Una furgoneta blanca podría cambiar el destino del caso por los asesinatos de Delphi
Richard Allen, de 52 años, enfrenta juicio por los asesinatos de Abby Williams y Libby German ocurridos en 2017
Richard Allen, acusado de los asesinatos de Abigail Williams y Liberty German en Delphi, una pequeña localidad de Indiana, en 2017, realizó múltiples confesiones desde prisión. En una de ellas, Allen mencionó que una furgoneta blanca lo había asustado, lo que lo llevó a cambiar su plan inicial de violar a las adolescentes y, en su lugar, decidió matarlas rápidamente.
Sin embargo, la credibilidad de esas confesiones está en duda, luego de que un testigo revelara un detalle que solo el verdadero asesino conocería.
Brad Weber, testigo clave de la acusación, afirmó que regresó a casa en su furgoneta blanca tras salir del trabajo el 13 de febrero de 2017, el día en que Abigail “Abby” Williams, de 13 años, y Liberty “Libby” German, de 14, fueron asesinadas. Alrededor de las 2:30 p. m. de ese trágico día, pasó por el tramo de Deer Creek, donde al día siguiente se encontraron los cuerpos de las niñas.
Esta cronología parece alinearse con el relato de la fiscalía, que afirma que el asesino condujo a las chicas colina abajo exactamente a las 2:31 p. m., basado en las señales captadas por el teléfono de Libby. La última señal del dispositivo se registró a las 2:32 p. m.
Allen, de 52 años, enfrenta juicio por los asesinatos de Abby y Libby, cuyos cuerpos aparecieron un día después de su desaparición el 13 de febrero de 2017, mientras caminaban por un sendero en el Monon High Bridge, cerca de Delphi. Las autoridades lo arrestaron en octubre de 2022, cinco años después de los hechos.
Esta semana, la defensa volvió a llamar a Weber al estrado. En esa ocasión, el abogado Andrew Baldwin trató de desacreditar su testimonio al destacar que había dado declaraciones contradictorias sobre su cronología a los investigadores en los días siguientes a los asesinatos.
Weber admitió haber dado dos versiones distintas en entrevistas realizadas en febrero de 2017. En una, declaró que condujo su furgoneta blanca directamente a casa desde el trabajo el 13 de febrero de 2017, día de los asesinatos. En la otra, afirmó que después del trabajo fue a reparar unos cajeros automáticos.
Estas inconsistencias son relevantes, ya que podrían afectar la cronología de los eventos presentada por la fiscalía, que sugiere que Allen vio la furgoneta justo antes de los asesinatos.
Además, generan dudas sobre la credibilidad de las confesiones de Allen en prisión, las cuales, según sus abogados, ocurrieron durante una crisis mental provocada por meses de aislamiento.
La semana pasada, el tribunal escuchó a la psicóloga Dra. Monica Wala, quien relató a los jurados cómo Allen le confesó con detalles los crímenes mientras estaba en el correccional de Westville.
Wala afirmó que Allen le contó que su intención era violar a las chicas, pero que se “asustó” al ver una furgoneta blanca. Luego, las obligó a adentrarse en el bosque, las degolló y cubrió los cuerpos con palos, un detalle que coincidía con la escena del crimen.
Allen mencionó que había seguido a las chicas en el puente y que había “jugado con su arma”, lo que, según especuló, pudo haber provocado que se encontrara la bala en el lugar, según lo relatado a Wala.
Weber, propietario de la furgoneta blanca, subió al estrado después de Wala. También es dueño de una propiedad cerca de los senderos de Monon High Bridge, que fue registrada en las primeras horas tras la desaparición de las chicas.
Durante el contrainterrogatorio, Baldwin cuestionó a Weber sobre su cronología y afirmó que, en una de las entrevistas previas, no fue a su casa de inmediato, sino que hizo una parada para dejar un remolque. Weber lo negó varias veces en un intercambio que se tornó tenso.
Cuando la defensa lo llamó al estrado, explicó al tribunal que se enfadó porque pensó que intentaban decirle qué había hecho después de salir del trabajo el día de los asesinatos.
Baldwin también lo interrogó sobre una declaración contradictoria que hizo a la policía el 19 de febrero de 2017, en la que el agente de la Oficina Federal de Investigación, Adam Pohl, escribió que Weber mencionó que podría haber pasado por el cajero automático ese día.
Weber declaró al tribunal que no recordaba haber dicho eso y afirmó que ese día fue directamente a su casa después del trabajo y durmió una siesta.
Afirmó que no supo nada de las chicas desaparecidas hasta que los agentes lo despertaron al presentarse en su casa esa tarde y le preguntaron si las había visto en los senderos o cerca del puente ese día. Respondió que no las había visto y luego permitió a los agentes registrar la zona.
Cuando el exjefe de policía de Delphi, Steve Mullin, subió al estrado el lunes, la defensa le prguntó si Allen había escuchado acerca de la furgoneta blanca antes de su confesión.
Baldwin argumentó que Allen pudo haber conocido este detalle clave a través de la Dra. Wala, quien seguía de forma obsesiva el caso Delphi, leía y publicaba sobre el tema en línea, escuchaba pódcast e incluso visitó el Monon High Bridge. Supuestamente, la psicóloga compartió algunos de estos detalles con Allen durante las sesiones, informó Fox 59.
“¿Sabe si la Dra. Wala le mencionó algo sobre una furgoneta a Richard Allen?”, preguntó Baldwin a Mullin, quien respondió: “No”.
Sin embargo, Mullin añadió que la confesión de Allen sobre haberse “asustado por una furgoneta” fue la primera vez que la fiscalía tuvo conocimiento del vehículo.
Muchos detalles de la confesión de Allen coinciden con la escena del crimen, pero no se sabe si Allen ya conocía estos detalles por la documentación de descubrimiento recibida de sus abogados en el momento en que hizo estas confesiones, informó Fox 59.
El esperado juicio de Allen tiene lugar más de siete años después del asesinato de las niñas y dos años después de su arresto.
Los fiscales sostienen que Allen es el hombre conocido como “el hombre del puente”, que aparece en las imágenes captadas por el teléfono móvil de Libby. Una imagen borrosa del hombre fue una de las pocas piezas difundidas al público tras los asesinatos, mientras la policía buscaba a un sospechoso. El caso se convirtió en uno de los favoritos de la comunidad de aficionados a los crímenes reales y pasaron años antes de que detuvieran a Allen.
Un jurado compuesto por cinco hombres y siete mujeres decidirá su destino, tras haber estado aislado desde el inicio de las declaraciones el mes pasado. Con los alegatos finales programados para hoy, el caso pronto quedará en manos del jurado.
Traducción de Leticia Zampedri