¿Cómo interpretar la efectividad de una vacuna contra el COVID-19?
El porcentaje de efectividad es la probabilidad que una vacuna prevenga la infección por el virus SARS-CoV-2
¿Qué significa la efectividad de una vacuna contra el COVID-19?
Se refiere a la probabilidad de que una vacuna contra el coronavirus funcione en las personas.
Dos fabricantes han dicho que resultados preliminares de sus estudios en etapa avanzada dejan entrever que sus vacunas experimentales ofrecen una sólida protección. Moderna indicó esta semana que la suya tiene una efectividad aparente de casi el 95%, luego de que hace unos días Pfizer anunció que su vacuna parecía tener una efectividad similar.
Esas cifras alentaron las esperanzas en todo el mundo de que las vacunas podrían poner fin a la pandemia en algún momento el año próximo si siguen mostrando que evitan que las personas contraigan la enfermedad y son seguras.
Las cifras de efectividad se irán modificando conforme continúen los estudios de las vacunas, ya que los primeros cálculos se basaban en menos de 100 casos de COVID-19 en cada estudio. Pero los primeros resultados proporcionan fuertes indicios de que la vacuna podría prevenir la gran mayoría de las infecciones cuando grandes grupos de personas estén vacunadas.
Las autoridades de salud estadounidenses señalaron que una vacuna contra el coronavirus tendría que tener una efectividad de al menos 50% antes de que sopesaran aprobarla para su uso. Había preocupación de que las vacunas para el COVID-19 tuvieran una eficacia similar a las de la influenza, cuya efectividad ha oscilado entre 20% y 60% en los últimos años.
Las cifras preliminares no brindan el panorama completo. Los científicos también necesitan comprender qué tan bien protege la vacuna a la gente en distintos grupos de edad y categorías demográficas.
Para las dos vacunas, los resultados preliminares fueron obtenidos en gente que tenía síntomas de COVID-19 y por los cuales se les hizo una prueba diagnóstica. Eso significa que aún no sabemos si alguien que está vacunado podría infectarse de todas formas —incluso si no muestra síntomas— y contagiar a otros.
Tampoco se sabe si las vacunas proporcionarán protección duradera, o si será necesario aplicar refuerzos.