Ingenieros construyen robots voladores para buscar vida extraterrestre en Venus
Se espera que los “aerobots” puedan navegar hasta un año en la atmósfera del planeta
Ingenieros desarrollan software para naves espaciales más ligeras que el aire, las cuales podrían explorar las nubes de Venus, un entorno que podría albergar vida extraterrestre.
Los vehículos robóticos basados en globos, como la Venus Atmosphere Maneuverable Platform, funcionan de manera similar a una aeronave.
Estas máquinas híbridas utilizan la flotabilidad y la sustentación aerodinámica para controlar su altitud, tienen el beneficio sustancial de que durante el día pueden recolectar energía del sol para moverse mientras conservan energía al flotar durante la noche.
Se espera que los aerobots puedan navegar durante varios meses a un año.
Esta flotabilidad del vehículo también significa que se le impediría descender a más de 31 millas (50 kilómetros) de la superficie de Venus. La temperatura del planeta puede alcanzar aproximadamente los 887 °Farenheit (447 °Celsius) y ya ha derretido varias sondas que se han enviado.
Si bien se han propuesto diseños de vehículos híbridos desde 2014, el profesor asociado de la West Virginia University, Guilherme Pereira, declaró que “no sabía si se había creado algún software”.
“Una de las ideas de nuestro proyecto es extender la vida útil de la batería del vehículo mediante la planificación de rutas con eficiencia energética, lo que le permite volar también durante la noche”, agregó el investigador.
El software tendrá tres objetivos principales: crear un planificador de movimiento para la nave y así un equipo científico de la NASA pueda ordenarle que se mueva, localizar al aerobot en la atmósfera mediante vehículos y mapas del planeta, y coordinar vehículos para una mejor estimación de las condiciones atmosféricas.
El planificador de movimiento tendrá que considerar los movimientos para una “estrategia energética óptima” porque, durante los cuatro días que orbitará la atmósfera de Venus, estará expuesto a largos períodos sin luz en el lado oscuro del planeta y debe tener energía suficiente para sobrevivir a estos periodos.
Esto significa conocer información sobre la dirección del viento, por ejemplo, y dirigir el robot en esa dirección porque requeriría menos energía. Todo esto debería hacerse sin GPS (Sistema de Posicionamiento Global, el cual requiere una red satelital).
“La comprensión de la atmósfera proporciona a los robots medidas como la dirección y magnitud del viento, la presión, la temperatura y la intensidad solar”, declaró el Dr. Pereira.
“Al igual que con los velocistas en los Juegos Olímpicos cuando obtienen mejores marcas si aprovechan el viento de cola. Si el viento se dirige hacia el objetivo de la aeronave, el movimiento del aerobot será ayudado por el viento y, en consecuencia, la trayectoria tendrás más eficiencia energética”.
Se ha propuesto que puede haber formas de vida biológica en las nubes ácidas de Venus debido a la presencia de amoniaco.
“Sabemos que la vida puede crecer en ambientes ácidos en la Tierra, pero no hay nada tan ácido como se creía que eran las nubes de Venus. Pero si algo produce amoniaco en las nubes, eso neutralizará algunas de las gotas, lo que las hará potencialmente más habitables”, dijo el Dr. William Bains de la Cardiff University.
El amoniaco se produce con hidrógeno, pero los procesos no biológicos no parecen ser capaces de alcanzar la cantidad que los científicos creen que hay en las nubes, lo que sugiere que es más probable que haya un culpable biológico.
“Hay muchos otros desafíos que la vida debe superar sise encuentra en las nubes de Venus”, aclaró el Dr. Bains. “Para empezar, casi no hay agua allí, y toda la vida que conocemos necesita agua. Pero si hay vida, neutralizar el ácido hará que las nubes sean un poco más habitables de lo que pensamos”.
Sin embargo, no será hasta que se realicen más exámenes con radiotelescopios cuando los científicos puedan llegar a soluciones más concretas o que las sondas se envíen a Venus en 2023 y durante la próxima década.