Sorpresiva incursión transfronteriza de Ucrania, considerada respuesta táctica a avances de Rusia
La sorpresiva irrupción del ejército ucraniano a territorio ruso esta semana fue una maniobra impresionante que tomó desprevenidas a las fuerzas del Kremlin.
El objetivo estratégico de la mayor incursión transfronteriza de Ucrania en casi 900 días de guerra aún no es claro, pero contrarresta el esfuerzo incansable de Rusia en los últimos meses para atravesar las defensas ucranianas en puntos seleccionados a lo largo de la línea del frente en el este de Ucrania.
El lento y agotado impulso de la ofensiva rusa ha logrado sólo avances modestos y ha causado enormes pérdidas de tropas y fuerzas blindadas. Pero, poco a poco, los avances se acumulan.
Estos meses de verano son críticos para Ucrania y su debilitado ejército. Debe mantener a raya a su enemigo —más grande y mejor equipado— en el campo de batalla, mientras repara una red eléctrica nacional destrozada por misiles rusos antes que llegue el invierno.
¿Cómo es el campo de batalla del frente oriental de Ucrania?
La línea del frente, de unos 1.000 kilómetros (600 millas), permanece prácticamente estancada.
Pero en algunos puntos del este, especialmente en la región de Donetsk, Rusia realiza un avance concertado. Su ejército aprovecha la tierra seca para mover sus vehículos blindados, las espesas arboledas para cubrir a su infantería y los cielos despejados para lanzar bombas planeadoras potentes que arrasan con las defensas ucranianas.
El avance ruso es lento pero implacable. La táctica característica de Rusia es utilizar su artillería, misiles y bombas para convertir pueblos y aldeas en ruinas, negar a los ucranianos cobertura defensiva y obligarlos a retroceder.
Las fuerzas de Moscú buscan explotar las debilidades en las líneas ucranianas y atacan en secciones donde los niveles de tropas son menores o donde los soldados están siendo rotados, dicen los analistas.
Los rusos amenazan ahora algunos bastiones ucranianos clave, cuya caída pondría en peligro al resto de la región de Donetsk: Pokrovsk, Toretsk y Chasiv Yar.
Las fuerzas rusas están ya a 16 kilómetros (10 millas) de Pokrovsk, un importante centro logístico que apoya a las fuerzas ucranianas en la región, dijo el viernes el Ministerio de Defensa del Reino Unido. Rusia también consolida avances en Niu-York y avanza hacia Toretsk, dijo el ministerio.
“En este momento, el impulso está claramente del lado de Rusia”, dice Charles Kupchan, miembro sénior del Consejo de Relaciones Exteriores, un grupo de expertos sin fines de lucro especializado en política exterior y relaciones internacionales, en Washington. Aun así, agrega, la situación general en el campo de batalla está “mucho más cerca de un punto muerto”.
Rusia logra ganancias, pero su avance puede agotarse pronto
Aunque actualmente tiene el impulso y parece decidida a sumar algunos triunfos en el campo de batalla antes que cambie el clima, Rusia también tiene problemas persistentes.
El ejército de Moscú sufrió más de 1.000 bajas por día en mayo y junio mientras avanzaba sobre Donetsk, según el Ministerio de Defensa del Reino Unido.
Y aunque ha invadido una serie de pequeños asentamientos ucranianos —algunos de ellos apenas una franja de casas al borde de la carretera— su progreso “probablemente se desacelerará aún más a medida que las fuerzas rusas avancen hacia una línea de asentamientos más grandes y más urbanos”, dijo la semana pasada el Instituto para el Estudio de la Guerra, un grupo de expertos en análisis y asuntos militares, con sede en Washington.
Kupchan, del centro de estudios Consejo de Relaciones Exteriores, no espera un logro importante ruso. Incluso si Rusia logra abrir un hueco en la línea, “organizar una columna que pueda avanzar profundamente dentro de las líneas ucranianas es complicado” debido a las demandas logísticas y organizativas que los militares no pueden satisfacer.
“No es una fuerza de alta calidad”, dijo sobre el ejército ruso. Pero agregó: “En una guerra de desgaste, los números importan”.
Kostiantyn Mashovets, experto del Centro de Investigación Militar y Política de Ucrania, considera que Rusia presiona con fuerza ahora, porque “ha llegado al pico en la construcción de sus fuerzas y poder (militares)”.
El punto de inflexión llegará para finales de este año, dice, cuando el Kremlin tendrá que decidir si lanza una movilización parcial o total.
