El asesinato de la Dalia Negra: un crimen sin resolver que sacudió y fascinó a Los Ángeles
El misterioso homicidio de Elizabeth Short, una joven aspirante a actriz, en 1947, ha seguido atrapando la atención de los estadounidenses con el paso del tiempo. Rhian Lubin repasa la evolución del caso hasta el día de hoy
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
Betty Bersinger caminaba una mañana por Norton Avenue, en el barrio de Leimert Park de Los Ángeles, empujando a su hija de tres años en un cochecito, cuando se topó con un espectáculo espantoso.
Al principio pensó que había tropezado con un maniquí desechado; pero había descubierto el cadáver de Elizabeth Short, de 22 años, aspirante a actriz de Hollywood, perfectamente seccionado en dos.
Lo más curioso es que no se encontró ni una sola gota de sangre en el lugar. Esto llevó al Departamento de Policía de Los Ángeles a creer que el cuerpo de Short había sido movido del lugar donde fue asesinada el 15 de enero de 1947, hace 78 años, y dejado deliberadamente en la calle.
Tras descubrir el cuerpo, Bersinger se apresuró a ponerse en contacto con las autoridades.
El caso de Short, apodada “la Dalia Negra” luego de su muerte, ha horrorizado y conmovido a EE. UU., y al mundo, durante décadas. El asesinato de Short sigue sin resolverse a día de hoy y se convirtió en la inspiración de muchos libros, películas y series de crímenes reales.
¿Quién era Elizabeth Short, la Dalia Negra?

El caso desencadenó un frenesí mediático cuando se conoció la noticia, y la prensa apodó a Short “la Dalia Negra”, en parte inspirada en la popular película de cine negro de 1946 La dalia azul, y porque la joven solía llevar ropa negra transparente y tenía un llamativo pelo negro.
Nacida el 29 de julio de 1924, Short era una de cuatro hermanas y creció en las afueras de la ciudad de Boston, Massachusetts, según el libro The Black Dahlia: Shattered Dreams, escrito por Brenda Haugen. La vida de Short se vio empañada por dramas familiares y problemas de salud: su padre perdió todos los ahorros de la familia en 1929 tras el desplome de la bolsa, y desapareció repentinamente. La familia creyó que se había quitado la vida después de que su automóvil apareciera abandonado en el puente Charlestown de Boston.
De niña, Short padecía una afección respiratoria y tuvo que ser operada a los 16 años. Pasaba los inviernos en Florida con amigos de la familia para escapar del frío de Massachusetts. Además, tenía poca educación, ya que había abandonado la escuela secundaria.
En 1942, la madre de Short recibió una estremecedora carta de su marido, al que habían dado por muerto. Los había engañado y tenía una nueva vida en California. Short se fue temporalmente a vivir con él, pero se mudó a principios de 1943, según el libro de Haugen.
Los últimos años de la joven fueron inestables, ya que se trasladaba de un lugar a otro. Se mudó de casa de su padre a la ciudad de Santa Bárbara, donde fue detenida por consumir alcohol siendo menor de edad y enviada de vuelta a casa de su madre. Después regresó brevemente a Florida, antes de irse a Los Ángeles para intentar triunfar como actriz.
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Durante los seis meses que vivió en Los Ángeles, Short al parecer nunca permaneció demasiado tiempo en un mismo lugar: cambiaba constantemente de empleo y domicilio. Llevaba una vida social muy activa en lo que a citas se refiere y, al parecer, los hombres la colmaban de regalos. La policía descubrió más tarde los nombres de 75 hombres en una agenda que le habría pertenecido.
Para el expolicía Vince Carter, la vida de Short en Hollywood “parecía seguir un patrón”, según declaró a Haugen en una entrevista para su libro. Explicó: “No daba señales de tener ningún empleo, estaba arruinada; sin embargo, de repente parecía tener algo de dinero”.
“Tanto sus compañeras de piso, como los camareros y los empleados del hotel, la describieron de la misma manera: era una persona reservada, nunca hacía confidencias”, añadió Carter.
Short permaneció en Los Ángeles hasta su asesinato, excepto por una breve temporada en la que huyó a San Diego por miedo a un exnovio, según el libro Black Dahlia Avenger: A Genius Murder de Steve Hodel.
Tras esta breve ausencia, regresó a la ciudad el 8 de enero de 1947 con un viajante de comercio con el que había estado saliendo, y la dejaron en el hotel Biltmore. Al parecer, estaba “asustada”.
Esa noche, Short fue vista en el vestíbulo del hotel, presa del pánico, haciendo varias llamadas telefónicas; cerca de las 10:00 p.m, abandonó el hotel.
El paradero de la joven durante sus últimos días es controvertido, pero aquella noche en el vestíbulo del alojamiento fue la última vez que oficialmente fue vista con vida.
Falsas confesiones y un paquete misterioso
El 15 de enero, cuando Bersinger se topó con el espeluznante cadáver mutilado de Short, las autoridades la identificaron gracias a unas huellas dactilares que coincidían con las que le habían tomado cuando fue detenida por consumir alcohol siendo menor de edad unos años antes.
