Revelan descontrol en consumo de ketamina de Matthew Perry antes de su muerte: hasta ocho inyecciones diarias
Cinco personas fueron acusadas de conspiración para distribuir ketamina por la muerte del actor de Friends el pasado octubre
El consumo de ketamina de Matthew Perry se descontroló en las semanas previas a su muerte, según reveló una investigación.
Los fiscales revelaron en documentos judiciales presentados esta semana que el comediante se inyectaba la droga entre seis y ocho veces al día, y pagó USD 55.000 por ella en el mes anterior a su muerte. Cinco personas fueron acusadas de conspiración para distribuir ketamina por la muerte del actor de Friends en octubre de 2023.
El forense del condado de Los Ángeles declaró en diciembre que Perry había fallecido por los “efectos agudos” de la ketamina, y el informe de la autopsia indicaba que la cantidad de ketamina hallada en su sangre era aproximadamente la misma que para la anestesia general.
El Dr. Salvador Plasencia está acusado de haber suministrado la droga al actor, y el ayudante de Perry, Kenneth Iwamasa, se la inyectó el día de su muerte, según consta en los archivos.
El Dr. Mark Chávez, propietario de una clínica de ketamina de San Diego, está acusado en relación con su muerte. Erik Fleming, amigo de un amigo de Perry, presuntamente suministró la droga, junto con Jasveen Sangha, una vendedora a la que se conoce como la “reina de la ketamina”.
Iwamasa y otros dos acusados llegaron a un acuerdo para declararse culpables, mientras que Sangha y Plasencia se declararon inocentes. Sus juicios están fijados para octubre.
Aunque Perry había estado en terapia de infusión de ketamina como tratamiento para la depresión y la ansiedad, no fue la terapia lo que provocó su muerte. Los fiscales afirman que el actor había estado tomando dosis de la droga sin supervisión y que su adicción se había “descontrolado”, según NBC News.
El 28 de octubre de 2023, el ayudante de Perry, Iwamasa, le inyectó su primera dosis alrededor de las 8:30 a. m. La segunda inyección se hizo cuatro horas más tarde y hubo una tercera unos 40 minutos después, declaró Iwamasa, según el acuerdo de culpabilidad.
“Inyéctame una buena”, supuestamente indicó Perry al ayudante, antes de pedirle que preparara su jacuzzi.
Tras hacer unos mandados, Iwamasa regresó a la casa y encontró a Perry boca abajo en el agua. Tenía 54 años.
Los documentos judiciales establecen que después de que los médicos se negaran a aumentarle la dosis, Perry encontró otros medios para acceder al fármaco. Hubo varias ocasiones en las que el actor sufrió efectos negativos de los fármacos, como una vez que quedó inconsciente y perdió la capacidad de hablar tras una potente dosis, según The New York Times.
La acusación se produjo tras una investigación que duró siete meses. Los fiscales acusaron a varios de los imputados de aprovecharse de la adicción de Perry a pesar de ser conscientes de sus luchas e intentos por mantenerse sobrio.
El fiscal estadounidense del Distrito Central de California, Martín Estrada, declaró el jueves que los acusados estaban “más interesados en lucrar” a costa de Perry que en “preocuparse por su bienestar”.
Plasencia presuntamente enseñó a Iwamasa cómo inyectar la ketamina a Perry, según los fiscales. En un momento dado, el médico inyectó a Perry en el asiento trasero de su coche durante una reunión en Long Beach.
Plasencia incluso envió un mensaje de texto a Chávez: “Me pregunto cuánto pagará este imbécil”.
Mientras Perry buscaba más fuentes de la droga, se puso en contacto con Fleming. Los dos tenían un amigo común, y Fleming confirmó a Perry que tenía una fuente, Sangha. Fleming, que accedió a cooperar con las autoridades, envió en un momento dado a Iwamasa una foto de un vial de ketamina con un caballo en el envoltorio, ya que la droga se utiliza como tranquilizante para animales.
Los documentos judiciales afirman que Iwamasa escribió a Fleming que Perry “solo estaba interesado en los no marcados, no en la versión para caballo”.
“Hice algunas llamadas para preguntar por producto mexicano y también está bien para la gente”, aseguró Fleming.
Iwamasa se enfrenta a hasta 15 años de prisión, Fleming a hasta 25 años y Chávez a hasta 10 años tras las rejas, según informó The New York Times.
Traducción de Michelle Padilla