Trump reafirma su plan para desalojar Gaza: esto es lo que ha dicho y lo que está en juego

Lee Keath
Miércoles, 12 de febrero de 2025 08:58 EST
TRIMP-GAZA
TRIMP-GAZA (AP)

Detrás de las promesas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de convertir Gaza en una “Riviera del Oriente Medio”, está un plan para expulsar a una población de su tierra, señalan grupos defensores de derechos humanos, y advierten que podría ser un crimen de guerra de acuerdo con el derecho internacional.

Trump reafirmó esta semana sus promesas de desalojar permanentemente a los más de dos millones de palestinos en Gaza, señalando que no se les permitiría regresar, y en un momento dado, sugirió que podría obligar a Egipto y Jordania a acogerlos, amenazando a esos países con retirarles la ayuda que reciben de Estados Unidos.

Ya sea que se trate de una táctica de negociación, de una distracción o de algo serio, los palestinos han rechazado rotundamente la idea de irse. Algunos dicen que las declaraciones de Trump normalizan su eliminación y deshumanización y amplifican la idea de que no tienen ningún vínculo con su tierra ni derecho a sus hogares.

“Habla como si los palestinos fueran ganado, como si pudieras moverlos de un lugar a otro. No tienen poder de decisión, no tienen voz”, dijo Munir Nuseibah, profesor de derecho internacional de la Universidad Al-Quds de Jerusalén.

El plan

Trump presentó el plan como algo que beneficiará a los palestinos después de que la campaña de 16 meses de Israel demoliera vecindarios enteros y dejara inhabitable gran parte de Gaza. En su lugar, el presidente estadounidense les ha prometido una “hermosa nueva tierra” en otra parte.

Estados Unidos tomaría entonces el control del territorio y lo reconstruiría como una “Riviera” para “la gente del mundo”.

Los palestinos han dejado claro que no quieren abandonar Gaza, la parte de su patria que aún les queda, junto con algunos sectores de Cisjordania, tras las guerras de 1948 y 1967 en Oriente Medio. A pesar de la devastación del enclave, los palestinos han mostrado su firme decisión de quedarse y reconstruir con la ayuda internacional prometida en el alto el fuego con Israel, mediado por Estados Unidos.

En muchos aspectos, el conflicto entre israelíes y palestinos tiene sus raíces en la guerra de 1948 que rodeó la creación de Israel, en la que cientos de miles de palestinos fueron expulsados u obligados a huir de sus hogares en lo que ahora es Israel, y en la guerra de 1967, cuando Israel capturó Cisjordania, Jerusalén Oriental y Gaza. Los palestinos quieren recuperar esos territorios para un futuro estado.

La ambigüedad

Trump no ha dicho claramente cómo se retiraría a los palestinos o qué sucedería si se negaran a irse.

Cuando los reporteros le preguntaron en la Casa Blanca el lunes si Estados Unidos obligaría a los palestinos a irse, Trump respondió: “Vas a ver que todos querrán irse”.

En un momento dado, dijo que una Gaza reconstruida sería un lugar para que cualquiera —posiblemente incluso los palestinos— viva, y los funcionarios del gobierno han dicho que el retiro de los palestinos sería temporal.

Pero Trump contradijo lo anterior en una entrevista con Fox News Channel, emitida el lunes. Cuando se le preguntó si los palestinos tendrían derecho a regresar a Gaza, respondió: “No, no lo tendrían porque van a tener viviendas mucho mejores. En otras palabras, hablo de construir un lugar permanente para ellos”.

En una publicación hecha el jueves en su sitio Truth Social, Trump dijo que Israel entregaría Gaza a Estados Unidos “al concluir los combates”. Para entonces, escribió, todos los palestinos “ya habrían sido reubicados en comunidades mucho más seguras y hermosas”.

¿Cómo reubicarlos? Trump no lo ha dicho.

El alto el fuego ha dado una pausa a los combates en Gaza. Hay temores de que Israel pueda reanudar su campaña para destruir a Hamás si las partes no pueden llegar a un acuerdo sobre una segunda fase del acuerdo, incluida la gran pregunta de cómo se gobernará Gaza.

El alto el fuego ya es precario después de que Hamás acusara a Israel de violar la tregua y dijera que pausaría la liberación de rehenes. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, amenazó después con retirarse del acuerdo si el grupo armado no libera más rehenes el sábado.

¿Desplazamiento forzado?

