Cautivador testimonio de Gisèle Pelicot, violada por 72 hombres tras ser drogada por su exmarido
Gisèle Pelicot afirmó:“Lucharemos hasta el final”, tras describir el horror de haber descubierto los abusos
Esta nota fue originalmente publicada en septiembre 2024.
El coraje de una mujer, presuntamente drogada por su exmarido y abusada por decenas de hombres que él introdujo en su hogar, conmovió al mundo mientras testificaba contra sus agresores.
Gisèle Pelicot, de 72 años, declaró ante la multitud reunida fuera del tribunal en Francia a principios de septiembre: “Lucharemos hasta el final”. Durante su testimonio, relató el horror de descubrir que su exesposo la había grabado inconsciente mientras sufría violaciones de un total de 72 hombres y que además almacenó miles de imágenes que la policía encontró posteriormente.
El juicio de Dominique Pelicot, de 71 años, junto con otros 50 hombres acusados de violación agravada, comenzó en septiembre en la ciudad de Aviñón, al sur de Francia. El proceso se lleva a cabo de manera pública por insistencia de Gisèle, quien también renunció a su derecho al anonimato. Gisèle espera que su testimonio ayude a prevenir que otras mujeres sufran abusos similares, después de haber sido víctima de “perversión” y haber contraído cuatro infecciones de transmisión sexual a causa de los ataques.
Con voz serena y llena de aplomo, la mujer de 72 años relató ante el tribunal el momento en que su mundo “se desmoronó” al enfrentar lo inimaginable. Después de descubrir años de supuestos abusos, la policía le mostró imágenes de una “crueldad” que, al parecer, su esposo durante 50 años y padre de sus tres hijos, había almacenado.
“Es insoportable”, señaló al dar su testimonio por primera vez el jueves. “Tengo tanto que decir que a veces no sé por dónde empezar”.
Cuando Gisèle y su marido se jubilaron, la pareja se mudó a una casa en Mazan, un pequeño pueblo de Provenza. “Creí que éramos una pareja unida”, declaró ante el tribunal.
No obstante, a finales de 2020, un guardia de seguridad sorprendió a su marido tomando fotos de las entrepiernas de mujeres en un supermercado. Este hecho llevó a los investigadores a inspeccionar tanto su teléfono como su computadora. En el material, descubrieron miles de fotos y videos en los que varios hombres, aparentemente, violaban a Gisèle en su propia casa mientras ella permanecía inconsciente.
Cuando la policía la llamó para interrogarla, describió a su marido como “un hombre maravilloso”. Sin embargo, los agentes le mostraron algunas de las imágenes. “En ese momento, mi mundo se desmoronó”, declaró. “Eran escenas de barbarie, de violación”.
Se fue de la casa con solo dos maletas. “Todo lo que quedaba de nuestros 50 años de vida en común”, expresó. Además, admitió: “Ya no sé quién soy […] no sé si algún día podré recuperarme”.
Los investigadores de la policía encontraron mensajes que Dominique, al parecer, había enviado mediante un sitio de mensajería utilizado por delincuentes, donde invitaba a varios hombres a abusar sexualmente de su esposa. A principios de este año, las autoridades francesas decidieron cerrar el sitio web.
Además de los presuntos abusos que los investigadores afirman que comenzaron en 2011, en el juicio salieron a la luz detalles impactantes sobre el sistema que Dominique implementó durante una década.
Dominique dijo a los investigadores que los hombres invitados a la casa de la pareja debían seguir reglas específicas: no podían hablar en voz alta, tenían que desvestirse en la cocina y no se les permitía usar perfume ni oler a tabaco.
A veces, los hombres debían esperar hasta una hora y media en un estacionamiento cercano para que la droga surtiera pleno efecto y dejara a Gisèle inconsciente.
Durante la audiencia del jueves, el toxicólogo habló de un “cóctel” compuesto por lorazepam y zolpidem, medicamentos con efectos hipnóticos y ansiolíticos. Un especialista médico reveló que los supuestos agresores no usaron preservativos, lo que provocó que Gisèle contrajera cuatro enfermedades de transmisión sexual.
“Fui víctima de la perversión”, declaró Gisèle en su testimonio. “Me veían como una muñeca de trapo, como una bolsa de basura”.
Por lo general, los nombres de las víctimas de delitos sexuales permanecen anónimos, pero Gisèle autorizó que se publicara su identidad, según afirmó su abogado, Stéphane Babonneau, quien además hizo énfasis en que ella insistió en que el juicio fuera público. Ante el tribunal, Gisèle explicó que tomó esta decisión para mostrar su apoyo a otras mujeres que no reciben reconocimiento como víctimas de delitos sexuales.
Gracias a las grabaciones en video de las presuntas violaciones orquestadas por Dominique, la policía pudo localizar, en el transcurso de dos años, a la mayoría de los 72 sospechosos que buscaban.
Dominique y los otros 50 acusados, hombres con edades comprendidas entre los 22 y los 70 años, enfrentan penas de hasta 20 años de prisión, y el juicio se extenderá hasta diciembre. Varios de los demandados niegan algunas de las acusaciones en su contra y aseguran que Dominique los engañó.
Durante su interrogatorio ante el tribunal, Gisèle rechazó la idea de que alguno de estos hombres hubiera sido manipulado o engañado.
“Estos hombres entraron a mi casa y respetaron el protocolo impuesto. Nadie los obligaba con una pistola en la cabeza mientras me violaban; lo hicieron con plena conciencia”, observó. “¿Por qué no fueron a la policía? Incluso una llamada anónima podría haberme salvado la vida”.
En los próximos meses, los acusados comparecerán en pequeños grupos ante un tribunal compuesto por cinco jueces, y la próxima semana será el turno de Dominique. Además, psicólogos, psiquiatras y expertos en informática ofrecerán su testimonio.
A las afueras del juzgado, Gisèle declaró a los periodistas que había tratado de responder a las preguntas de los abogados lo mejor posible, a pesar de la presión de tener a todos esos “individuos” detrás de ella. “Lucharemos hasta el final”, afirmó.
Traducción de Leticia Zampedri