La táctica sorpresa de Ucrania: Un avance hacia región rusa de Kursk
Ucrania dio un nuevo giro a la guerra al invadir la provincia rusa de Kursk el 6 de agosto. Las autoridades de Kiev han guardado silencio sobre el avance de las tropas ucranianas al interior de Rusia —sin confirmarlo, pero tampoco negarlo.
La incursión sorpresa lanzada desde la región noreste de Sumy, en Ucrania, parece ser una táctica que abre una nueva área de conflicto y, lo que es más importante, en suelo ruso. Estados Unidos y los aliados occidentales que suministran armas a Ucrania han manifestado poco hasta ahora sobre la incursión de Ucrania.
Algunos analistas dicen que es una incursión de corto plazo, pero otros opinan que podría ser el comienzo de un impulso concertado para tomar la ciudad de Kursk y una planta de energía nuclear cercana. No es seguro cuál será la estrategia de Ucrania para retener territorio en Rusia.
Myhailo Podolyak, un importante asesor del presidente Volodymyr Zelenskyy, declaró el jueves que los ataques en la región fronteriza harán que Rusia “comience a darse cuenta de que la guerra se infiltra lentamente en territorio ruso”. También sugirió que una operación de este tipo mejorará la posición de Kiev en caso de negociaciones con Moscú.
“¿Cuándo será posible llevar a cabo un proceso de negociación de manera que podamos presionarlos u obtener algo de ellos? Sólo cuando la guerra no se desarrolle de acuerdo con sus escenarios”, dijo.
Para Ucrania, la situación es sombría pero no desoladora
Las tropas de Ucrania se esfuerzan por contener el poderío militar de Rusia y no tienen los efectivos o las armas para lanzar su propia ofensiva.
También tiene dificultades para equipar nuevas brigadas, carece de defensas aéreas y muchas de sus tropas de primera línea están agotadas, según los analistas.
El ejército absorbe la presión rusa al realizar retiradas tácticas y retroceder en otras partes a lo largo de la línea.
“Cada momento es más y más duro para Ucrania”, dice Mathieu Boulegue, experto en defensa Chatham House, un grupo de expertos sin fines de lucro cuyo objetivo es analizar y promover la comprensión de los principales asuntos internacionales, en Londres. “No veo en esta etapa cómo las cosas puedan mejorar mucho más que esto” para Ucrania.
Ucrania contraataca disparando drones y misiles a las zonas de retaguardia y ataca depósitos de petróleo, aeródromos y otros centros de apoyo logístico rusos. La reciente llegada de algunos aviones de combate F-16 donados por países occidentales también debería ayudar a Ucrania a resistir.
¿Cuáles son las posibilidades de llegar a un acuerdo de paz?
Las posturas negociadoras de Moscú y Kiev permanecen muy alejadas. El presidente ruso Vladímir Putin quiere la capitulación de Ucrania, y Zelenskyy exige que las fuerzas rusas abandonen su país.
Ambos bandos buscan aprovechar la situación en el campo de batalla para ayudar a lograr eventualmente un acuerdo de paz aceptable. Putin parece feliz de continuar un conflicto de baja intensidad que gradualmente —espera— agote la voluntad de Occidente de seguir enviando miles de millones de dólares en ayuda a Ucrania.
Zelenskyy se queja de que tiene las manos atadas: Declaró en la cumbre de la OTAN en julio que Ucrania no puede ganar la guerra a menos que Estados Unidos elimine los límites al uso de sus armas para atacar objetivos en Rusia.
En el trasfondo están las elecciones estadounidenses de noviembre, que podrían cambiar el destino para ambos bandos, y en otoño, una posible segunda reunión diplomática internacional para poner fin a la guerra en la que —a diferencia de la última vez— Rusia podría tener un lugar en la mesa.
El punto muerto en el frente, los acontecimientos políticos internacionales, la posibilidad de una escalada de la guerra en Oriente Medio y la incertidumbre sobre el futuro nivel de apoyo de Occidente a Ucrania insinúan un camino a seguir, dice Kupchan.
“Creo que nos encaminamos hacia algún tipo de esfuerzo diplomático sostenido” para poner fin a la guerra, manifestó.
Pero Boulegue, de Chatham House, opina que la guerra aún no ha llegado a una encrucijada:
“Mientras ambas partes tengan cosas que lanzarse mutuamente, seguirán haciéndolo”, sostuvo.
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Hatton reportó desde Lisboa, Portugal.