Dado que los palestinos se niegan a irse, la ambigüedad de Trump genera temores de que se les obligue a hacerlo.

Los llamados a un traslado masivo de palestinos alguna vez estuvieron relegados a los márgenes del discurso político en Israel.

Pero la idea ha ganado terreno en la corriente principal como resultado de la frustración causada por años de esfuerzos de paz fallidos, rondas recurrentes de violencia y las dolorosas imágenes del ataque liderado por Hamás del 7 de octubre de 2023 que desencadenó la guerra actual. Los líderes israelíes han hablado de una migración “voluntaria”.

Las Convenciones de Ginebra prohíben los “desplazamientos forzados masivos” de tierras ocupadas “independientemente de su motivo”. La Corte Penal Internacional, de la que Estados Unidos e Israel no son miembros, también sostiene que el “desplazamiento forzado” puede ser un crimen de guerra o, en algunas circunstancias, un crimen de lesa humanidad.

El desplazamiento forzado fue uno de los crímenes por los que se acusó a los líderes nazis en los juicios de Nuremberg después de la Segunda Guerra Mundial. También fue uno de los actos por los que algunos líderes serbios bosnios fueron condenados por un tribunal de la ONU por las atrocidades cometidas durante las guerras de los Balcanes en la década de 1990.

Adam Coogle, director adjunto de la División de Oriente Medio y África del Norte de Human Rights Watch, dijo ignorar si las declaraciones de Trump se convertirían en política, “pero la declaración de intenciones es muy preocupante”.

“El desplazamiento de toda la población palestina, cualquier traslado de un pueblo en territorio ocupado fuera de ese territorio, es un desplazamiento forzado”, dijo. Si se hace con intención, agregó, podría ser un crimen de guerra.

Amnistía Internacional coincidió en que expulsar por la fuerza a los palestinos es un crimen de guerra y podría ser un crimen de lesa humanidad.

Nuseibah señaló los fallos del tribunal de la ONU para la ex Yugoslavia y otros organismos internacionales que dicen que “cualquier tipo de presión o coacción” para irse constituye un desplazamiento forzado.

“No tiene que ser a punta de pistola”, dijo.

Cuando un reportero le preguntó el martes sobre las críticas de que desplazar a los palestinos fuera de Gaza podría ser una “limpieza étnica”, Trump no respondió directamente y repitió que irían a “una hermosa ubicación, donde tendrán nuevos hogares y podrán vivir de manera segura”.

La Casa Blanca señaló esos comentarios cuando se le preguntó específicamente sobre la posibilidad de que la reubicación permanente de los palestinos sea un crimen de guerra.

La respuesta

A muchos palestinos les sorprendió que Trump se tomara la libertad de hablar en su nombre.

”¿Por qué no nos preguntan qué queremos?”, dijo Nuseibah. “Es deshumanizante”.

Raji Sourani, un destacado abogado de derechos humanos de Gaza, dijo que la postura de Trump era “kafkiana”.

“Es la primera vez en la historia que el presidente de Estados Unidos habla pública y francamente de cometer uno de los crímenes más graves”, dijo Sourani, quien huyó de Gaza a Egipto cuando los bombardeos israelíes destruyeron su hogar en los primeros días de la guerra.

Sourani acusó a Trump de intentar “completar el genocidio” que, según él, fue iniciado por Israel.

La Corte Internacional de Justicia pondera los argumentos de que la campaña de Israel en Gaza constituye un genocidio. Israel niega la acusación, diciendo que actúa en defensa propia para destruir a Hamás.

Como prueba de su compromiso de quedarse, los palestinos señalan la afluencia de cientos de miles de personas que regresan a sus hogares en Gaza bajo el alto el fuego, incluso a aquellos que fueron destruidos.

El lunes, Hatem Mohammed instaló una lona para proteger a su familia de la fría lluvia sobre las ruinas de su hogar destruido. Su casa se encuentra en el llamado corredor de Netzarim, una franja de tierra donde las tropas arrasaron grandes áreas para crear una zona militar cerrada durante la guerra, antes de su retirada el fin de semana.

“Esta es nuestra tierra, esta es nuestra identidad y la de nuestros padres y abuelos”, dijo Mohammed. “Trump quiere negar nuestra identidad. No, nuestra identidad permanece”.

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Los periodistas de The Associated Press Omar Akour en Amán, Jordania, y Mohammed Jahjouh en Mughraqa, Franja de Gaza, contribuyeron a este despacho.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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