Colombianos acuden a vacunarse contra la fiebre amarilla tras alerta de Petro por nuevo brote
David Suárez acudió el miércoles a un puesto público de salud en Bogotá para vacunarse contra la fiebre amarilla. La medida no estaba en sus planes, pero atendió el llamado que hizo horas antes el presidente Gustavo Petro, quien declarará la emergencia sanitaria y económica por un nuevo brote de la enfermedad que ha dejado más de 30 muertos, especialmente en el centro-oeste del país.
“Me vacuné por dos razones: una personal, por salud, porque voy a viajar y segundo, por una razón social que es simplemente acatar lo que nos ha dicho el presidente y tener conciencia que esto es un problema de todos”, aseguró Suárez, un docente de 39 años, a The Associated Press.
Así como Suárez, decenas de personas aguardaban en una fila para recibir la vacuna en el terminal de transporte terrestre de Bogotá, el punto central desde donde parten viajeros hacia diversas ciudades, con especial afluencia en temporadas como la Semana Santa.
El docente viajará con su familia hacia el departamento de Huila, en donde se activó un plan de contingencia por ser vecino de Tolima, donde se ha concentrado la mayor parte de los casos de fiebre amarilla y fue declarada la calamidad pública.
El país ha registrado durante el año 74 casos confirmados, incluidos 32 decesos, indicó Petro la víspera al anunciar la declaratoria de emergencia sanitaria. Resta que el gobierno expida un decreto en donde se especifique su alcance.
La fiebre amarilla regularmente causa fiebre, dolor muscular y náuseas. Algunos pacientes también experimentan ictericia —coloración amarillenta de la piel—, lo que le da su nombre a la enfermedad. Se transmite a los seres humanos por la picadura de mosquitos infectados.
Cristopher Cabrera llegó como turista a Colombia desde México, en el estado de Veracruz, sin saber que en el país hay un nuevo brote de fiebre amarilla.
Acudió a vacunarse a la terminal de transporte por recomendación de la agencia turística, antes de emprender un viaje a Medellín y a Doradal, una zona de clima cálido, donde visitará la Hacienda Nápoles, que perteneció a Pablo Escobar y que atrae a cientos de turistas luego de que el capo del narcotráfico fuera abatido por la policía en 1993.
Cabrera, de 23 años, está preocupado porque teme que “en medio del viaje se contagie uno y andemos mal", relató a la AP. "La verdad que sí me trae pendiente”.
Petro elevó la alerta por el brote de fiebre amarilla al advertir que podría extenderse más allá de los departamentos que suelen reportar algunos casos o mantener vigilancia por sus climas cálidos. Indicó que Bogotá se mantiene en riesgo, no porque haya transmisión de fiebre amarilla, sino por los viajeros que provienen de zonas de riesgo.
“Si el mosquito se comportara como antes, no habría infección en las zonas cafeteras. Pero hoy la hay, porque la temperatura promedio aumentó en virtud de los gases efectos invernadero”, aseguró el miércoles desde X, antes Twitter.
El secretario de Salud de Bogotá, Gerson Bermont, aclaró que la capital del país no es endémica para fiebre amarilla, pero están acelerando la vacunación.
Según la Organización Mundial de la Salud la vacunación es la principal medida para prevenir la fiebre amarilla.
Petro aseguró que el número de víctimas “será muy pequeño” si se trabaja con rapidez en las labores de inoculación y dotación a los hospitales que tratan a personas con fiebre amarilla.