Iglesia católica alemana pierde más de 500.000 fieles mientras enfrenta escándalo de abusos
Más de medio millón de personas abandonaron formalmente la Iglesia católica en Alemania el año pasado, mientras la institución se enfrenta a un largo escándalo de abusos sexuales por parte del clero y a pedidos de reformas integrales
Más de medio millón de personas abandonaron formalmente la Iglesia católica en Alemania el año pasado, una cifra significativamente más alta que el anterior récord, mientras la institución se enfrenta a un largo escándalo de abusos sexuales por parte del clero y a pedidos de reformas integrales.
La Conferencia Episcopal alemana dijo el miércoles que 522.821 personas dejaron la iglesia el año pasado, frente a las 359.338 del año anterior, que era el récord previo. Por el contrario, apenas 1.447 que se unieron a la Iglesia en 2022, aproximadamente la misma cifra que en 2021.
Con las bajas, la Iglesia católica cuenta con cerca de 20,94 millones de fieles en Alemania, algo menos de una cuarta parte de su población.
En Alemania, quienes forman parte oficialmente de la institución pagan el llamado “impuesto eclesiástico", que ayuda a su financiación, además de los impuestos habituales. Si registran su baja en las autoridades locales, dejan de abonarlo. Existen algunas excepciones para gente con ingresos bajos, desempleados, jubilados o estudiantes, entre otros.
La Conferencia Episcopal no explicó los motivos de la salida de los fieles en la presentación anual de sus estadísticas. Pero muchas personas han dado al espalda a la iglesia en los últimos años ante las consecuencias del escándalo de abusos por parte de religiosos y otros.
En 2018, un informe encargado por la institución concluyó que al menos 3.677 personas habían sufrido abusos por parte del clero en Alemania entre 1946 y 2014. Más de la mitad de las víctimas tenían 13 años o menos, y casi un tercio de ellas hacían labores de monaguillo.
Varias diócesis encargaron a despachos de abogados y a otras entidades la elaboración de reportes sobre su gestión de los casos de abusos en el pasado. Esto provocó grandes tensiones en la archidiócesis de Colonia, donde el arzobispo, el cardenal Rainer Maria Woelki, recibió críticas generalizadas por su gestión del reporte que él mismo encargó.