Pianista ciego de India se "transporta a otra dimensión" con la música
Takosangba Pongen pudo ver por 14 años. Los siguientes 13 años ha estado ciego. Pero cuando está frente a un piano, nadie puede notarlo.
“Tocar el piano me transporta a otra dimensión. Después de perder la visión, la música ha sido una de las cosas que me ha mantenido con vida. Abrió una ventana para ver el mundo. Me da energía y esperanza para seguir adelante”, dijo.
El domingo por la noche, actuó ante una multitud en el Festival de Piano Brillante en Bengaluru, la capital del estado de Karnataka, en el sur de la India.
Pongen, de 27 años, toca de oído. Es autodidacta, con la ayuda de tutoriales de YouTube que comenzó en 2020. Dijo que le gustaría ser músico profesional algún día, pero que encontrar un instituto que enseñe a los discapacitados visuales ha sido un desafío.
La primera vez que notó problemas con su vista fue cuando no podía leer lo que su maestra escribía en la pizarra. Luego recuerda que tenía dificultades para ver canicas pequeñas mientras jugaba con sus hermanos. Una cirugía empeoró el problema. A los 14 años ya estaba ciego.
“A veces desearía poder ver. Pero después de todos estos años, he aceptado mi destino como el plan de Dios para mí. Quiere usarme como una herramienta para inspirar y motivar a otros. Si un ciego puede hacerlo, ¿por qué no pueden hacerlo otros que son plenamente capaces?”, dijo.
El festival Brillante se originó en la pequeña ciudad montañosa de Kohima, en el estado de Nagaland, en el noreste de la India, no lejos de donde estudia Pongen. Los organizadores del festival dijeron que “creen en el poder transformador de la música como agente de desarrollo social”. Pongen es parte de su programa “Músicos especialmente capacitados”.
Tocó el Nocturno en si bemol menor de Frederic Chopin. Es una pieza inspirada en la noche. Pongen dijo que el compositor del s. XIX es su artista clásico favorito y que también espera tocar jazz moderno y fusión algún día.
“Me encanta la música que es expresiva y emotiva”, dijo.
Pongen había viajado más de 3.000 kilómetros (1.800 millas) hasta Bengaluru con su bastón blanco y su hermana a su lado para tocar en la quinta edición de Brillante. Su corazón se aceleró, dijo, cuando el director del festival, Khyochano TCK, le presentó a los otros músicos.
El nerviosismo volvió a aparecer cuando llegó su momento de actuar. Respiró hondo. Su hermana Imlibenla lo guio suavemente al escenario y lo sentó frente a un piano de cola. A partir de ahí todo fue en ascenso.