Aumentan protestas en Kenia y pedidos de que renuncie el presidente
Las protestas continuaban el martes en la capital de Kenia y otras partes del país por una propuesta que aumentaría el costo de la vida, incluso después de que el presidente dijo que no la firmaría tras el asalto al Parlamento la semana pasada.
La policía disparó gases lacrimógenos contra los manifestantes en Nairobi, donde muchos negocios permanecían cerrados por temor a los saqueos. La principal carretera a la segunda ciudad más grande de Kenia, Mombasa, estaba cerrada mientras los manifestantes encendían hogueras.
Si bien persisten temores de que el presidente William Ruto se retractará y sí firmará la propuesta económica antes del plazo de la semana entrante, algunos manifestantes también están exigiendo su renuncia, acusándole de mala administración.
Pero algunos de los jóvenes que encabezan las protestas han expresado temores de que otros kenianos han estado usando los disturbios como excusa para causar violencia. “Se nos han infiltrado unos matones”, dijo escribió el martes en la red social X un organizador, Hanifa Farsafi.
Las protestas de la semana pasada se tornaron mortíferas cuando la policía abrió fuego. Las dos semanas de disturbios han dejado 39 muertos, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia, aunque Ruto dijo el domingo que fueron 19.
El mandatario ha ofrecido dialogar con jóvenes kenianos y ha prometido recortes presupuestarios en viajes y hospitalidad de su despacho, tal como exigen los inconformes. En momentos en que el desempleo sigue alto y los precios van en aumento, ha habido enojo colectivo hacia el lujoso estilo de vida del presidente y otros funcionarios.
Miembros de las protestas, jóvenes sin líder definido, han dicho que no confían en que el presidente realmente implementará sus nuevos planes de austeridad.
El principal partido de oposición llamó el martes al gobierno a asumir la responsabilidad de las muertes de la semana pasada.
El economista Ken Gichinga dijo a The Associated Press que el gobierno debe asumir una actitud distinta hacia las reformas impositivas que permitan a la economía crecer.
“Los miembros de la generación Z son los más afectados por el desempleo”, dijo Gichinga.