Día Mundial de la marihuana: Cinco usos del cannabis que no son recreativos
Lo lógico sería pensar que el cultivo de esta planta ancestral estaría permitido e incluso fomentado por los gobiernos.
Cada 20 de abril, los fanáticos de esta planta festejan su día, reivindican su uso y marchan en pos de su legalización. La realidad es que al hablar de los beneficios que aporta, no están descubriendo nada nuevo. Es que la planta de la marihuana, se ha cultivado desde la prehistoria para diferentes usos; producción de fibra textil para elaboración de prendas, plástico, cuerdas o papel; como planta medicinal, extracción de aceite de sus semillas para utilizar como combustible y alimento animal, y como psicotrópico. Mientras que el CBD se utiliza en cremas y otros productos cosméticos.
Se desconoce con exactitud su lugar de origen y algunos sostienen podría haber sido la región del Mar Caspio. Inicialmente tuvo un uso industrial (cuerdas, papel, telas, etcétera) a partir de la valiosa y resistente fibra que posee. El herbario Pen Ts’ao Ching, (circa 2700 a. C.) la menciona por sus propiedades tanto medicinales-psicotrópicas, y se destaca por su cualidad ambivalente. Fue mencionada por Heródoto, pasando por otros tantos en distintas épocas como Dioscórides en su obra De Materia Medica. De este modo sus usos médicos quedaron registrados en la historia, se lo ha suministrado como analgésico, antitusivo, estimulante, sedante, antibacteriano, hipnótico y anestésico, y para otras tantas afecciones en las que podía ser de alguna utilidad para el hombre.
Por eso hemos decidido presentarte cinco usos de esta planta tan generosa, que tal vez no conocías:
Medicina: el cannabis tiene propiedades medicinales que la han hecho estar presente en la farmacopea china hace unos 5000 años. Es especialmente indicada para personas con problemas musculares, como esclerosis múltiple, o para aliviar dolores como lo que sufren los pacientes de quimioterapia. También es recomendable para prevenir el Alzheimer, tratar el glaucoma, dolores premenstruales, etc.
Alimentos: de acuerdo con los activistas, las políticas prohibicionistas que han imperado sobre la cannabis también han dejado al cáñamo fuera del sector alimenticio, a pesar de que contiene vitaminas, proteínas y minerales. Es posible adquirir algunos alimentos derivados del cáñamo, como aceites esenciales, fibras, proteínas, así como semillas y corazones, los cuales son elaborados principalmente en Canadá, donde la producción industrial ya está regulada. Hoy en día en la mayoría de los mercados pueden conseguirse “semillas de hemp” o incluso “leche de hemp” disponible para cualquier consumidor.
Cosméticos: otro derivado del cáñamo es el aceite, que ha comenzado a utilizarse en la elaboración de productos cosméticos, como shampoo, jabones, lociones, cremas corporales y faciales, debido a sus propiedades de hidratación y regeneración de la piel.
Papel: la fibra del cannabis es mucho mejor que la madera de los árboles para elaborar papel. Por un lado, no se pone amarillo y permite una mejor conservación de los documentos. Por otra parte, es un cultivo más productivo y su producción genera menos contaminación. También se puede reciclar el doble que el papel de madera. Los activistas creen que, llevar este proceso a una gran escala reduciría la tala de árboles que son utilizados para este fin. Por otro lado, la suavidad, la flexibilidad y la durabilidad de las plantas representan una ventaja en comparación con los extractos del árbol.
Textiles: los productos, sean sogas o ropa, hechos de cáñamo, son mucho más fuertes y resistentes que el algodón, además de ser una fuente renovable y limpia de estas fibras naturales. Si bien al comienzo el proceso era largo y caro, todo cambio en 1917 con la invención de una máquina que lo optimizaba notablemente. En California, por ejemplo, existen empresas como Hemptique, que elabora ropa y diversos accesorios con base en la cañamiza, como se conoce a la fibra derivada del cáñamo.
Y podríamos agregar también:
Combustible: de esta planta se obtiene un biocombustible de bajo costo, alternativo al uso de hidrocarburos.
La resistencia de la fibra de esta planta y su ligereza son algunas de las características por las que empresas automotrices como BMW, Volkswagen y Audi han comenzado a introducir en sus vehículos partes desarrolladas a partir de este material. Incluso, hay investigadores que ya desarrollan más materiales vegetales y biodegradables los cuales, afirman, permitirían construir vehículos más ligeros y que consuman menos combustible que los convencionales.
Considerando todas estas aplicaciones, lo lógico sería pensar que el cultivo de esta planta ancestral estaría permitido e incluso fomentado por los gobiernos. Y lo fue a lo largo de miles de años en muchas civilizaciones, hasta comienzos del siglo pasado.