Condenan a 28 años de cárcel a un hombre británico “obsesionado” que asesinó a la pareja de su exnovia
Condenaron a Kaydon Prior y Jason Curtis a un mínimo de 28 y 22 años de cárcel respectivamente, por el asesinato de Harrison Tomkins
Un novio celoso británico recibió una pena de 28 años de prisión por haber apuñalado hasta la muerte a la pareja de su exnovia. El ataque se produjo en el momento en que la víctima indefensa estaba echada en la cama.
Kaydon Prior (23 años) acuchilló repetidamente a Harrison Tomkins (25 años) con una navaja de caza y luego golpeó a su expareja, Alicia Parrin.
Prior y su cómplice, Jason Curtis, fueron condenados a un mínimo de 28 y 22 años de cárcel, respectivamente, por llevar a cabo el ataque atroz.
Durante el juicio, Parrin declaró al tribunal que nunca superaría el trauma de haber atestiguado el asesinato de Tomkins. Según ella, Prior probablemente disfrute el dolor que ha sembrado, aun a sabiendas de que “ha destrozado” la vida de su exnovia.
Durante el juicio, los jurados escucharon que Parrin y Prior habían mantenido una relación en la que él se había mostrado “celoso y controlador”, y había amenazado con matarla si alguna vez ella llegara a salir con alguien más.
En julio de 2023, ella alquiló su propio apartamento para escaparse de Prior, pero él se negó a creer que la relación había terminado.
El 13 de agosto del año pasado, Prior salió en Londres con su amigo Jason Curtis para festejar el cumpleaños de éste. Regresaron a Crawley (una ciudad al sur de Londres) hacia la 1:30 de la madrugada.
Durante el viaje, descubrieron que la exnovia de Prior se encontraba con Tomkins y decidieron buscarla. Fueron vistos en las imágenes de las cámaras de seguridad fuera de un bar local alrededor de las 3 a. m.
A continuación, los dos amigos tomaron un taxi hasta el apartamento de Parrin y lograron entrar en el edificio.
Luego, con la intención ya de llevar a cabo el ataque, Prior volvió a su domicilio en taxi para buscar la llave del apartamento de su exnovia, mientras Curtis se quedaba vigilando.
A las 5.30 a. m., los dos irrumpieron en el apartamento y apuñalaron varias veces al indefenso socorrista.
Según los informes, después del ataque, Prior dejó caer el cuchillo en el dormitorio, golpeó a Parrin y salió del edificio donde se reunió con Curtis. Al parecer, Prior le gritó a Curtis que quemara su ropa mientras escapaban.
La policía detuvo a Prior en su domicilio. Encontraron a Curtis escondido en unos arbustos cercanos. Cuando Curtis fue detenido, preguntó a los agentes: “¿Quién ha sido asesinado? Yo salí ayer para festejar mi cumpleaños”.
El juez Jeremy Gold declaró que Curtis se hizo “cómplice” de este “espantoso crimen”, al ayudarle a Prior a planear el ataque.
Según el expediente judicial, Parrin envió el siguiente mensaje a Prior el día antes del asesinato: “Vete a la m****a y no vuelvas a contactar conmigo”. Sin embargo, al parecer, él seguía creyendo que tenían una relación.
Parrin y Tomkins trabajaban juntos en un centro deportivo y había algo de flirteo entre los dos durante algunas semanas. El 12 de agosto, decidieron reunirse en la despedida de un compañero de trabajo.
Esa noche, Ella Standford, una amiga que tenían en común, los vio en un pub y luego en un club. Ella envió un mensaje a Curtis en Snapchat para avisarle que Parrin había salido con amigos.
Curtis respondió: “Kaydon dice que estemos de ojo en lo que hace”.
Prior, por su parte, recibió un video en que se veía a Parrin besando a un hombre en un club y le envió un mensaje al respecto: “Dejar que los chicos te besen está mal... sabes que estoy al tanto de todo lo que haces”.
En el juicio, Prior afirmó que había ido al apartamento de Parrin porque quería hacer las paces antes de ir a dormir. Según su versión de los hechos, estalló una pelea entre él y Tomkins y ambos llegaron a agarrar un cuchillo.
Sin embargo, según Parrin, Prior instigó el ataque. Ella afirmó que solo se dio cuenta qué estaba pasando cuando empezó a ver sangre por todas partes.
Relató: “Solía utilizar el sueño como una forma de escapar de las situaciones que me daban miedo. Pero ahora, en cuanto cierro los ojos, le veo entrar en mi habitación y volver a hacer lo impensable”.
A pesar de negar los cargos de asesinato, ambos agresores fueron declarados culpables tras un juicio de cuatro semanas.
Al leer el veredicto, el juez Gold sentenció: “Se trata de un asesinato meticulosamente planeado y ejecutado. Ninguno de los dos conocía a la víctima. No hubo motivos claros ni para herir ni matar a esa persona inocente. Kaydon Prior, este brutal homicidio se produjo a raíz de tu obsesión morbosa con Alicia Parrin. Al parecer, ella no aguantaba más tu conducta cada vez más coercitiva y controladora durante las últimas semanas de la relación”.
A continuación, agregó: “Ella te dejó claro que ya no soportaba tu acoso constante. Ni pudiste, ni quisiste aceptarlo”.
La familia de Tomkins dijo en un comunicado: “Harrison era inocente en todo esto. Lo atacaron de la nada mientras él estaba echado en la cama y luego lo mataron. No pudo defenderse. Conocíamos bien a nuestro hijo y él nunca tuvo contacto con ese tipo de personas. Estaba completamente ajeno a la violencia. Éramos una familia increíble; contenta, cariñosa, solidaria y protectora. En agosto del año pasado, nuestra familia quedó destruida. Ese fatídico día, no pude proteger a mi hijo. Harrison, nuestro primogénito y hermano de sus dos adoradas hermanas, era sencillamente el mejor. Veía lo mejor en todas las personas que conocía. Amaba la vida. Jamás se podrá justificar esta pérdida sin sentido”.
Elliott Lander, agente de la División Homicidios de la policía local, declaró lo siguiente: “Es un alivio que hoy hayamos podido obtener la justicia que Harrison se merece. Nunca llegué a conocer a Harrison, pero he aprendido mucho sobre él y he visto lo mucho que le querían todos los que le conocían. Harrison fue asesinado en un ataque despiadado del que no pudo defenderse. Prior y Curtis tendrán que vivir ahora, como corresponde, con las demoledoras consecuencias de sus actos y pasarán un periodo considerable de sus vidas en la cárcel. En nombre de Harrison y de toda su familia y amigos, me gustaría agradecer a quienes se presentaron y apoyaron nuestra investigación”.
Traducción de Anna McDonnell