Miles acuden al Vaticano para el funeral de Francisco, una ceremonia que él ayudó a reinventar

Nicole Winfield,Colleen Barry
Sábado, 26 de abril de 2025 03:15 EDT

Decenas de miles de personas se congregaron en la Plaza de San Pedro desde el amanecer del sábado para despedir a Francisco con una ceremonia que refleja sus prioridades como papa y sus deseos como pastor: presidentes y príncipes asistirán a su misa fúnebre en el Vaticano, pero reclusos y migrantes lo recibirán en la basílica al otro lado de la ciudad donde será enterrado.

Se espera que hasta 200.000 personas asistan al funeral, que el pontífice argentino coreografió cuando revisó y simplificó los ritos y rituales del Vaticano el año pasado. Su objetivo era enfatizar el papel del papa como un simple sacerdote y no como "un hombre poderoso de este mundo".

Fue un reflejo de su proyecto de 12 años para reformar radicalmente el papado, hacer hincapié en el papel de los sacerdotes como servidores y construir "una Iglesia pobre para los pobres". Articuló la misión pocos días después de su elección en 2013, lo que explicó el nombre que eligió como pontífice, en honor a San Francisco de Asís, "quien tenía el corazón de los pobres del mundo", según el decreto oficial de su biografía que se colocó en su ataúd antes de su sellado el viernes por la noche.

A pesar de la antención que Francisco dedicó a los desamparados, los poderosos estarán presentes en su funeral. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump; el de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy; el de Francia, Emmanuel Macron; el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y líderes de la Unión Europea se unirán al príncipe Guillermo de Inglaterra y a otros miembros de la realeza europea que encabezan distintas delegaciones oficiales. El presidente de Argentina, Javier Milei, tuvo un lugar destacado dada la nacionalidad del papa, aunque no se llevaban especialmente bien. El pontífice se ganó también la antipatía de muchos en su país al no haber regresado desde que asumió el cargo.

La fachada blanca de la basílica de San Pedro se tiñó de color rosa a la salida del sol el sábado y hordas de fieles afligidos se apuraron para entrar en la plaza horas antes del funeral. Se instalaron pantallas de televisión gigantes en las calles aledañas para quienes se quedaron fuera del recinto. La misa y la procesión fúnebre, durante la que el ataúd será trasladado en el papamóvil descubierto que usó durante su viaje a Filipinas en 2015, se emiten en vivo en todo el mundo.

Algunos de los dolientes pasaron la noche acampados en las plazas cercanas, y el ambiente era casi festivo mientras helicópteros sobrevolaban la zona. Muchos habían previsto de antemano estar en Roma este fin de semana para asistir a una misa especial en honor a los jóvenes, dentro de la programación del Año Santo Jubilar, y grupos de scouts y juveniles casi superaban en número a los de monjas y seminaristas.

“El Señor lo ha querido así, así que hemos venido de todos modos", contó Sandra De Felice, que formaba parte de un grupo de 13 personas procedentes de Calabria, en el sur del país, que acamparon el viernes por la noche tras decidir viajar a Roma en al víspera. "Para mí, esto es una señal de que necesitamos ser verdaderamente humildes y caritativos. De lo contrario, no somos nada”.

Recibido por pobres y marginados

Francisco, el primer papa latinoamericano y jesuita, murió el lunes de Pascua a los 88 años después de sufrir un derrame cerebral mientras se recuperaba en su casa de una neumonía.

Romperá con la tradición reciente y será enterrado en la basílica de Santa María la Mayor, cerca de la estación principal de tren de Roma, donde lo espera una simple tumba subterránea cuya lápida tendrá solo su nombre: Franciscus. Se espera que hasta 300.000 personas se aposten a lo largo de los cuatro kilómetros (2,5 millas) que recorrerá el cortejo fúnebre que trasladará el féretro del pontífice, a través del centro de Roma, desde el Vaticano a la iglesia.

Según el Vaticano, 40 personas recibirán su ataúd en la plaza frente a la basílica en representación de los grupos marginados a los que Francisco dio prioridad como papa: personas sin hogar y migrantes, reclusos y personas transgénero.

“Los pobres tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios”, señaló la Santa Sede, citando al papa, al explicar la elección.

Tras el entierro podrán comenzar oficialmente los preparativos para albergar el proceso centenario de elección de un nuevo papa: un cónclave que probablemente arancará en la primera semana de mayo. Mientras tanto, el Vaticano estará en manos de un puñado de cardenales, incluyendo Giovanni Battista Re, de 91 años y decano del Colegio de Cardenales, que presidirá el funeral y organizará la votación secreta en la Capilla Sixtina.

Una relación especial con la basílica

Incluso antes de convertirse en papa, Francisco tenía un cariño especial por Santa María la Mayor. El templo alberga una imagen de estilo bizantino de la Virgen, la Salus Populi Romani, a la que el argentino era particularmente devoto, tanto que iba a rezar ante ella antes y después de cada uno de sus viajes al extranjero como papa.

La elección de la basílica también tiene relevancia simbólica dados sus lazos con la orden religiosa a la que pertenecía Francisco. San Ignacio de Loyola, quien fundó los jesuitas, celebró su primera misa en el templo el día de Navidad de 1538.

Italia movilizó a más de 2.500 policías y 1.500 soldados como parte de un dispositivo de seguridad que incluye la presencia de un torpedero frente a la costa y la puesta en alerta de escuadrones de aviones de combate, según la prensa italiana.

Multitudes esperaron horas para despedirse de Francisco

Durante tres días esta semana, más de 250.000 personas hicieron fila durante horas para dar su último adiós al papa en la capilla ardiente instalada en el interior de la basílica de San Pedro. El Vaticano mantuvo la iglesia abierta durante la noche para dar cabida a todos.

“Era una persona excelente y humilde que cambió muchas leyes y siempre para mejor", afirmó Augustin Angelicola, un peregrino de su Argentina natal, mientras esperaba en la fila. "Es triste para todo el mundo que todo esto haya sucedido. No lo esperábamos, tenía que suceder, pero no tan pronto”.

Pero la ampliación del horario no fue suficiente. Cuando el Vaticano cerró las puertas de la basílica al público a las siete de la tarde del viernes, los dolientes fueron desalojados en masa.

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La cobertura religiosa de The Associated Press recibe apoyo a través de una colaboración con The Conversation US, con fondos de Lilly Endowment Inc. La AP es la única responsable del contenido.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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