En medio de denuncias, El Salvador continúa el escrutinio final para elección de diputados
En medio de denuncias de presuntas irregularidades y el anuncio de cuatro de los cinco magistrados suplentes del Tribunal Supremo Electoral de desligarse del proceso, continuba el lunes el recuento de votos para definir los 60 escaños en disputa del Congreso unicameral de El Salvador.
Una semana después de la elección presidencial y legislativa y con la presencia de representantes de los partidos políticos y observadores electorales, el TSE puso a cero el centro de cómputo y comenzó la víspera a revisar los paquetes electorales de los departamentos de Cabañas y San Vicente, para luego seguir con los de Morazán, Chalatenango y San Salvador. En total son 8.562 paquetes que contienen las actas de la votación legislativa.
El país centroamericano celebró el 4 de febrero las elecciones presidenciales y al Congreso, las cuales fueron cuestionadas duramente por los partidos de oposición luego de darse un fallo en el sistema de transmisiones que, según las autoridades, no permitió digitalizar todas las actas de la votación para presidente y de diputados.
Sin embargo, el Tribunal oficializó el viernes el escrutinio definitivo de las elecciones presidenciales y confirmó que el presidente Nayib Bukele ganó con el 82,6% de los votos válidos.
Aunque no había sido declarado vencedor tras la jornada electoral, Bukele se adelantó asegurando que había ganado la contienda con más del 80% de los votos y que su fuerza política había triunfado ampliamente en la elección de la nueva Asamblea Legislativa.
El magistrado del TSE, Noel Orellana aseguró el lunes a los medios que las mesas trabajarán las 24 horas y que esperan concluir el escrutinio entre ocho y diez días.
Pocas horas después de dar inicio al escrutinio final, trascendió que cuatro de los cinco magistrados suplentes del Tribunal enviaron cartas a sus colegas propietarios en las que comunicaban que decidieron desligarse del proceso electoral por considerar que “ya no estamos en la posición de aceptar decisiones que no hayan sido emanadas de forma legal”.
Al respecto, el magistrado Orellana, apuntó que “si buscamos responsables lo somos tanto los propietarios como los suplentes. Yo no quisiera pensar que hay otras intenciones detrás de eso. Ellos son los indicados para dar la cara ante los medios de comunicación y aclarar esas situaciones anómalas a las que se refieren”.
Indicó que esos magistrados suplentes aprobaron el calendario electoral y han participado en todas las actividades y “no creo que sea ético, no es leal, ni para los magistrados propietarios, ni para la institución, que los mismos magistrados vengamos a tratar de criticar o empañar el proceso”.
Por su parte, el magistrado suplente, Marlon Harold Cornejo, que no suscribió las cartas, defendió las decisiones que se han tomado en el proceso electoral y afirmó que “la tendencia que se observa en el escrutinio definitivo no da a lugar a dudas de cuál es la voluntad del pueblo”.
Entretanto, el conservador partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que participó en el inicio del escrutinio, decidió retirarse del proceso alegando “una total desigualdad en la vigilancia” y no contar con el personal necesario para supervisar el escrutinio, según afirmó la diputada de ese colectivo opositor, Silvia Ostorga.
El TSE autorizó a los partidos políticos que acreditaran un vigilante para cada una de las mesas que revisan los paquetes electorales, pero no todos lo han logrado, a excepción de Nuevas Ideas, de Bukele.
El secretario general del exguerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Oscar Ortiz, confirmó que el martes "nos vamos a hacer presentes, vamos a llevar al equipo nuestro que ya está aquí y los que vamos a convocar para la vigilancia, tomando en cuenta que todavía no tenemos nada que asegure que la gente va a poder hacer su trabajo”.
Bukele no sólo buscaba alzarse con la victoria para un segundo mandato, sino lograr que su partido Nuevas Ideas arrasara en la elección legislativa. El popular gobernante logró en su primer periodo contar con mayoría absoluta en el Congreso. Los diputados son electos para 3 años.