El año y medio de David Lynch en México para hacer ‘Dune’
Aunque no aparecieron en los créditos de la película, el reparto incluyó actores de renombre mexicanos como Angélica Aragón, Claudia Ramírez y Ernesto Laguardia, quien tiene un papel más prominente
En la filmografía del recientemente fallecido David Lynch hay una película muy mexicana: Dune.
El largometraje fue filmado en los Estudios Churubusco de la Ciudad de México y en el desierto en Chihuahua. El cine tenía otros tiempos en la década de 1980 y los directores se podían mudar a otro país, como el caso de Lynch, quien pasó un año y medio en tierra mexicana, para materializar su visión.
La película tiene como protagonistas a Kyle MacLachlan, Virginia Madsen y Sting, pero detrás hubo todo un ejército de trabajadores manuales y extras locales que colaboraron. No se trató de un éxito de taquilla y el mismo Lynch llegó a renegar de ella, pero con el tiempo se ha convertido en un filme de culto cuya atracción ha aumentado gracias a la versión contemporánea de Denis Villeneuve.
Producida por Dino de Laurentiis
Dune era un proyecto de Dino de Laurentiis, experimentado productor de Barbarella, La strada y Waterloo, quien encontró en el entonces joven Lynch, director hasta ese momento de los largometrajes Eraserhead y El hombre elefante al candidato perfecto para llevar la batuta.
La elección de rodar en México obedeció a varios factores, el país había pasado por una fuerte devaluación en 1982, lo que hacía que filmar con presupuestos en dólares fuera muy económico. Además, su geografía ofrecía un desierto, como el que cubre el planeta Arrakis de la historia de Dune, lo cual los llevó a Samalayuca en Chihuahua, al estado central de Tlaxcala y a las escaleras del estacionamiento del Estadio Azteca.
Pero la gran mayoría se rodó en los Estudios Churubusco en la Ciudad de México, con decorados muy elaborados que ocupaban la totalidad de sus foros.
“No fue difícil que encontraran que México era el lugar ideal”, dijo en entrevista con The Associated Press Armando Casas, cineasta y presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. “Era lo que más convenía, estratégicamente estaba bien, no nada más era por ahorrar”.
Elenco y trabajadores mexicanos
Aunque no aparecieron en los créditos de la película, actores de renombre mexicanos fueron extras como Angélica Aragón, Honorato Magaloni, Claudia Ramírez, Ramón Menéndez y Humberto Elizondo, estos dos últimos en una escena como pilotos. Entre los mexicanos, el actor que tiene un papel más prominente es Ernesto Laguardia, quien muere a manos del barón Vladimir Harkonnen y quien posteriormente sería actor de telenovelas y presentador de televisión.
Miguel Cane era un niño actor de ocho años con experiencia profesional previa cuando por coincidencia fue elegido como extra para la película. Cane se convirtió eventualmente en crítico de cine.
“El set para mi escena era el set del palacio de los Atreides en Arrakis, donde es la batalla final entre los personajes de Kyle MacLachlan y de Sting”, dijo Cane a AP. “Para un niño de 8 años ver estas cosas era muy impresionante. Era como estar en otro mundo”.
Por su parte Casas, quien entonces era un estudiante universitario de arte y literatura dramática, supo del rodaje porque estaban buscando extras altos, blancos y atléticos. Incluso algunos de sus compañeros participaron en el filme.
Pero sobre todo los profesionales mexicanos participaron como tramoyistas, electricistas, carpinteros, choferes y un largo etcétera. Anuar Badín fue coordinador de producción. El filme tuvo además una buena repercusión para el cine mexicano, trajo más producciones extranjeras y demostró la capacidad técnica de sus trabajadores.
Lynch en México
Durante su estancia, Lynch dio una conferencia de prensa en la que expresó su entusiasmo por filmar en la ciudad e incluso tuvo tiempo de organizar una exposición de sus pinturas en el país. Vivió en el barrio de lujo de Polanco, donde presentó su obra.
“Él estuvo contento en esta ciudad, él lo declaró en más de una ocasión, declaró que fue feliz aquí”, dijo Cane. “Hizo varias amistades con gente del círculo cultural y social de la zona y con ellos se llevaba muy bien”
Después de filmar volvió al país con su entonces pareja, Isabella Rossellini.
“Le gustaba venir a vacacionar en México como incógnito, sobre todo en la costa de Sonora y en el Mar de Cortés”, dijo Cane. “A finales de los años 80 no era raro que vinieran a vacacionar”.
Fracaso en taquilla
Los efectos visuales del filme no lucen bien a pesar de que eran los mejores de la época y también existen quejas sobre la forma en la que se adaptó la novela de Frank Herbert. El estreno se recorrió de diciembre de 1983 a diciembre de 1984 en Estados Unidos. En México se estrenó en 1985 y no hubo alfombra roja, pues no se estilaba en esa época que hubiera premieres internacionales en México. Tampoco duró mucho en cartelera en ambos países.
“Algo que él (Lynch) reconoce es que la película lo sobrepasó, como a cualquiera, una película de ese tamaño acaba sobrepasando a cualquiera”, dijo Casas.
Era evidente para De Laurentiis que iba a perder dinero con este filme, pero tenía un contrato con Lynch por dos películas de Dune. Decidieron que no habría más películas de la saga, aunque De Laurentiis seguía creyendo en Lynch y le dio la oportunidad de hacer un filme por un presupuesto reducido, que terminó siendo Blue Velvet.
“Fue cuando descubrió que realmente no era con recursos económicos con lo que él podía hacer su visión narrativa, sino realmente con una historia bien contada a su estilo”, dijo Cane. “El fracaso de Dune sirvió para que David Lynch se reinventara por completo y nos diera cosas maravillosas como Blue Velvet, como Twin Peaks […] si a Dune le hubiera ido bien, probablemente David Lynch habría hecho otras cosas. Fue un parteaguas para bien y para mal”.
Una segunda vida
De Laurentiis aprovechó parte de la escenografía de Dune para “Conan the Destroyer” (“Conan, el destructor”) con Arnold Schwarzenegger que también se filmó en los Estudios Churubusco y otras partes de México. Pero lo que nadie imaginó es que se usaría para hacer una película “de ficheras” (el cine de mujeres fatales en bares de mala muerte que predominó en la producción mexicana en la segunda mitad del s. XX), titulada Dos nacos en el planeta de las mujeres, protagonizada por Alberto Rojas “El Caballo” y César Bono.
“Es una película única en el cine popular mexicano de ficheras porque tiene una escenografía de primer mundo, de primer nivel”, dijo Casas.
En perspectiva
Tanto Cane como Casas coinciden en que este es el momento perfecto para ver Dune de David Lynch, quien falleció la semana pasada a los 78 años.
“Todo mundo se debe por lo menos una vez en la vida una película de Lynch”, dijo Cane. “Van a descubrir cosas en la visión de David Lynch que probablemente no tienen nada que ver con la visión de Denis Villeneuve, pero es interesante”.
Casas, por su parte, destacó el tono que establece Lynch en el filme de intrigas palaciegas en una galaxia lejana con enormes gusanos de arena.
“Hay momentos de la película en las que parece que estoy viendo una adaptación de Shakespeare, un Ricardo III, un rey Lear. Ese gran Shakespeare que habla del poder”, dijo. “Dune tiene un trasfondo ‘shakespereano’ muy poderoso, y eso es lo que más me gusta de la película”.