Niños enfermos esperan meses permiso israelí para recibir tratamiento fuera de Gaza. Algunos mueren

Wafaa Shurafa,Fatma Khaled
Viernes, 06 de diciembre de 2024 12:31 EST

El niño palestino de 12 años, acostado en una cama de hospital en el centro de Gaza, estaba devastado por la leucemia, desnutrido y gemía de dolor a pesar de la morfina que los médicos le suministraban cuando Rosalia Bollen, una funcionaria de UNICEF, reportó que lo vio a finales de octubre.

Durante los últimos meses, la familia de Islam al-Rayahen pidió seis veces a las autoridades israelíes permiso para evacuarlo de Gaza para un trasplante de células madre que necesitaba desesperadamente, expuso Bollen. Seis veces, la solicitud fue rechazada por razones de seguridad no explicadas, agregó.

Islam murió tres días después de que lo vio, dijo Bollen.

Miles de pacientes en Gaza esperan un permiso israelí para una evacuación médica de la Franja urgentemente necesaria para ser atendidos de heridas de guerra o enfermedades crónicas que no pueden ser tratadas debido a la destrucción de gran parte del sistema de atención médica del territorio durante la campaña militar de 15 meses de Israel.

Entre ellos hay al menos 2.500 niños que, según UNICEF, deben ser trasladados de inmediato.

“No pueden darse el lujo de esperar. Estos niños morirán. Están muriendo mientras esperan, y me parece sorprendente que el mundo permita que eso suceda”, expresó Bollen.

El ejército israelí suele tardar meses en responder a las solicitudes de evacuación médica, y el número de evacuaciones se ha desplomado en los últimos meses. En algunos casos, el ejército rechaza al paciente o, en el caso de los niños, a los cuidadores que los acompañan por motivos de seguridad vagos o sin ninguna explicación.

Las decisiones israelíes parecen ser “arbitrarias y no se toman con criterios ni lógica”, opinó Moeen Mahmood, director de Médicos Sin Fronteras en Jordania.

COGAT, la agencia militar israelí a cargo de los asuntos humanitarios para los palestinos, dijo en una declaración a The Associated Press que “hace todo lo posible para aprobar la salida de los niños y sus familias para recibir tratamientos médicos, sujeto a una revisión de seguridad”. No respondió cuando se le pidió más detalles sobre el caso de Islam.

Un funcionario militar explicó que el servicio de inteligencia interna de Israel revisa si el paciente o su acompañante tienen lo que él llamó “una conexión con el terrorismo”, y si se encuentra una, se les niega el permiso. El funcionario habló bajo condición de anonimato para discutir procedimientos confidenciales.

Osaid Shaheen, quien tiene casi 2 años, se enfrenta a la posibilidad de que le extirpen los ojos después que Israel rechazó su evacuación para que reciba tratamiento de cáncer en sus retinas.

El niño fue diagnosticado con cáncer en abril, luego que su madre, Sondos Abu Libda, notó que tenía el párpado izquierdo caído. La Organización Mundial de la Salud (OMS) solicitó su evacuación a través del cruce fronterizo de Rafah, en el sur de Gaza, pero el cruce fue cerrado en mayo cuando las tropas israelíes lo tomaron en una ofensiva, explicó Abu Libda.

La OMS realizó otra solicitud —esta vez para que Osaid saliera a través del cruce de Kerem Shalom hacia Israel, ahora la única ruta para que viajen los evacuados. Durante la larga espera, el cáncer se extendió al otro ojo del niño y alcanzó la etapa 4.

En noviembre, le informaron a Abu Libda que Osaid fue rechazado por razones de seguridad sin explicaciones adicionales.

Dijo que estaba atónita. “No esperaba que un niño pudiera recibir un rechazo de seguridad”.

Los médicos le han administrado al niño tres dosis de quimioterapia, pero como los suministros son escasos en Gaza, les es difícil conseguir más. Si no pueden, tendrán que extirparle los ojos a Osaid o el cáncer se extenderá a otras partes de su cuerpo, manifestó Abu Libda.

“Es sólo un niño. ¿Cómo vivirá su vida sin ver? ¿Cómo jugará? ¿Cómo verá su futuro y cómo resultará su vida?”, preguntó Abu Libda, de pie frente a la casa donde su familia se refugia en el distrito de Beni Suheil, en el sur de Gaza.

