Estas son las diferencias entre el colapso de Silicon Valley Bank y la crisis financiera de 2008
El cierre de la entidad fue considerado como el mayor fracaso financiero de EEUU y el segundo colapso bancario más grande de la historia del país
Hasta el pasado 8 de marzo, SVB (Silicon Valley Bank) era una institución bancaria sólida que buscaba recaudar algunos fondos. En solo 48 horas, el pánico provocado por la misma comunidad de capital de riesgo a la que el banco había servido, terminó por darle fin a la carrera de 40 años de la institución.
Fue el pasado viernes cuando los inversionistas cerraron SVB y enmarcaron sus depósitos en el mayor fracaso financiero de EEUU, se trató del peor error bancario desde la crisis financiera de 2008 y el segundo colapso bancario más grande de la historia del país.
Tras el cierre de la entidad financiera, muchos inversores y ciudadanos que han depositado sus ahorros en bancos y otros organismos que administran capitales, se han preguntado si podría ocurrir un colapso como el de hace 15 años, cuando la crisis de las denominadas “hipotecas basura” provocó una gran recesión.
Entre las medidas inmediatas que adoptaron las autoridades en el caso de SVB fue un “reforzamiento” en la regulación del sector, de acuerdo con un anuncio emitido por el presidente de EEUU, Joe Biden; quien además agregó: “Sus depósitos estarán disponibles cuando los necesiten”, dejando en claro que los contribuyentes no se harían cargo de las pérdidas de los bancos en bancarrota.
Biden atajó el pasado fin de semana que habrá una protección del gobierno pero que esta no beneficiará a los inversionistas que compraron acciones al extinto banco; y acotó que otras instituciones bancarias ayudarán a satisfacer las necesidades de los clientes.
Estas son algunas claves para entender la Crisis de 2008 y el cierre de SVB:
SVB no era un banco convencional. La entidad financiera estaba especializada en el sector tecnológico y en empresas emergentes o ‘start-ups’. Según refieren expertos, dicha área económica no está pasando por un buen momento; y es debido a ello, que los inversores de riesgo que apostaron en algún momento por estas iniciativas, retiraron sus capitales de la bolsa.
La incertidumbre generada por la guerra de Ucrania vs. Rusia, la pandemia del COVID-19 y los altos costos del crédito que no se veían desde la década de los ochenta, son algunos otros factores que propiciaron la especulación de una crisis. Algunas de las empresas afectadas por la disolución de SVB fueron Roku, Circle, Roblox, BlockFi, Compass Coffee, Camp, Axsome Therapeutics, entre otras.
No se prevé un ‘efecto dominó’. En el año 2008, cuando el banco Lehman Brothers colapsó derivado de las “hipotecas basura”, tundió a todo el sistema financiero internacional. De acuerdo con economistas, el caso de SVB no tendrá el mismo ‘efecto dominó’ en EEUU ni en otros países. En palabras del Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, es muy probable que “no estemos ante una crisis financiera sistémica”.
Gran parte del alivio económico que está brindando el Gobierno de EEUU está enmarcado en el DIF (Fondo de Garantía de Depósitos, por sus siglas en inglés), el cual fue creado para situaciones de emergencia como esta. El DIF es financiado con pagos trimestrales que emiten las propias instituciones bancarias y a través de los intereses que generan los bonos del gobierno.
Las regulaciones son más estrictas. Después de la crisis financiera de 2008, el Congreso de EEUU aprobó la Ley Dodd-Frank, la cual no solo trata de someter a pruebas de “estrés” a las corporaciones o capitales para conocer su capacidad de respuesta a las crisis; se trató de una reforma profunda para devolver a los inversores la confianza en la solidez del sistema financiero de EEUU.
Entre las reformas más sustanciales de la nueva regulación de valores, realizadas durante la administración del entonces presidente, Barack Obama, se encuentran el reforzamiento de la protección de inversores; fuerte supervisión y regulación de las firmas financieras; la supervisión global de los mercados financieros; y el aumento de los estándares regulatorios internacionales, así como la mejora en la cooperación internacional.
Una de las medidas más polémicas que fue erradicada con la modificación de algunas leyes fue el denominado ‘too-big-to-fail’ (‘demasiado grande para caer’), el cual establece que si una entidad financiera de gran tamaño incumple en sus obligaciones, los reguladores pueden ordenar su cierre e, inclusive, su liquidación de forma segura; este rescate o cese de operaciones no debe ser orientado nunca más a los impuestos de los contribuyentes ni tampoco causar un riesgo al sistema financiero.