‘Free the nipple’: ¿por qué la gente se horroriza ante los pechos de las mujeres?
Los resultados de un nuevo estudio revelan que la mayoría de las mujeres no están de acuerdo con utilizar prendas transparentes que dejan los pechos al descubierto. Olivia Petter se pregunta por qué algunas tienen tanto miedo
A pesar de más de una década de campañas, hashtags y desnudismo, el mundo aún no está preparado para liberar los pezones. Según una nueva encuesta realizada por YouGov, la mayoría de las mujeres (55 %) considera inaceptable que las famosas usen prendas transparentes o translúcidas que dejen a la vista sus pezones. En cuanto a las que no somos famosas, el 77 % dice que tampoco está bien que usemos camisas transparentes en público, cifra que aumenta hasta el 89 % en el caso de las mujeres de 60 años o más.
El único grupo demográfico que aceptó la tendencia de los vestidos transparentes fue, aunque no lo crean, el de los hombres, quienes se mostraron mayoritariamente a favor de ella. Casi la mitad (48 %) dijo que es aceptable que las famosas muestren sus pezones en la alfombra roja. Me pregunto por qué.
Dejando a un lado a los pervertidos que se hacen pasar por feministas, me sorprendieron estos resultados. Estamos en 2025, una época en la que las mujeres deberían atreverse a vestirse libremente, sin vergüenza ni miedo a ser juzgadas. Es una época en la que la ropa transparente ha dejado de ser una tendencia atípica exclusiva de las pasarelas y los desfiles de sastrería para convertirse en una forma de vestir auténtica, con una variedad de prendas disponible en todos los locales minoristas. Pero, ¿por qué más de la mitad de las mujeres piensa que esta forma de vestir no está bien?
Durante los últimos años, las famosas han hablado del tema con creciente fervor. Pensemos en Florence Pugh, que en 2022 se enfrentó a fuertes críticas por usar un vestido fucsia transparente de Valentino que dejaba al descubierto sus pezones. “Muchos de ustedes quisieron hacerme saber de una manera muy agresiva lo decepcionados que estaban por mis ‘tetas diminutas’, o que debería avergonzarme por tener el ‘pecho tan plano’”, escribió la actriz en Instagram luego del desfile. Agregó: “Hace mucho tiempo que vivo en mi cuerpo. Soy plenamente consciente del tamaño de mis pechos y no me asusta. Maduren. Respeten a la gente. Respeten los cuerpos. Respeten a todas las mujeres. Respeten a los humanos. La vida les será mucho más fácil de esa manera, se los prometo. Y todo esto por dos lindos pezoncitos”.
Afortunadamente, las críticas no la han desmotivado y Pugh siguió vistiendo las prendas que más le gustan. En la fiesta de los Oscar de Vanity Fair del año pasado, la actriz lució un vestido transparente color crema de Jean-Paul Gaultier. Esta vez, los puritanos sabían que no debían decir nada, al menos no de la forma en la que lo hicieron la última vez.
Sin embargo, en otros lugares se sigue juzgando el hecho de llevar los pezones al descubierto. Por ejemplo, en los Premios Brit del mes pasado, Charli XCX, música y superestrella autora de ‘Brat’, subió al escenario para recibir uno de sus cinco premios con un vestido negro de Dilara Fındıkoğlu. “Me enteré de que en ITV se quejaban de mis pezones”, dijo mientras recibía uno de los galardones. Y agregó: “Aunque creo que estamos en la era de liberar los pezones, ¿no?”

Free the nipple es una campaña que nació en 2012, cuando la cineasta Lina Esco realizó un documental en el que aparecía corriendo por las calles de Nueva York en topless. Los recortes del documental fueron retirados de Facebook tras ser denunciados por violar las normas respecto de la desnudez establecida por la red social. Esto dio lugar a un movimiento mundial apoyado por celebridades de todo el mundo, desde Rihanna y Miley Cyrus hasta Chrissy Teigen y Lena Dunham. Desde entonces, ha habido actos, marchas y todo tipo de intentos para que las empresas acepten la publicación de imágenes de pechos femeninos en sus redes sociales.
Y, sin embargo, aquí estamos. A día de hoy, Meta no permite publicar imágenes de “pezones femeninos descubiertos” en sus plataformas, aunque su política establece que se hacen excepciones si se trata de lactancia, mastectomías, cuestiones de salud o “actos de protesta”, sea lo que sea lo que eso signifique. Y aunque mostrar los pechos en público es una cosa, el hecho de que incluso la más mínima aparición de un pezón debajo un top transparente sea suficiente para provocar indignación demuestra lo mucho que falta para lograr algún tipo de progreso social en este sentido.
Pero hay que preguntarse: ¿cuál es exactamente el problema? ¿Tanto miedo tiene el mundo del cuerpo de la mujer? ¿La más mínima alusión a la desnudez provoca tanto horror? ¿O es que nuestros cuerpos se han sexualizado tanto que hemos perdido el derecho a vestirnos como nos plazca por miedo a generarle incomodidad a los hombres heterosexuales? Además, ¿por qué son las mujeres la que se oponen? ¿No hemos pasado suficiente tiempo hablando de la misoginia interiorizada como para darnos cuenta de que oprimirnos entre nosotros nos perjudica a todos y beneficia al patriarcado? ¿Por qué no lo hemos superado?
No sé cuál es la respuesta. Pero sí sé que, para mí, ver a una mujer vestirse como le gusta solo puede ser positivo. Usar un atuendo con transparencias requiere agallas. Y si alguien tiene la confianza de hacerlo en una sociedad atrincherada en un condicionamiento que le ha enseñado a las mujeres a aborrecer sus cuerpos o a vestirse para apaciguar la mirada masculina en lugar de a sí mismas, me parece fabuloso.
Eso es lo que la gente no entiende sobre la ropa transparente. No se trata de utilizar una prenda para los hombres. Se trata de apropiarnos de nuestro cuerpo y mostrarlo como queramos, libres de las cadenas de la sexualización y la vergüenza. O simplemente porque nos gustan mucho nuestros pezones. De cualquier manera, me parece bien. Y hay que celebrarlo.
Traducción de María Luz Avila