¿Quién es el cardenal Kevin Farrell? El hombre clave en la transición tras la muerte de Francisco

El cardenal Kevin Farrell dirigirá el cónclave que elegirá al sucesor de Francisco

Nicole Winfield
Martes, 22 de abril de 2025 00:05 EDT
El apartamento del Papa Francisco, sellado con un lazo rojo y cera tras su fallecimiento
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En un vuelo de regreso de la Jornada Mundial de la Juventud 2019, el Papa Francisco le pidió de manera informal al cardenal Kevin Farrell que asumiera un cargo con profunda tradición en el Vaticano: el de camarlengo.

Este cargo, también conocido como chambelán, implica administrar la Santa Sede durante el delicado periodo entre papados y organizar el cónclave para elegir al nuevo Papa.

El cardenal Farrell, que en ese momento llevaba poco tiempo en Roma tras haber sido convocado desde Dallas (Texas) para dirigir la oficina de laicos del Vaticano, aceptó el cargo con una broma: pidió que el Papa fuera quien diera el sermón en su funeral. La broma dejaba entrever el deseo del cardenal Farrell de morir antes que el Papa Francisco y así evitar las exigentes responsabilidades del camarlengo.

Pero más allá del humor, había un sentimiento sincero: no solo le pesaba la responsabilidad del puesto, también sentía un profundo respeto y afecto por un Papa al que no quería sobrevivir.

Farrell reconoció que Francisco impulsó un cambio clave en la Iglesia católica, al dejar atrás las guerras culturales defensivas y apostar por un enfoque más inclusivo y centrado en el Evangelio.

“Siempre estábamos a la defensiva; la autopreservación era el eje de la Iglesia”, dijo el cardenal, y destacó la prioridad del Papa por la “acogida y el acompañamiento”.

Este cambio, según el cardenal Farrell, representó una renovación clave para la Iglesia, al redirigir su atención hacia sus valores fundamentales.

Cardenal Kevin Farrell
Cardenal Kevin Farrell (AP)

El papel del camarlengo

Tras la muerte de Francisco, el cardenal Farrell quedó en el centro de la escena, al menos hasta que se designe un nuevo Papa.

El lunes por la mañana, anunció el fallecimiento desde la capilla del hotel Domus Santa Marta, lugar donde Francisco vivió y murió. En una breve declaración transmitida en vivo por la televisión vaticana, señaló que Francisco “dedicó toda su vida al servicio del Señor y de su Iglesia”.

Según la tradición, el camarlengo certifica la muerte del Papa, sella su apartamento y rompe el anillo del pescador como símbolo de la vacante en la Santa Sede. Encabeza la procesión que acompaña al féretro hasta la Basílica de San Pedro y preside el entierro.

También recibe informes escritos de las oficinas vaticanas sobre los activos actuales, una copia del presupuesto vigente y proyectado de la Santa Sede, y cualquier otra información relevante del ministerio económico del Vaticano que pueda ser útil para los cardenales y el futuro Papa.

Junto al decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal italiano Giovanni Battista Re, cumple un papel clave en la organización de las reuniones de cardenales previas al cónclave.

El cardenal Farrell, un estadounidense de origen irlandés conocido por hablar sin rodeos, afirmó que las tareas financieras son mucho más importantes que las ceremoniales y que, además, es para lo que está mejor preparado.

Actualmente, preside los comités vaticanos de finanzas, inversiones y asuntos reservados, además del tribunal supremo del Vaticano, lo que lo posiciona como una figura clave para entregar un panorama financiero sólido al próximo Papa.

El cardenal Farrell sella el apartamento del Papa con cera roja
El cardenal Farrell sella el apartamento del Papa con cera roja (AP)

De Irlanda a Estados Unidos

Francisco lo eligió como una figura clave para su papado. Nacido en Dublín el 2 de septiembre de 1947, ingresó a los Legionarios de Cristo en 1966 y fue ordenado sacerdote en 1978. Abandonó la congregación seis años después, mucho antes de que se conocieran los abusos cometidos por su fundador. Luego se incorporó como sacerdote diocesano en la arquidiócesis de Washington,

donde trabajó en varias parroquias y, con el tiempo, asumió un rol cada vez más importante en la administración financiera. Tiene una mente aguda para las finanzas, aunque admite que nunca terminó su maestría en administración de empresas (MBA). En 2001, fue nombrado obispo auxiliar de Washington, donde trabajó bajo la dirección del entonces cardenal Theodore McCarrick. En 2007, fue designado obispo de Dallas.

El cardenal Farrell ha reiterado que, durante su tiempo en Washington, no tuvo conocimiento de los rumores sobre la conducta indebida de McCarrick, quien más tarde fue acusado de abusar sexualmente de seminaristas cuando era obispo en Nueva Jersey. McCarrick, que falleció a comienzos de este mes, fue destituido tras una investigación del Vaticano en 2019 en la que se determinó que había abusado sexualmente de menores y adultos.

El cardenal Farrell recordó que estaba tranquilo y “muy cómodo” como obispo en Dallas cuando, en mayo de 2016, su secretaria le avisó que el Papa estaba al teléfono.

“Dije: ‘El Papa no llama por teléfono. Los Papas no hacen eso’”, contó Farrell, pensando que algún colega le estaba jugando una broma. “Tomé el teléfono y estuve a punto de decirle unas cuantas cosas”, añadió. Pero entonces, una voz suave en español dijo: “Soy Francisco”.

Aunque no se conocían personalmente, el Papa sabía que Farrell hablaba español con fluidez, gracias a sus años en la Legión de Cristo, con sede en México.

El cardenal Kevin Farrell preside una vigilia en Roma tras la muerte del afroestadounidense George Floyd en 2020
El cardenal Kevin Farrell preside una vigilia en Roma tras la muerte del afroestadounidense George Floyd en 2020 (AP)

Un encargo del Vaticano

Francisco también sabía que el cardenal Farrell, tanto en Washington como en Dallas, había optado por poner a laicos con experiencia en cargos clave de gestión diocesana, en lugar de asignar esas responsabilidades exclusivamente a sacerdotes.

El cardenal Farrell contó que Francisco le pidió replicar su modelo en la oficina de Laicos del Vaticano, que el Papa buscaba renovar, fusionándola con los departamentos de Familia y Vida. Su objetivo era que se convirtiera en un ejemplo de gestión eclesial liderada por laicos.

“Empecé a pensar en todas las razones por las que no debía aceptar”, recordó Farrell. Y él me dijo: ‘Piénsalo tres días, luego te vuelvo a llamar’”. Tres días después, a la misma hora, volvió a sonar el teléfono. Farrell le explicó todas sus objeciones y Francisco le respondió: “¿Por qué no vienes y lo hablamos?”.

“Y bueno, ahí se terminó la historia”, concluyó.

Se mudó a Roma en octubre de 2016 para asumir la dirección de la oficina de Laicos. Pocas horas después de su llegada, Francisco anunció que lo nombraría cardenal.

Fue una señal clara, confirmada posteriormente con su designación como camarlengo, de que el Papa tenía la intención de confiarle algunas de las responsabilidades más importantes de la Iglesia, incluso pensando en el futuro, más allá de su propio pontificado.

Traducción de Leticia Zampedri

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