El mercado de alimentos más grande de Perú celebra el Día Internacional de la Papa
El mercado de alimentos más grande de Perú celebró el jueves el Día Internacional de la Papa, el tubérculo cultivado en los Andes desde hace miles de años, que con el tiempo se popularizó y ahora es el tercer alimento más consumido en el mundo, después del arroz y el trigo.
Aunque en Perú se celebra a la papa cada 30 de mayo desde hace casi dos décadas, desde diciembre de 2023, Naciones Unidas la convirtió en una fecha de conmemoración internacional para concienciar sobre “los múltiples valores nutricionales, económicos, ambientales y culturales de la papa y su contribución como incalculable recurso alimentario y generador de ingresos”.
Este es el primer año que esta conmemoración es internacional. Y precisamente por eso, en el mercado limeño de Santa Anita el festejo fue mayor que en otros años.
Este mercado que recibe casi 2.000 toneladas diarias del tubérculo proveniente de los Andes es el centro de distribución del cultivo hacia otros mercados de la ciudad festejó que esta fecha ya no solo se reconoce en Perú, si no en el mundo entero.
Hubo orquestas andinas que paseaban, con sus saxofones, trompetas y clarinetes, por entre los puestos del mercado; además de danzas folclóricas y comida típica.
Marcelina Gutiérrez, de 65 años, quien vende papa hace más de medio siglo en uno de los 200 puestos de ese mercado, miraba con entusiasmo el ajetreo a su alrededor, mientras juntaba cuidadosamente su largo cabello en un moño.
"Sin papa ni el arroz los peruanos enloquecen", dijo, riéndose.
A su alrededor, iban saliendo varios cargadores —hombres que, a veces sobre sus espaldas; a veces en una carreta, transportan alimentos en los mercados— llevando costales cargados de papas a los camiones. Estos, a su vez, los trasladan hacia los mercados más pequeños de la capital peruana para alimentar a más de 10 millones de personas.
Cristian Serveleón, de 24 años, uno de los más de 200 cargadores del mercado, recordó que en su natal Puquio —en la región Ayacucho, a 346 kilómetros de Lima— siempre se alimentó con papas.
Serveleón trabaja en el mercado de Santa Anita desde las 10 de la noche hasta las 8 de la mañana: recoge, en su carreta varios sacos de papa de 100 kilos cada uno y los lleva hacia los camiones que los distribuirán en el resto de mercados limeños.
“Si no comes papa, no tienes fuerza”, dijo el hombre que llevaba una camiseta de mangas cortas, que dejaba ver unos brazos musculosos, labrados a punto de esfuerzo físico, y unas manos anchas capaces de cargar hasta 17 sacos que, juntos, suman 1.700 kilos.
A la entrada del mercado, un letrero gigante también rinde homenaje a la papa. En él, se ve a un campesino en los Andes, acariciando al tubérculo, como si fuera un bebé. Debajo de la imagen se lee: “El tesoro de los Incas no fue el oro ni la plata, sino la papa, alimento nacional que le dio al mundo entero la oportunidad de aprovechar nuestra verdadera riqueza”.
Perú, el primer productor de papa en América Latina, produjo el año pasado 5,4 millones de toneladas de papa de cerca de 3.000 variedades, más de la mitad de las 5.000 variedades que existen en el mundo. Además, más de 700.000 familias siembran el tubérculo en Perú, sobre todo en los Andes, en pequeñas parcelas de una hectárea; cada una de esas parcelas produce, en promedio 13 toneladas de papa, según datos oficiales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indicó que en 2022 se produjeron 375 millones de toneladas de papa en el mundo en una lista encabezada por China con más de 95 millones de toneladas.