El debate de Ecuador pone en escena al presidente, su mayor rival y 14 candidatos con pocas opciones
Ecuador vuelve a las urnas en febrero y, como en elecciones anteriores, deben elegir entre un alto número de candidatos. Dos son figuras de primera línea, como el presidente Daniel Noboa; algunos son rostros recurrentes de la política nacional y local; pero también hay varios nombres hasta ahora desconocidos. El debate del domingo se plantea como un escaparate para todos.
Los comicios se celebrarán en tres semanas, el 9 de febrero, y esa contienda televisada será la única ocasión en que los 16 candidatos podrán explicar sus propuestas y confrontar a sus rivales, a no ser que haya segunda vuelta entre los dos más votados.
Tres ejes dividirán el espacio de discusión: seguridad, en un país afectado por una fuerte crisis de violencia criminal, eficiencia del Estado y crecimiento económico.
Debido al número de candidatos, el debate se dividirá en dos, los primeros ocho se medirán en 90 minutos, los otros en 90 minutos posteriores. Debido a este formato y al sorteo que determinó quiénes estarán en cada fragmento, los dos aspirantes que lideran las encuestas no se verán las caras.
Daniel Noboa, presidente y candidato a la reelección de tendencia de derecha, estará en el primer turno mientras que Luisa González, aspirante de la Revolución Ciudadana apadrinada por el expresidente Rafael Correa, irá al segundo. Entre los dos, suman más del 70% de la intención de voto, según las últimas encuestas.
Los restantes 14 postulantes, de acuerdo con esas mediciones, tienen menos del 2% de apoyo y muchos de ellos son virtuales desconocidos para la mayoría de los ecuatorianos.
El Consejo Nacional Electoral ha dispuesto un esquema que tendrá una duración de tres horas. Cada uno de los 16 candidatos tendrá menos de un minuto para cuestionar o responder presuntas de sus oponentes.
Noboa, millonario de 38 años, llegó sorpresivamente al poder a finales del año pasado, cuando los ecuatorianos eligieron al reemplazo del entonces mandatario Guillermo Lasso, quien disolvió la Asamblea y acortó su propio mandato para evitar una crisis política interna. González se presenta por segunda vez a las elecciones presidenciales y perdió el año pasado ante el actual gobernante.
El esquema del debate “no permite una exposición adecuada ante los ecuatorianos de los temas nacionales, ni en profundidad ni en tiempo”, dijo a The Associated Press, el ex presidente del Consejo Nacional Electoral, Carlos Aguinaga, quien consideró que este tipo de contienda televisada es más bien “parte del romanticismo latinoamericano” y no tiene mayor incidencia “en las preferencias de voto ni para conocer a los candidatos y sus propuestas”.
El debate de los candidatos presidenciales es obligatorio en Ecuador desde 2020.
En las elecciones de febrero, a las cuales están convocados 13,7 millones de ciudadanos, los ecuatorianos deben escoger al gobernante para el período 2025-2029. Si uno de los aspirantes consigue la mayoría absoluta en primera vuelta —el 50% de los votos más uno— o cosecha un 40% de respaldo y aventaja al segundo en 10 puntos, ganará las elecciones. En caso contrario, se tiene previsto un balotaje en abril.
El tema de seguridad es uno de los que más expectativa genera en Ecuador, donde la creciente espiral de violencia criminal mantiene atemorizada a la sociedad víctima de delitos como asesinato, extorsión, secuestro y asaltos. El año pasado se registraron casi 7.000 crímenes a causa de, según la policía, enfrentamientos entre bandas relacionadas con el narcotráfico.