en la app de mensajería, según informó la fiscalía francesa.

El multimillonario ruso de la industria de la tecnología, quien se autoexilió de su país natal en 2014, permanece en custodia luego de que el fiscal general concediera un tiempo adicional para la interrogación policial.

El 8 de julio, se inició una investigación sobre una “persona anónima” en conexión con cargos de complicidad, lavado de dinero, criptología, negativa a comunicarse y “asociación ilícita con el objetivo de cometer un crimen”.

Entre los cargos de complicidad de la investigación judicial figura lo siguiente: “Desarrollar una plataforma en línea para permitir una transacción ilegal dentro de un grupo organizado; posesión de imágenes pornográficas de menores; adquisición, transporte, posesión, oferta o venta de estupefacientes; y fraude organizado”.

El cargo de lavado de dinero se refiere a las “ganancias derivadas de delitos y crímenes de grupos organizados”; mientras que los cargos de criptología están relacionados con las herramientas que presuntamente “permiten realizar autenticaciones o monitoreos integrales sin declaraciones previas”.

El periodo de detención de Durov se extendió hasta el 28 de agosto. Después de esa fecha, las autoridades deberán decidir si acusarlo o ponerlo en libertad.

El Kremlin dijo el martes que estas acusaciones requerirían un respaldo de evidencias sólidas. Sin ellas, se verían como un intento de censura.

“Las acusaciones son muy serias. Requieren una base probatoria no menos seria. De otro modo, se trataría de un intento directo de limitar la libertad de comunicación”, declaró Dmitry Peskov, portavoz del Gobierno ruso.

Desde Telegram, cuya plataforma cuenta con casi 1.000 millones de usuarios en todo el mundo, se emitió un comunicado el domingo según el cual Durov “no [tenía] nada que esconder”, y la app de mensajería “[respetaba] la legislación de la Unión Europea, incluyendo la Ley de Servicios Digitales”. En el comunicado, también se expresó que las políticas de moderación de la empresa cumplían con “los estándares de la industria”.

Por último, la empresa señaló: “Es absurdo afirmar que una plataforma o su propietario sean responsables de su uso indebido”.

Traducción de Sara Pignatiello

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