Mexicana Pulido pondera la experiencia de competir en sus primeros Olímpicos
Poco más de 61 segundos podrían ser considerados como poco muy tiempo, pero Celia Pulido esperó una vida para vivirlos dentro de la alberca de unos Juegos Olímpicos.
La nadadora mexicana debutó el lunes en una cita olímpica y marcó un tiempo 1:01.10 en la prueba de dorso para mujeres, un registro que la dejó eliminada de París 2024.
“Pude haber estado mejor, pero no me quejo, es una experiencia con una presión impresionante la que se siente en la alberca de unos Juegos Olímpicos”, dijo Pulido a The Associated Press. “El competir en un escenario así con tanta gente me ayudará para más adelante”.
La nadadora de 21 años, originaria del central estado de Guanajuato, terminó en el puesto 21 de la prueba realizada en la Defensa Arena.
“Con esto voy a madurar como atleta y como persona, estoy contenta con mi desempeño porque trabajé duro”, agregó. “No tengo nada de qué arrepentirme en mi carrera”.
Aunque a nivel global, Pulido todavía carece de prestigio, en su país es la poseedora de la marca nacional de la prueba con un registro de 1:00.06, un logro conseguido el año pasado en el campeonato de la Confederación Centroamericana y del Caribe de Aficionados a la Natación (CCCAN) realizado en Monterrey, al norte de su país.
La marca previa para una mexicana era de Fernanda González (1:00.94), impuesta en el Mundial de Roma 2009.
“Yo hice lo más perfecto que pude y di todo lo que tenía. No me quedé con nada”, afirmó la competidora azteca. “La realidad es que hay mucha diferencia entre atletas y entre países, se ve la experiencia que algunos nadadores tienen y al final son detalles, pero no hay imposibles, todos tenemos las misma posibilidades y hay que trabajar más”.
Para tratar de cortar en esa brecha de recursos entre países, Pulido tomó la decisión de enrolarse en la Universidad de Southern Illinois, en Estados Unidos, una ruta que se ha vuelto común para muchos nadadores mexicanos.
De los cuatro atletas acuáticos que lograron clasificar a París 2024, tres emigraron de México buscando desarrollarse en las piscinas de universidades estadounidenses. Jorge Iga estuvo en la Universidad de Arizona y Gabriel Castaño en Penn State.
Sólo Miguel de Lara estudió en la Universidad del Valle de México.
“Logro mantenerme a este nivel gracias a Estados Unidos. Entreno en una universidad y ellos son los que me han dado el apoyo, la educación y los entrenamientos y por eso siga viva en el deporte”, dijo Pulido. “Gracias a mi universidad mantengo mi nivel”.
La nadadora tomó esa decisión de ir a Estados Unidos desde hace tres años, mucho antes que estallara un conflicto entre dirigentes que desde enero del año pasado dejó sin apoyos económicos federales a los deportistas acuáticos.
World Aquatics, organismo rector de la natación mundial, desconoció al presidente de la Federación Mexicana, Kiril Todorov por presunta corrupción y nombró un comité para convocar a nuevas elecciones, un movimiento que no fue aprobado por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE).
“El apoyo que recibimos del gobierno no es mucho, si hay mucha desventaja y es algo en lo que México tiene que trabajar”, añadió. “Nosotros buscamos hacer lo más que podemos con lo que tenemos, pero falta apoyo para ser potencia”.