Un millón de personas acude a la misa del papa en Congo
En torno a un millón de congoleños acuden con entusiasmo al principal aeropuerto de la capital para la primera gran misa del papa Francisco en África, en un día dedicado a su petición de paz y perdón en un país marcado por décadas de violencia
En torno a un millón de congoleños acudieron con entusiasmo el miércoles al principal aeropuerto de la capital para la primera gran misa del papa Francisco en África, en un día dedicado a su petición de paz y perdón en un país marcado por décadas de violencia.
Muchos de los congoleños pasaron la noche en los amplios terrenos del aeropuerto Ndolo de Kinsasa y pasaron las horas previas a la llegada de Francisco entre canciones, bailes y expectación por la primera visita papal al país, de abrumadora mayoría cristiana, desde el último viaje de San Juan Pablo II en 1985.
La gente recibió con grandes vítores a Francisco, que hizo un lento recorrido por el lugar en su papamóvil descubierto. Algunos corrieron junto al vehículo u ondeaban banderas. Muchas de las mujeres vestían faldas y vestidos de pagne, una tela con estampado de cera, con símbolos religiosos o la imagen del papa.
“Hoy comprendo el entusiasmo de mi abuela cuando vino el papa Juan Pablo II”, dijo Julie Mbuyi, de 45 años y madre de dos hijos, que llevaba un atuendo con la imagen de Francisco. “Estaba muy emocionada de verle, ¡y la noche anterior no pudo pegar ojo!”.
La misa de la mañana era el primer gran acto de Francisco en República Democrática del Congo tras su llegada el martes. En su discurso inicial ante autoridades del gobierno condenó el saqueo centenario de minerales y riquezas naturales de África por parte de potencias extranjeras.
Más tarde el martes, el papa tenía previsto reunirse con víctimas de la violencia en el este del país, donde grupos rebeldes han intensificado sus ataques en el último año en un intento de ampliar su territorio.
Francisco había previsto en principio visitar la capital provincial de Kivu del Norte, Goma, pero tuvo que cancelar el viaje por combates que han obligado a unos 5,7 millones de personas a abandonar sus hogares, agravando una crisis humanitaria en un país donde 26,4 millones de personas ya pasaban hambre, según el Programa Mundial de Alimentos.
“Cuando supe que el papa Francisco ya no iba a venir a nuestra provincia de Kivu del Norte, mi esposo y yo decidimos hacer todo el camino a Kinsasa para verle y escucharle”, dijo Jeanne Kahota, mientras esperaba a que comenzara la misa. Dijo que tenía edad suficiente para recortar la visita de Juan Pablo II, pero que no había podido seguirla de cerca.
“Por eso nos dijimos que esta clase de cita no ocurre todos los días. Es excepcional, y no queríamos volver a perdérnosla”, añadió.
Los combates en el este de Congo, que tiene más de 120 grupos armados, persisten desde hace años, aunque se incrementaron a finales de 2021 con la reaparición del grupo M23, que apenas había operado durante casi una década. Los rebeldes han tomado territorios y están acusados por Naciones Unidas y grupos de derechos de cometer atrocidades contra los civiles.
Francisco condenó la violencia el martes y tenía previsto reiterar su petición de paz durante su reunión con víctimas del conflicto. El evento incluiría una petición general de que las víctimas perdonaran a sus agresores, según organizadores del vaticano.
El Vaticano dijo que según los organizadores locales, un millón de personas habían acudido a la misa. El terreno del aeropuerto tenía capacidad para 1,5 millones de personas y no estaba lleno para cuando comenzó la ceremonia.
Entre los fieles estaba Clément L’onde, que viajó desde Kinsatu, una localidad en la provincia de Kongo Central, a más de 150 kilómetros de Kinsasa. Tenía previsto asistir a todos los actos de Francisco.
“A mis hijos y a los niños que se quedaron en mi ciudad les llevaré el mensaje del santo padre, el mensaje de paz y reconciliación”, dijo.
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