Exabogado asegura que la deportación de la madre de Milwaukee a Laos fue inesperada
Detalles exclusivos: “Nadie con un mínimo de compasión pensaría que es una razón imperiosa” para separar a Yang de su familia, afirmó su antiguo abogado, Matt Ricci
Un antiguo abogado de la mujer estadounidense de origen hmong que llegó a Estados Unidos a los ocho meses de edad y vivió en Milwaukee hasta que fue deportada hace 11 días a Laos afirma que su expulsión fue una completa sorpresa.
Ma Yang, de 37 años, nació en Tailandia y alcanzó el estatus legal de residente permanente en Estados Unidos antes de que la administración de Trump despojara a la madre de cinco hijos de su green card, o tarjeta de residencia permanente, unos dos años y pico después de ser liberada de una prisión federal, donde cumplió 30 meses por cargos relacionados con marihuana. En febrero, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) le dijo a Yang que se presentara en las instalaciones de la agencia en Milwaukee. Cuando acudió al centro, los agentes detuvieron a Yang, la enviaron a Indiana, luego a Chicago y, finalmente, fue enviada a Laos.
“Estados Unidos me envió a morir”, expresó Yang.
Yang fue expulsada de Estados Unidos después de que el presidente Donald Trump prometiera durante su campaña deportar a “millones y millones” de personas. El sábado, invocó la raramente utilizada Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, que está pensada para tiempos de guerra.
En una entrevista anterior con el Milwaukee Journal Sentinel, Yang aseveró que su abogado en el caso nunca le dijo que la deportación era una posibilidad. El abogado defensor Matt Ricci, que representó a Ma Yang en el caso de la marihuana de 2020, lo refutó el lunes y señaló que sus archivos y notas mostraban lo contrario. Según él, le comentó a Yang en ese momento que la deportación “podría ocurrir”, pero que no creía que “fuera a ocurrir”.
“Sabíamos que Laos no aceptaba gente de Estados Unidos”, declaró Ricci a The Independent. “Iba a cumplir su sentencia y, cuando saliera de la cárcel, presumiblemente se quedaría en EE. UU. Pero no había ninguna garantía […] No había deportaciones a Laos, [la idea de ello] nunca pasó por la mente de nadie”.

Ricci informó el lunes que muchos de los 12 hermanos de Yang habían nacido en Estados Unidos, pero que el hecho de que Yang naciera en un campo de refugiados en el extranjero la convertía simplemente en víctima de unas circunstancias de nacimiento “estúpidas”.
“Nadie con un mínimo de compasión pensaría que esa es una razón imperiosa” para separar a Yang de su familia, dijo Ricci, que no ha hablado previamente con los medios de comunicación.
“En realidad solo era un caso por marihuana”, añadió, con asombro. “Ella fue un peón tan pequeño en todo este asunto. Aunque no la echaran del país, era injusto. No hizo nada que mereciera 30 meses”.
Sin embargo, aunque la situación actual de Yang ha recibido una amplia atención, no se había hablado de los angustiosos detalles de sus primeros años de vida.
Yang solía quedarse sola con sus padres, que la maltrataban física y emocionalmente, según escribió Ricci en un memorando de sentencia de marzo de 2022 que revisó The Independent. Durante estos tiempos, relata, un hermano mayor se encargaba de su cuidado. El hermano en cuestión no se nombra en la nota, pero cuando se enojaba, era propenso a la violencia, continúa la nota, y añade: “Se enfadaba a menudo”.

A los 11 años, Yang empezó a escaparse de casa, según la nota. Después la enviaron a vivir con una tía a Minnesota, donde, a los 14 años, dio a luz a su primera hija, Azia. Con el tiempo, Yang regresó a Milwaukee. A los 20 años, revela la nota, Yang, que ha trabajado en un salón de manicura y como camarera, tuvo una segunda hija, Fantazia.
Alrededor de 2010, tras finalizar la relación de Yang con el padre de Fantazia, conoció a su pareja de toda la vida, Michael Bub. Los dos siguen juntos y tienen tres hijos propios, según la nota de la sentencia. Sin embargo, Bub tiene graves problemas de salud que lo han obligado a someterse al menos a dos operaciones cerebrales. El memorándum indica que Bub es “incapaz de vivir solo y se queda con sus padres”, aunque el padre de Bub está extremadamente enfermo.
En una llamada telefónica el lunes, Bub declinó hacer comentarios.
En septiembre de 2020, Yang y Bub estuvieron entre las 26 personas detenidas en una redada masiva coordinada por las autoridades federales. Los investigadores habían estado escuchando a escondidas las llamadas de Yang, que, según ellos, demostraban su implicación en una red de tráfico internacional que enviaba marihuana entre California y Wisconsin, que había recibido y empaquetado cannabis y dinero en efectivo, y que guardaba numerosas armas de fuego en la casa que compartía con Bub.

Yang se vio implicada cuando su hermana Xina le pidió que recibiera paquetes en su casa, según la nota de la sentencia. Ma aceptó, pero “decidió expresamente no preguntar qué contenían los paquetes”, afirma la nota.
“No tardó en darse cuenta de que algo ilícito estaba ocurriendo, pero no preguntó qué había en los paquetes”, afirma el memorándum. “Su hermana le dijo que no podía meterse en problemas si no sabía lo que había en los paquetes”.
En los documentos presentados ante el tribunal, Yang, que no tenía antecedentes penales, atribuyó la mayor parte de la culpa de las armas a Bub, que salió de prisión en enero de 2024. Era un entusiasta de las armas, poseía las armas de fuego con permiso legal y disfrutaba yendo al campo de tiro, según una moción de fianza de 2020 que Ricci presentó al tribunal. El posterior memorando de sentencia señala a la hermana de Yang y al novio de su hermana como los que la metieron en la situación y afirma que Yang sentía una inmensa “vergüenza” por sus actos.
“Ciertamente, se arrepiente de su participación en sus delitos, pero también tiene otros arrepentimientos importantes”, decía la nota. “Ha estado ausente de su familia, viendo crecer a sus hijos por videocámara. No ha ayudado a sus hijos con las tareas escolares. Sus hijos tuvieron sus propias dificultades, antes de la detención. No ha ayudado a su hija con la terapia del habla ni ha estado presente para su hijo autista. Intenta criar a sus hijos desde la cárcel”.
Como argumentaba la sentencia de Ricci: “Es culpable. Ha sufrido. No tiene antecedentes. No hay nada que sugiera una intención de reincidir. Una sentencia de libertad condicional es apropiada en este asunto”.
Traducción de Michelle Padilla