¿Podrá Donald Trump volver a Twitter tras la compra de Elon Musk?
La oferta del multimillonario de Tesla para comprar el gigante de las redes sociales ha entusiasmado a muchos republicanos pro-Trump
El anuncio de Twitter de que llegó a un acuerdo de venta por US$44.000 millones con el multimillonario Elon Musk ha enviado una sacudida de energía positiva a muchos republicanos. Congresistas como Marjorie Taylor Greene y Jim Jordan han celebrado la noticia como un posible avance para la “libertad de expresión” y esperan que algunos de ellos que han sido “censurados” puedan recuperar sus cuentas.
Pero lo más importante, como siempre, es Donald Trump.
El expresidente fue vetado de Twitter tras el atentado del 6 de enero de 2021 en el Capitolio, del que muchos, fuera de la leal mayoría del Partido Republicano, le consideran responsable, al menos en parte, de haber incitado. También se le prohibió el acceso a Facebook, lo que le dejó sin acceso a las dos mayores plataformas de redes sociales del mundo anglófono, y sus esfuerzos por crear una alternativa de derecha han fracasado vergonzosamente.
Todo esto ha alimentado un esfuerzo de la derecha para enmarcar la “gran tecnología” como una de las grandes amenazas a la vida estadounidense, acusando a las principales plataformas de violar la “libertad de expresión” al censurar a los funcionarios conservadores que utilizan sus servicios.
Si la oferta de Musk de comprar la plataforma llega a buen puerto y restablece la cuenta de Trump, dependerá en gran medida del grado de control directo que el a veces errático multimillonario decida ejercer en la empresa, pero desde el punto de vista de los aliados de Trump en el Partido Republicano, las señales son alentadoras.
Como dijo Musk en un reciente evento TED: “Una buena señal para saber si hay libertad de expresión es: ¿Se permite a alguien que no te gusta decir algo que no te gusta? Si es así, entonces tenemos libertad de expresión”.
Sin embargo, la política de Musk no siempre es fácil de precisar. Parece que desprecia a Joe Biden, al que llamó recientemente “marioneta húmeda con forma humana”, y en varias ocasiones se puso en contra del consenso científico general durante la pandemia del covid-19. En un momento dado, reabrió una planta de Tesla en California desafiando la orden de cierre del condado. (Cientos de trabajadores acabaron contrayendo el virus).
Sin embargo, Musk no es un partidario declarado de Trump: ha criticado varias de las políticas del presidente, y en 2019 apoyó a su compañero empresario tecnológico y defensor de la renta básica universal Andrew Yang en su campaña para la candidatura demócrata.
En última instancia, Musk no ha dicho nada que indique que el regreso de Trump a Twitter sea una prioridad específica para él. Sin embargo, su reputación como autoproclamado “absolutista de la libertad de expresión” se vio reforzada por una encuesta que realizó para sus seguidores en marzo.
“Dado que Twitter es la plaza pública de facto”, escribió, “no adherirse a los principios de la libertad de expresión socava fundamentalmente la democracia. ¿Qué hay que hacer?”.
En otro tuit más reciente, sin embargo, parecía aspirar a algo ligeramente más consensuado de lo que muchos partidarios de Trump podrían preferir: “Las políticas de una plataforma de redes sociales son buenas si el 10 por ciento más extremo de la izquierda y la derecha están igualmente descontentos”.
Trump, por su parte, comentó el lunes que no tiene interés en volver a unirse a Twitter, ya que está centrado en su propia plataforma, Truth Social.
“No voy a entrar en Twitter, me voy a quedar en TRUTH”, señaló Trump a Fox News. “Espero que Elon compre Twitter porque le hará mejoras y es un buen hombre, pero me voy a quedar en TRUTH”.
El expresidente dijo que empezará a “TRUTHear” a lo largo de la próxima semana.