La directora de ‘G20’ Patricia Riggen incursiona en el género de acción con una Viola Davis imparable
La directora mexicana habló con Michelle Padilla sobre su contribución al género y a la representación de los latinos en el cine, así como la importancia de darle veracidad al relato con la asesoría de ex militares y agentes de la CIA
No hay personaje que Viola Davis no pueda interpretar, pero es cierto que es particularmente convincente como una líder, fuerte y vulnerable. Con una trayectoria mayormente en cine de drama, combinada con las habilidades físicas que exhibió en La mujer rey, Davis da vida a Danielle Sutton en G20, una mujer que debe probar su capacidad no solo como presidenta de los Estados Unidos, sino también como madre y ser humano.
Los hermanos gemelos Noah y Logan Miller escribieron G20, una historia que llegó a las manos de la actriz de How to Get Away with Murder y su esposo Julius Tennon en 2015. Posteriormente, se unió la directora mexicana Patricia Riggen (Los 33). Según Davis, la cineasta originaria de Guadalajara resultó la indicada para el proyecto por su visión única.
Riggen admite que se siente “muy afortunada” de ser de las pocas mujeres directoras que han incursionado en el género de acción en Hollywood.
La cineasta mexicana procuró desviarse de un enfoque de protagonismo de la perspectiva estadounidense.
“Mi punto de vista, como mexicana, es un punto de vista internacional”, comenta Riggen. “Para mí era importante que en esta película no solamente los americanos fueran los héroes de la película, sino que incluyéramos a los diferentes personajes que son de diferentes nacionalidades”, explica Riggen. “Creo que eso tiene que ver con el hecho de que no soy americana”.
La importancia de tener a un héroe latino como el personaje del agente Manny Ruiz (Ramón Rodríguez) fue punto clave para Riggen, ya que quería incluir a otros tipos de héroes.
“[Es] muy importante tener representad[a] a la comunidad latina en Estados Unidos y sobre todo, en un papel positivo y no en un papel negativo, como suele ser nuestra representación”, observa Riggen.
Sin duda, el nuevo thriller de acción de Prime Video tiene el respaldo de un elenco diverso. El comediante Anthony Anderson interpreta al primer caballero y padre comprometido a proteger a su familia ante cualquier amenaza. En el papel del arrogante e impulsivo exmilitar Rutledge se encuentra la estrella de The Boys, Antony Starr. Los fans de The White Lotus ubicarán a Sabrina Impacciatore en el papel de Elena Romano, una de las afortunadas que logra escapar de la toma de rehenes en la cumbre G20.
Si bien intenta contribuir con nuevos elementos al cine de acción, la trama es sencilla: durante la cumbre del G20, un grupo de terroristas toma como rehenes a los mandatarios asistentes. El objetivo del villano Rutledge es manipular la economía global utilizando inteligencia artificial y deepfakes para sembrar el caos financiero y posicionar su propia criptomoneda. Sin embargo, el plan se ve interrumpido gracias a las excelentes habilidades de combate y supervivencia de la presidenta Sutton (Davis).
Aunque anclada en el terreno de la ficción, la película se alimenta de las tensiones políticas y tecnológicas del presente. Era muy importante para Riggen “darle veracidad” y que fuera “verdaderamente creíble”. Para ello, consultó a un exagente de la CIA, que tenía mucha experiencia en cuestiones operativas y de tecnología. Por otro lado, consiguió la participación de un consultor exmilitar encargado de la seguridad del G7.
“De él aprendí muchísimo. Para que fuera realista el evento y también para que fuera realista el cómo tomar el evento, cómo hacer un ataque terrorista al evento también”, dice Riggen.
Parte de la narrativa consiste en la colaboración entre países con un mensaje claro: hay que encontrar formas de trabajar juntos por el bien de todos.
Respecto a este mensaje, Riggen comentó: “Para mí era importante representar Sudáfrica, ya que es el país donde íbamos a estar y por eso insertamos ahí a los agentes sudafricanos. Le dimos espacio a la primera dama de Corea del Sur, una mujer ya de edad. Entonces yo creo que eso le da el toque internacional, pero también el punto de vista global que la película debe y quiere tener porque es un lanzamiento global”.
A pesar de tener secuencias de acción bien logradas, como la pelea en el elevador, la película cae en ciertos clichés del género y culmina con un final feliz y cursi que raya en lo inverosímil. El plan inicial de la presidenta Sutton en la cumbre nunca se desarrolla del todo, y el de Rutledge también queda difuso. El villano de Antony Starr predica un discurso antielitista que podría generar empatía, pero sus verdaderas motivaciones se reducen a la misma ambición personal que critica.
Es probable que el género en sí no se preste para responder cuestionamientos profundos, pero para hacer énfasis en buscar la veracidad del relato, la película toca muy por encima las implicaciones del mal uso de la inteligencia artificial y las consecuencias de la manipulación masiva mediante la tecnología.
G20 engancha desde el principio, con un ritmo imparable tras los primeros 20 minutos. En todo caso, la mancuerna de Davis y Riggen es un ejemplo de que las mujeres, las latinas y las historias con visión global tienen espacio —y potencial— para liderar en Hollywood.
‘G20’ se estrena el 10 de abril en Prime Video