Los investigadores sospecharon que el asesino podría haber sido un médico debido a la precisión con la que habían cortado el cuerpo de Short.
“Basándose en las primeras sospechas de que el asesino podía tener conocimientos de disección porque el cadáver presentaba cortes muy limpios, también se pidió a los agentes que investigaran a un grupo de estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad del Sur de California”, se dice en el relato histórico del FBI sobre el caso.
La policía tenía varias pistas, pero ninguna les llevó a atrapar al culpable. El 24 de enero de 1947, ocurrió lo que muchos consideraron como un gran avance cuando un paquete sospechoso que contenía la supuesta partida de nacimiento de Short, fotografías, tarjetas de visita y una libreta de direcciones fue enviado por correo al periódico Los Angeles Examiner. Quien envió el paquete había utilizado recortes de periódico para transmitir el mensaje: “Aquí están las pertenencias de la Dalia”.

El paquete había sido limpiado con gasolina —la misma hallada en el cuerpo de Short—, por lo que la policía creyó tener a su sospechoso. Pero las huellas estaban comprometidas y la pista se enfrió.
La policía entrevistó a más de 100 hombres en relación con el caso, pero aún así no se acusó a nadie. Varios incluso confesaron falsamente haber cometido el delito.
Pero un antiguo detective de la policía de Los Ángeles, Steve Hodel, sigue convencido de haber resuelto el caso. ¿Y el principal sospechoso? Su propio padre.
Ex detective de la policía de Los Ángeles sospecha que su propio padre es el asesino
George Hodel era un ginecólogo con clínica propia en Los Ángeles que organizaba fiestas extravagantes para la élite de Hollywood en los años 40. Su pericia encajaba con la teoría de que solo un cirujano podría haber cortado el cuerpo de Short con tanta precisión.
Steve, cuyo libro de 2003, Black Dahlia Avenger: The True Story, se convirtió en un bestseller, se obsesionó con el caso.
Se rumoreaba que Hodel había salido con Short, pero se convirtió en el principal sospechoso tras ser detenido en 1949 por una supuesta agresión sexual a su hija adolescente. Fue absuelto, pero cuando la incapacidad de la policía de Los Ángeles para resolver el caso de Short obligó a presentarlo ante un gran jurado ese mismo año, Hodel fue incluido como sospechoso.
Su domicilio fue intervenido por las autoridades y, en una escalofriante grabación, Hodel pareció confesar su implicación en la muerte de su exsecretaria y habló de la “Dalia Negra”.
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“Suponiendo que haya matado a la Dalia Negra, ahora no podrían probarlo”, se oyó decir a Hodel en la grabación. Continuó: “Ya no pueden hablar con mi secretaria porque está muerta. La maté. Quizá sí maté a mi secretaria”.
Otra grabación reveló: “Me di cuenta cuenta de que no podía hacer nada, así que le puse una almohada en la cabeza y la cubrí con una manta. Pedí un taxi. Pensaron que había gato encerrado, y ahora puede que lo hayan descubierto. La maté”.
Al saberse perseguido, Hodel abandonó la ciudad en 1950 y huyó a Filipinas, donde permaneció los 40 años siguientes.
Las escuchas no se hicieron públicas hasta 2003, cuando Steve compartió con el mundo lo que había averiguado sobre su padre tras su muerte en 1999.
Sus pruebas eran convincentes. Steve encontró cinco testigos en periódicos que describían a Hodel como el novio de Short en la época de su asesinato y descubrió recibos de sacos de cemento que Hodel había comprado días antes del asesinato. Cerca del cuerpo de Short se encontraron sacos vacíos de cemento de la misma marca; la policía cree que su asesino los utilizó para transportarla hasta la calle donde se descubrió su cadáver.
Un grafólogo estudió la escritura de Hodel y la comparó con las cartas enviadas al Los Angeles Examiner en 1947: algunas de ellas coincidían. Asimismo, Steve descubrió una fotografía entre las pertenencias de su padre que guardaba un asombroso parecido con Short, aunque nunca se confirmó que fuera ella.
Entre las posesiones de su padre, Steve también encontró retratos del artista surrealista Man Ray de una mujer con el pelo oscuro y rizado. En diálogo con el periódico The Guardian, relató que en ese momento había pensado: “Dios mío, se parece a la Dalia Negra”.
Surgieron más pruebas en 2018, cuando Steve afirmó que había encontrado una carta de un ex informante de la policía que decía que Short fue asesinada por un hombre con las iniciales “GH”, según informó entonces el periódico South Pasadenan.
Steve creía que el motivo de su padre eran los celos —según los informes, Short mantenía una relación con otro hombre en ese momento— y también creía que era un “sádico”, según informó la revista People en 2003, cuando se publicó el libro.
La policía de Los Ángeles investigó las pruebas presentadas por Steve, pero no siguió adelante con la investigación.
El exdetective dijo que había renunciado a intentar convencer a los funcionarios de que reabrieran el expediente.
“Mi juez y mi jurado son el público”, declaró a The Guardian, y añadió: “Mis lectores entienden lo que estoy haciendo”.
Traducción de Sara Pignatiello