Las bacterias que viven en un lago volcánico ultraácido ofrecen un vistazo de la vida en Marte
Las bacterias que viven en condiciones extremas tenían formas especiales de crear energía utilizando azufre, hierro y arsénico
Científicos descubrieron cómo algunos microbios extremos con adaptaciones especiales sobreviven en el lago del cráter ultraácido e hirviente del activo volcán Poás, un avance que arroja más luz sobre si la vida podría haber existido en Marte y cómo.
La investigación, publicada el viernes en la revista Frontiers in Astronomy and Space Science, evaluó las bacterias que viven en el lago hidrotermal del cráter del volcán Poás, en Costa Rica, uno de los hábitats más hostiles del planeta.
El agua de este lago es ultraácida, está llena de metales tóxicos, su temperatura varía de confortable a hirviente, y sufre recurrentes erupciones explosivas de vapor, ceniza y roca, dijeron los investigadores de la Universidad Nacional de Costa Rica y de la Universidad de Colorado, Boulder, en EE.UU.
Si el Planeta Rojo alguna vez albergó vida, los científicos señalan que pudo haber sido en estos ambientes hidrotermales extremos con erupciones mortales, que se cree que son lugares donde la vida puede haberse originado incluso en la Tierra.
“Uno de nuestros principales hallazgos es que, dentro de este lago volcánico extremo, detectamos solo unos pocos tipos de microorganismos, y, sin embargo, una potencial multitud de formas para que sobrevivan”, subrayó en un comunicado Justin Wang, coautor del estudio y estudiante de posgrado de la Universidad de Colorado Boulder.
“Creemos que lo hacen sobreviviendo en los márgenes del lago cuando se producen las erupciones. Es entonces cuando sería útil disponer de un conjunto relativamente amplio de genes”, añadió Wang.
En 2013, los investigadores habían descubierto que en el lago volcánico del Poás solo había una especie microbiana del género Acidiphilium, un tipo de bacteria que suele encontrarse en los drenajes ácidos de las minas y en los sistemas hidrotermales.
Se sabe que estas bacterias tienen múltiples genes adaptados a diversos entornos.
La nueva investigación, realizada tras una serie de erupciones, demostró que había un poco más de diversidad de especies microbianas en el lago, pero las bacterias Acidiphilium seguían dominando.
El análisis de muestras de fluido lacustre, grumos de azufre y sedimentos del fondo del lago mediante una tecnología de secuenciación del genoma de última generación ha revelado que el lago alberga una biodiversidad extremadamente baja de microorganismos dominados por especies de Acidiphilium.
El trabajo de secuenciación del genoma reveló que las bacterias tienen una amplia variedad de capacidades bioquímicas que les ayudan a tolerar condiciones extremas y dinámicas, como vías para crear energía utilizando azufre, hierro y arsénico.
También poseen genes relacionados con la fijación de carbono, como se observa en las plantas -para azúcares simples y complejos y gránulos bioplásticos- que los microbios utilizan como reservas de energía y carbono durante el estrés o la inanición.
“Esperábamos muchos de los genes que hemos encontrado, pero no esperábamos tantos dada la escasa biodiversidad del lago”, indicó Wang.
“Fue una gran sorpresa, pero es absolutamente elegante. Tiene sentido que la vida se adapte así a vivir en un lago de cráter volcánico activo”, añadió.
Aunque los sistemas hidrotermales tienen un entorno extremadamente letal, los investigadores afirman que proporcionan la mayoría de los ingredientes clave para la evolución de la vida, como el calor, el agua y la energía, y que lugares similares también podrían haber albergado vida en Marte.
“La perseverancia de la vida en Laguna Caliente indica que la vida en Marte podría haber prosperado en entornos análogos, lo que subraya la necesidad de buscar vida en sistemas hidrotermales marcianos relictos de sulfato ácido”, escribieron los científicos en el estudio.
Mientras que los esfuerzos por explorar el Planeta Rojo en busca de vida microbiana antigua se han centrado hasta ahora principalmente en los lechos de los arroyos o en los deltas de los ríos, los autores del estudio actual sugieren que se preste más atención a los lugares de las antiguas fuentes termales marcianas.
“Nuestra investigación proporciona un marco de referencia sobre cómo la ‘vida terrestre’ podría haber existido en ambientes hidrotermales en Marte”, comentó Wang.
“Esperamos que nuestra investigación oriente la conversación para dar prioridad a la búsqueda de signos de vida en estos entornos, por ejemplo, hay algunos buenos objetivos en el borde del cráter Jezero, que es donde el Roverance está ahora mismo”, añadió.