El “hallazgo del siglo” que expone un deslumbrante lujo de Pompeya
Se trata de baños públicos lujosos que ofrecían entretenimiento y relajación a los antiguos habitantes de Pompeya
Arqueólogos han replanteado su visión de la vida en Pompeya tras el descubrimiento de un complejo similar a un spa, calificado como el “hallazgo del siglo”.
Ha salido a la luz uno de los complejos de baños privados más grandes de Pompeya, tras permanecer enterrado durante siglos bajo metros de roca volcánica.
Las cámaras, con una amplia piscina de inmersión y salas de distintas temperaturas (calientes, templados y fríos), podían albergar a 30 personas y estaban ubicadas en el corazón de una majestuosa residencia.
Los arqueólogos del sitio consideran que este hallazgo ejemplifica cómo las casas particulares se usaban como “espectáculo” para impresionar y ganarse el favor de otros.
Los complejos se encontraron junto a la sala de banquetes de la casa, lo que sugiere que la residencia romana era un “escenario de celebraciones” que trasciende el concepto actual de un espacio privado.
“Todo estaba diseñado para crear un ‘espectáculo’, con el propietario como figura central”, afirmó Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya.
“[Los baños públicos son] un ejemplo de cómo la domus romana se convertía en un escenario para el espectáculo de arte y cultura que el propietario organizaba para obtener votos o ganarse la benevolencia de sus invitados”.
El complejo de baños públicos es el hallazgo más reciente dentro de esta residencia privada en Pompeya. El año pasado se reveló una imponente sala de banquetes con paredes negras decoradas con escenas de arte clásico.
Se presume que el propietario formaba parte de la élite de la ciudad y buscó crear un espacio en su residencia para albergar a numerosos invitados en fastuosos banquetes, seguido de momentos de relajación en el baño termal.
Las paredes, decoradas con pinturas de la Guerra de Troya, aportan un toque de opulencia al complejo, donde la sala fría se presenta como la joya de la corona.
“Todo estaba diseñado para dotar a los espacios de una atmósfera griega, marcada por la cultura, la erudición y una vida orientada al ocio”, afirmó Zuchtriegel.
“El peristilo, con su gran piscina central y el complejo termal adyacente, estaba diseñado para evocar la atmósfera de un gimnasio griego, resaltada por las escenas atléticas incorporadas después.
De este modo, los invitados, agradecidos y fascinados, habrían aplaudido con admiración el espectáculo creado por el anfitrión y, tras disfrutar de una velada en su ‘gimnasio’, habrían recordado y comentado la experiencia durante mucho tiempo”.
Se cree que los usuarios del complejo se cambiaban en el vestuario, decorado con paredes rojas y un suelo de mosaico, antes de ingresar a la sala caliente. Después, pasaban a la sala caliente, donde les aplicaban aceite en la piel y luego se la raspaban. Luego ingresaban a la lujosa sala fría, donde podían refrescarse.
Según los arqueólogos, se trata de uno de los descubrimientos más importantes del siglo. La arqueóloga Sophie Hay señaló que este hallazgo revela el marcado contraste entre la vida de los esclavos y la de la ultraélite de la ciudad.
“Lo más impactante de estas excavaciones es el evidente contraste entre la vida de los esclavos y la de los extremadamente ricos. Y aquí lo podemos apreciar”, declaró a la BBC.
“La diferencia entre la vida suntuosa en la casa de baños y la sala del horno, donde los esclavos trabajaban todo el día alimentando el fuego, es abrumadora.
Solo un muro separaba dos mundos completamente distintos”.
Anna Onesti, directora de la excavación, explicó: “La exploración de estas salas, especialmente del peristilo, fue posible gracias a un método de ejecución innovador”.
Traducción de Leticia Zampedri