La autocancelación es una buena forma de mejorar tu perfil, y si no que se lo pregunten a John Cleese
Si lo intentas y lo intentas, pero no consigues que te cancelen, entonces cancélate a ti mismo. Tu carrera te lo agradecerá
¿Conoces esa sensación de hundimiento cuando aceptaste hacer un evento pero luego, a medida que se acerca, te das cuenta de que no te interesa? ¿O tal vez te sientes un poco abandonado y quieres que te presten atención? Si eres una celebridad, quizá necesites recordar a la población que sigues ahí.
Tal vez necesites un poco de exposición en los medios de comunicación, ya sabes, unas cuantas entrevistas en la televisión y tal vez un programa de radio o dos. Tengo un truco para ti. Unas 48 horas antes del próximo evento, envía un tuit diciendo que te has cancelado. Da a entender que estás tomando una posición moral contra la tiranía del “wokeismo”. Adopta un tono decepcionado, enfadado pero resignado. ¡Et voilà! No solo habrás conseguido librarte de un compromiso, sino que además te posicionarás como una víctima y te darás un buen empujón en tu perfil.
La gente te felicitará por haberte retirado de un evento con tan poca antelación. Algunos te felicitarán por ser una persona contracultural. Es una situación en la que todos ganan. Lo sé, lo sé. Puede que no sea sincero. Puede que sea terriblemente cínico, pero, ¡eh! Si funciona, funciona. De nada.
Para aquellos que se lo hayan perdido, y solo pueden ser unos pocos, la autocancelación es la última tendencia en la mejora del perfil de los famosos. El último famoso que lo ha probado es el tesoro de la comedia nacional, John Cleese. Cleese se ha lanzado a Twitter para escribir una carta de “Querido John” a... bueno... a sí mismo. Dice que estaba deseando hablar con los estudiantes en el Cambridge Union el viernes, pero, por desgracia, la leyenda de Fawlty Towers no puede cumplir con su obligación. ¿Está enfermo? ¿Tiene una emergencia familiar? No. Lamento reportar que Cleese no puede asistir a la charla porque ha sido cancelada. Por sí mismo.
Dios mío. Esto parece ser un terrible giro de los acontecimientos. ¿Cuál de nuestros héroes de la comedia será la próxima víctima de una tormenta de wokeismo creada por él mismo? ¿Cuál de nuestros iconos culturales se verá obligado a cancelarse a sí mismo a propósito de... erm... absolutamente nada? Este es un día triste para la libertad de expresión. Un día muy triste.
En su tuit, Cleese alude a la “lista negra” del historiador del arte Andrew Graham-Dixon por hacerse pasar por Hitler durante un debate sobre el “buen gusto” a principios de este mes. Cleese dice que él también se hizo pasar por Hitler hace décadas durante su época como miembro del equipo de los Monty Python y por eso decidió ponerse en la “lista negra” “antes de que lo haga otro”. Una hora más tarde, siguió con un nuevo tuit: “Pido disculpas a todos los de Cambridge que esperaban hablar conmigo, pero tal vez algunos de ustedes puedan encontrar un lugar donde no se apliquen las reglas de la cultura woke”. ¡Pum! ¡Bam! ¡Toma eso, brigada woke!
Este truco de la cultura de la cancelación parece ser un ron. En lugar de “cancelar” a los personajes públicos, parece tener el efecto contrario. Las celebridades canceladas pueden esperar un perfil público más alto y posiblemente incluso una gira de medios de comunicación para que millones de espectadores y lectores puedan llegar a tutelar los horrores de la cancelación. Como en el caso de Cleese, quejarse de la cultura de la cancelación podría incluso conseguir un contrato de televisión para un nuevo programa de Channel 4 titulado... sí. Lo has adivinado. Cancélame.
El tuit de Cleese es tan tonto que solo puede ser una broma para ese próximo programa, pero te diré que, sea lo que sea lo que le pasa a Cleese, ser cancelado no hace ni media maravilla para tu plataforma. Puedes ser una víctima de los terribles wokeistas y posar como un cruzado moral y noble defensor de la libertad de expresión mientras te beneficias económicamente de la atención de los medios.
¿Quién no querría ser cancelado? Y, si lo intentas y lo intentas, pero todavía no consigues que te cancelen, entonces cancélate tú mismo. Tu carrera (y tu cuenta bancaria) te lo agradecerán.