Acusan a Macy’s de encubrir denuncia de ataque sexual contra Diddy para preservar alianza comercial
En septiembre, las autoridades arrestaron a Sean “Diddy” Combs por cargos de tráfico sexual y asociación ilícita
Macy’s quedó en medio de la tormenta mediática tras una nueva oleada de demandas contra Sean “Diddy” Combs: la cadena estadounidense enfrenta acusaciones por encubrir una de las presuntas agresiones sexuales del magnate para proteger un lucrativo acuerdo comercial.
De acuerdo con Business Insider, un NN (sin nombre) presentó una demanda en Ohio contra Sean “Diddy” Combs, en la que alega que, en 2008, el magnate lo agredió sexualmente en el almacén de la tienda principal de Macy’s en Herald Square, Nueva York.
El demandante, que en esa época era asesor de Ecko Unltd, la marca de ropa rival de Combs, declaró que los guardaespaldas del rapero lo atacaron violentamente y lo amenazaron de muerte. Según su relato, Combs también lo obligó a realizarle sexo oral mientras lo llamaba “Ecko” en tono ofensivo.
Sin embargo, cuando intentó reportar la agresión al personal de seguridad de Macy’s, no le brindaron apoyo y le negaron la entrada a la tienda.
Mientras tanto, Combs comenzó a regalar productos a una multitud que lo aclamaba, “como si nada hubiera pasado”, relata en la demanda.
Aproximadamente tres semanas después, Terry Lundgren, entonces CEO de Macy’s, presionó a los directivos de Ecko Unltd. para que despidieran al demandante para “proteger” el reciente acuerdo millonario que la tienda había formado con Sean John Clothing.
El demandante declaró que fue despedido y perdió el apartamento que la empresa le proporcionaba.
En la demanda, asegura que la denuncia de la agresión “fue destruida o eliminada de los registros de Macy’s” y que nunca se tomó ninguna medida al respecto.
Los abogados de Combs enviaron un comunicado por correo electrónico a The Independent en el que señalaron: “La conferencia de prensa y la línea 1-800 que se anunciaron antes de la oleada de demandas de hoy son claros intentos de atraer atención mediática. Combs y su equipo legal confían plenamente en la solidez de los hechos y en la imparcialidad del sistema judicial. La verdad saldrá a la luz en los tribunales: Combs nunca agredió sexualmente a ninguna persona, sea cual sea su edad o género”.
The Independent se puso en contacto con Macy’s en busca de comentarios.
Las últimas denuncias contra Combs, arrestado en septiembre por cargos federales de tráfico sexual y asociación ilícita, incluyen al menos seis demandas anónimas en un tribunal de Manhattan.
Dos mujeres y cuatro hombres, identificados solo como NN (sin nombre), lo acusan de hechos ocurridos entre 1995 y 2021, incluyendo el supuesto abuso de un menor de edad.
Uno de los NN alegó que Combs le acarició los genitales cuando tenía 16 años en una de las “fiestas de blanco” del rapero en los Hamptons de Long Island en 1998.
Los acusadores forman parte de lo que, según sus abogados, es un grupo de más de 100 presuntas víctimas que están en proceso de emprender acciones legales contra Combs a raíz de su detención por tráfico sexual el mes pasado.
Hasta la demanda del lunes, Combs solo había sido acusado en causas civiles y en su acusación penal de actividad sexual con adultos.
Los abogados de Combs y otros representantes no respondieron al correo electrónico en busca de comentarios.
Cuando se anunciaron las demandas previstas el 1 de octubre, un abogado dijo que Combs “no puede” hacer frente a cada alegación “sin fundamento” en lo que se ha convertido en un “circo mediático imprudente”.
Combs, de 54 años, se declaró inocente de los cargos de asociación ilícita y tráfico sexual que se le imputan, según los cuales coaccionó y abusó de mujeres durante años con ayuda de una red de asociados y empleados, al tiempo que silenciaba a las víctimas mediante chantaje y violencia, incluidos secuestros, incendios provocados y golpizas.
Los abogados de Combs no han logrado conseguir que el rapero sea puesto en libertad bajo fianza, por lo que permanece recluido en una cárcel federal de Brooklyn desde su detención.
Traducción de Leticia Zampedri