Candidatos republicanos elevan mensajes antitransgénero para movilizar a conservadores cristianos
Miles de personas en uno de los condados más conservadores de Carolina del Sur clamaron cuando Donald Trump prometió recortar el financiamiento federal el “Día 1” para las escuelas que inculcan lo que llamó “locura transgénero” en los niños.
“Y ni siquiera puedo creer que tenga que decirlo, pero tengo que decirlo”, dijo Trump a la multitud este mes. “Mantendré a los hombres fuera de los deportes femeniles”.
El expresidente se ha burlado repetidamente de las personas transgénero durante su campaña, y utiliza un lenguaje sobre la identidad de género que los defensores de la comunidad LGBTQ+ consideran equivocado y dañino. Otros en el campo republicano han atacado la participación de personas transgénero en los deportes y han propuesto prohibiciones a nivel nacional a la atención de afirmación de género a menores transgénero.
Las cuestiones relacionadas con las personas transgénero se han convertido quizás en la mayor llamada a la movilización a los conservadores cristianos —más que el derecho al aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ese cambio preocupa a los defensores que señalan que las personas transgénero ya son desproporcionadamente propensas al estrés, la depresión y el comportamiento suicida cuando se las obliga a vivir según su sexo anatómico al nacer.
“Los republicanos podrían estar exagerando su posición en términos políticos. Desde un punto de vista ético, creo que es repugnante”, dijo Tim Miller, un exoperador político republicano quien trabajó como director de comunicaciones para la campaña presidencial de 2016 del exgobernador de Florida Jeb Bush.
El director ejecutivo de la Alliance for Full Acceptance (Alianza para la Plena Aceptación), Chase Glenn, un hombre transgénero, calificó de “deshumanizante” que se politice su existencia.
“Es realmente asqueroso que estos políticos piensen que pueden utilizar a las personas trans, y más específicamente a los jóvenes trans, como herramienta política para ganar puntos”, dijo.
A muchos republicanos les ha molestado la manera en que a veces se habla sobre el género, parte de una reacción más amplia contra lo que los conservadores ven como una marea liberal en las aulas. Varias personas entrevistadas en un reciente mitin de Trump argumentaron que se confrontaba erróneamente a los niños con cuestiones de identidad de género.
“No deberíamos tener que pensar en eso”, dijo Cheryl Savage, de 59 años, de Conway. “Necesitamos cuidar a nuestros hijos, desde las escuelas hasta el nivel más alto”.
Recientemente, las legislaturas estatales controladas por el Partido Republicano han tomado medidas para dictar muchas facetas de la vida transgénero. Al menos 22 estados han promulgado leyes que restringen o prohíben la atención médica de afirmación de género a menores. Proyectos de ley que rigen el uso de pronombres escolares, la participación en equipos deportivos y el acceso al baño regresan este año, al igual que las acciones para restringir los espectáculos drag.
En Carolina del Sur, uno de los pocos estados del sur sin tales restricciones de salud, el Senado, liderado por los republicanos, considera un proyecto de ley aprobado por la cámara baja para prohibir la atención de afirmación de género de menores. Los opositores desplegaron las franjas rosa claro, azul celeste y blancas de la bandera transgénero a lo largo de las escaleras del Capitolio para protestar este año contra la medida.
Tanto Trump como Nikki Haley, su última gran rival de cara a las primarias republicanas de Carolina del Sur el próximo sábado, se han inclinado por la retórica antitransgénero.
Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y embajadora de Trump ante la ONU, frecuentemente enfatiza a los “papás de las niñas” de su estado natal que no pueden criar “mujeres fuertes” si hay “niños biológicos participando en deportes femeniles”. Ha descrito la idea de que “los niños biológicos practiquen deportes femeniles” como el “tema principal de las mujeres de nuestro tiempo”.
Trump, en un evento en Iowa en octubre, dijo que los deportistas transgénero eran “muy degradantes para las mujeres”. Después hizo la pantomima de una joven levantadora de pesas que tenía dificultades para levantar pesas pesadas con la misma facilidad que sus contrincantes “que hicieron la transición”. Repite el acto con frecuencia en los mítines, y a veces agrega que su esposa, la ex primera dama Melania Trump, le dice que su imitación no es presidencial.
No hay suficientes investigaciones sobre la imparcialidad de las competencias que incluyen a personas transgénero. Prácticamente no existen estudios que determinen si los deportistas transgénero tienen ventajas claras sobre los participantes cisgénero.
Trump ha prometido aplicar una serie de otras políticas antitransgénero si gana un segundo mandato en la Casa Blanca. Las propuestas incluyen prohibir dinero federal para cualquier hospital que brinde atención de afirmación de género a menores, ordenar a las agencias federales que pongan fin a cualquier programa que promueva la transición de sexo o género y presionar al Congreso para que prohíba las intervenciones químicas o quirúrgicas de menores.
Esto a pesar del respaldo de los principales grupos médicos, incluida la American Medical Association (Asociación Médica Estadounidense) y la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría), sobre que la atención a los jóvenes transgénero es segura cuando se administra correctamente.
