Jefes del Pentágono responden al Congreso sobre asistencia a Israel y Ucrania
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, general CQ Brown Jr., testificaron el martes en el Congreso sobre el presupuesto de 850.000 millones de dólares para 2025, en medio de interrogantes sobre si los legisladores aprobarán más ayuda para Israel y Ucrania.
La audiencia senatorial marcó la primera vez que legisladores de ambos partidos tuvieron la oportunidad de interpelar a los máximos jefes civil y militar del Pentágono sobre la política hacia Israel, luego del ataque israelí que mató a siete empleados del grupo humanitario World Central Kitchen en Gaza. Ocurre además en medio de insistentes advertencias del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy de que si Estados Unidos no aprueba pronto la ayuda, Ucrania podría perder la guerra.
En sus presentaciones iniciales, tanto Austin como Brown enfatizaron que el presupuesto para 2025 sigue respondiendo a los objetivos estratégicos a largo plazo del departamento, es decir, prepararse para un potencial conflicto con China. Unos 100.000 millones de dólares de la solicitud de este año han sido asignados a nuevos sistemas espaciales y de armas nucleares y cibernéticas en los que, según el Pentágono, Estados Unidos debe invertir ahora a fin de evitar que China lo supere.
Pero los conflictos en Ucrania en Israel han complicado las gestiones en el Congreso profundamente dividido y han ocasionado fuertes demoras en el presupuesto del año pasado, que apenas fue aprobado hace pocas semanas.
Las declaraciones de Austin fueron brevemente interrumpidas por manifestantes que izaron una bandera palestina y gritaron en contra de la ayuda militar a Israel. “Detengan el genocidio”, gritaron, alzando las manos pintadas de rojo.
El Pentágono logró recaudar 300 millones de dólares en municiones para Ucrania en marzo, pero no puede enviar más sin la aprobación del Congreso, y una partida aparte de 60.000 millones de dólares para financiar esa causa lleva meses atascada.
“El precio del liderazgo estadounidense es real, pero es mucho menos que el precio de una abdicación estadounidense”, dijo Austin a los senadores.
Si Ucrania pierde la guerra, ello podría poner en peligro a los países del Báltico miembros de la OTAN y arrastrar a Estados Unidos a una guerra en Europa. Y si millones de personas mueren de hambre en Gaza, ello podría encolerizar a los vecinos árabes de Israel y provocar a una guerra más amplia y más mortífera en el Medio Oriente, que podría perjudicar a las tropas estadounidenses y a las relaciones de Washington con los países de la zona por décadas.
El Pentágono le ha pedido desde hace meses al Congreso que apruebe la ayuda a Ucrania, sin éxito, y ha tratado de mantener un tenue equilibrio entre apoyar a Israel y mantener los lazos con países árabes aliados. Las acciones de Israel en Gaza han sido mencionadas como motivo por parte de milicias regionales bajo tutela de Irán —como los hutíes en Yemen y grupos islamistas en Irak y Siria— para atacar a intereses estadounidenses en la zona. Tres militares estadounidenses han muerto en medio de una ola de ataques con drones y misiles en la región.