Cerca de allí, el pequeño Osaid —quien hasta ahora todavía tiene vista—, caminaba entre los escombros de un edificio destruido por las fuerzas israelíes y sonreía mientras jugaba con pedazos de escombros. Cuando se le preguntó sobre su caso, COGAT no respondió.

La OMS dice que 14.000 pacientes de todas las edades necesitan evacuación médica de Gaza. El Ministerio de Salud del territorio estima que la cifra es más alta —22.000, incluidos 7.000 pacientes en situación de extrema necesidad que podrían morir pronto si no reciben tratamiento, según Mohamed Abu Salmeya, un funcionario del Ministerio a cargo de las derivaciones de evacuación.

A partir de que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023, 5.230 pacientes han sido evacuados, dijo Margaret Harris, portavoz de la OMS.

Desde mayo, cuando se cerró el cruce de Rafah, el ritmo ha disminuido, con sólo 342 pacientes evacuados, agregó —una media de menos de dos al día. Antes de la guerra, cuando también era necesario un permiso israelí, alrededor de 100 pacientes al día eran trasladados fuera de Gaza, según la OMS.

Más de 44.500 palestinos han muerto y más de 105.000 han resultado heridos por los bombardeos y las ofensivas terrestres de Israel, lanzadas en represalia por el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 al sur de Israel. El balance de víctimas, que es elaborado por el Ministerio de Salud de Gaza, no distingue entre combatientes y civiles —pero más de la mitad son mujeres y niños.

El sistema sanitario de Gaza está diezmado, con apenas 17 de los 36 hospitales originales del territorio en funcionamiento —parcialmente. Tienen dificultades para hacer frente a las oleadas de heridos de guerra que se suman a los pacientes con otras enfermedades.

Llevar a cabo cirugías o tratamientos especializados en Gaza es difícil o imposible, ya que el equipo está destruido, los suministros médicos son limitados y algunos médicos especialistas han muerto o han sido arrestados. El único hospital oncológico de Gaza fue tomado por las tropas israelíes al principio de la guerra, sufrió graves daños y ha sido cerrado.

Médicos sin Fronteras informó en agosto que intentó evacuar a 32 niños junto con sus cuidadores, pero sólo se permitió salir a seis. En noviembre, solicitó el permiso para otros ocho niños, incluido un niño de dos años con amputaciones en las piernas, pero las autoridades israelíes bloquearon la evacuación, refirió.

El funcionario militar dijo que cinco de las ocho solicitudes en noviembre fueron aprobadas, pero los cuidadores que intentaban viajar con los niños fueron rechazados por razones de seguridad. El funcionario agregó que Médicos Sin Fronteras tendrá que volver a presentar las solicitudes con escoltas alternativos. El funcionario no explicó por qué no se aprobó el permiso para los otros tres niños.

Los cuidadores rechazados eran las madres y abuelas de los menores, reportó Mahmood, el funcionario de Médicos Sin Fronteras, quien añadió que no se dio ninguna explicación sobre el problema de seguridad.

Los niños que esperan el permiso mucho tiempo enfrentan graves consecuencias si no reciben tratamiento.

Nima al-Askari expuso que los médicos le dijeron que Qusay, de cuatro años, podría quedar paralizado si su hijo no es operado en los próximos dos o tres meses de un defecto cardíaco que constriñe su aorta.

“¿Debo esperar hasta que mi hijo quede paralizado?”, preguntó al-Askari. “Todos me dicen que espere hasta que lo evacuen... Es mi único hijo. No puedo verlo en una silla de ruedas”.

Asma Saed refirió que ha esperado durante tres meses para saber si su hijo de dos años, Al-Hassan, puede viajar para recibir tratamiento por insuficiencia renal. Mientras tanto, viven en un campamento de tiendas de campaña escuálidas en Khan Younis, con poca agua potable y comida.

Agregó que su hijo no duerme y grita toda la noche.

“Me gustaría poder verlo como cualquier niño del mundo que puede moverse, caminar y jugar”, dijo. “Es un niño. No puede expresar su dolor”.

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Khaled reportó desde El Cairo. La periodista de The Associated Press Julia Frankel contribuyó a este despacho desde Jerusalén.

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