Las personas transgénero representan 5 de cada 1.000 adultos y 14 de cada 1.000 adolescentes de 13 a 17 años en Estados Unidos, según un informe de junio de 2022 de un grupo de expertos en derecho de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) que investiga las políticas públicas en torno a la orientación sexual y la identidad de género.
Mientras tanto, el gobierno de Biden ha retrasado repetidamente una nueva regla del Título IX que prohibirá a las universidades financiadas con fondos federales adoptar políticas de “talla única” o enfoque único que prohíban categóricamente a los estudiantes deportistas transgénero participar en equipos consistentes con su identidad de género. Estas restricciones están vigentes en unos 20 estados.
Los datos de las elecciones republicanas de este año y las entrevistas con votantes republicanos indican que el tema resuena entre muchos miembros del Partido Republicano.
Según AP VoteCast, una encuesta nacional del electorado, alrededor de tres cuartas partes de los participantes del caucus republicano de Iowa dijeron que sus escuelas públicas locales K-8 (de jardín de niños a octavo grado) enseñan “demasiado” sobre identidad de género u orientación sexual. En Nueva Hampshire, 7 de cada 10 votantes en primarias republicanas opinaron que se enseña “demasiado” sobre la identidad de género en las escuelas primarias y secundarias locales.
Chad Connelly, exdirector de participación religiosa del Comité Nacional Republicano, quien ahora dirige una organización que moviliza políticamente a pastores evangélicos, refirió que muchas congregaciones están motivadas por cuestiones como la atención de afirmación de género a menores.
“La mayoría de los pastores que conozco... se oponen vehementemente”, dijo. “No creen que sea cuidado de la salud permitir que niños de 8 y 10 años tomen decisiones sobre alterar permanentemente cosas que no deberían ser alteradas”.
Las directrices de las principales autoridades en atención médica de afirmación de género establecen que la cirugía debe reservarse para los adultos, con excepciones de adolescentes mayores que cumplen ciertos criterios. Otros tratamientos, como los bloqueadores de la pubertad, no se consideran irreversibles.
Tim Carter, de 55 años, quien se describe a sí mismo como cristiano y dirige un negocio de recuperación de adicciones, asistió al reciente mitin de Trump en Conway. Él y otros dijeron estar de acuerdo con Trump sobre prohibir que las mujeres transgénero se unan a los deportes femeniles —una opinión moldeada en parte por su fe.
Los seguidores de Cristo “aman a todas las personas”, dijo Carter, pero hay “algunas cosas que simplemente no se pueden pasar por alto”.
“Cuando empiezas a llevar eso a nuestros niños en las escuelas, has cruzado la línea”, dijo. “Nosotros debemos criar a nuestros hijos, no otros”.
El acceso de las personas transgénero a los deportes, los baños y la atención médica se convirtió en el nuevo tema clave para la derecha religiosa luego que la Corte Suprema de Estados Unidos aprobara el matrimonio entre personas del mismo sexo, refirió Jami Taylor, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Toledo, quien estudia políticas relacionadas con los derechos LGBTQ+.
Hace dos años, el tribunal superior también anuló un derecho al aborto garantizado a nivel federal, lo que supuso una victoria largamente buscada por los conservadores, pero abrió una brecha en que los demócratas han centrado con éxito sus campañas desde entonces. Los republicanos han estado divididos sobre si impulsar una prohibición nacional del aborto y Trump se negó a respaldar públicamente la idea.
Entre 2015 y 2020, la identificación partidista y la asistencia religiosa se volvieron mucho más predictivas de las opiniones de alguien sobre cuestiones relacionadas con las personas transgénero, según una investigación de Taylor y sus colegas. Encontraron que quienes asisten con frecuencia a servicios religiosos y se alinean con los republicanos tienen menos probabilidades de apoyar el acceso inclusivo a los baños.
“No es buena idea hablar sobre el aborto en este momento si eres republicano”, dijo Taylor. “Pero puedes salirte más con la tuya en (cuestiones) trans y así le das concesiones a la misma gente”.
Mas Kono, un agnóstico político de 60 años, dijo que los mensajes republicanos sobre cuestiones transgénero no resuenan con él en absoluto. En la contienda presidencial, se inclina a regañadientes por Biden, pero sigue abierto a apoyar a Haley, a cuyo mitin asistió recientemente en Daniel Island, Carolina del Sur.
A Kono le preocupan más la economía, la seguridad nacional y la democracia. Mientras los legisladores republicanos en su estado toman medidas para restringir el acceso a la atención médica de los jóvenes transgénero, él describió el tema como una cuestión “anecdótica” que “vende calcomanías para los parachoques”.
“También podrías decir: ‘Prohíban el cálculo en el jardín de infantes’”, dijo Kono.
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Las periodistas de The Associated Press Jill Colvin, en Nueva York, y Meg Kinnard, en Conway, Carolina del Sur, contribuyeron a este despacho.
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Pollard es miembro del cuerpo de The Associated Press/Report for America Statehouse News Initiative. Report for America es un programa de servicio nacional sin fines de lucro que coloca a periodistas en salas de redacción locales para informar sobre temas con poca cobertura.