Considera por qué la familia de Bob Saget podría querer bloquear el acceso a los registros de su autopsia
La curiosidad y tristeza tras la muerte del comediante son naturales, pero nuestro entorno político actual no se presta a matices
La familia de Bob Saget presentó una demanda para mantener en privado algunos detalles de su autopsia. El actor de 65 años fue hallado muerto en su habitación de hotel en Orlando, Florida, el mes pasado. La oficina del médico forense determinó que la causa de la muerte fue una herida accidental en la cabeza. Pero lo repentino de la muerte y la polarización en torno al covid-19 han provocado una proliferación de teorías de conspiración sobre la muerte de Saget.
Las celebridades son figuras públicas, y el público tiene interés y hasta cierto derecho a conocer las causas y circunstancias de la muerte de las figuras públicas. El problema es que, en algunos casos, ciertos sectores del público realmente no quieren saber las causas y circunstancias; quieren escuchar una historia emocionante o interesante o al menos coherente, que les proporcione una sensación de cierre narrativo. A menudo, también quieren culpar a los villanos. A menos que los medios de comunicación sean cuidadosos, la búsqueda de la verdad puede convertirse en una búsqueda de lo opuesto a la verdad, con dolorosas consecuencias para la familia y los seres queridos.
Existen algunas incertidumbres legítimas sobre la muerte de Saget. Sus heridas parecían más graves de lo que cabría esperar en una caída típica. Hay varias explicaciones plausibles y no sensacionalistas para eso. Pero dado que estaba solo en el momento de su muerte, es posible que nunca sepamos cuál de ellas es la verdadera. A pesar de lo que la televisión nos hace imaginarnos sobre los procedimientos policiales, los forenses no son mágicos y no pueden recrear escenas de muerte en alta definición para verlas en momentos de ocio.
La incertidumbre habitual en torno a una muerte sin testigos deja mucho espacio para la especulación irresponsable. Algunas personas han argumentado que la muerte de Saget fue el resultado de algún tipo de agresión. Una prueba positiva confirmó que Saget tenía covid-19 en el momento de su muerte, y eso llevó a algunos a afirmar que la enfermedad tuvo algo que ver en su muerte, aunque no hay evidencia de que así fuera.
Las conspiraciones en torno a las muertes violentas e inesperadas de personajes famosos no son nada nuevo. Vince Foster, consejero adjunto de la Casa Blanca, quien se suicidó en 1993, ha sido objeto de teorías de conspiración durante décadas. La derecha afirma falsamente (sin pruebas) que Bill y Hillary Clinton fueron los responsables de su muerte. Del mismo modo, la muerte de la estrella de la NBA Kobe Bryant en un accidente de helicóptero privado en enero de 2020 provocó una gran cantidad de teorías de conspiración, incluidas (nuevamente) la afirmación sin sentido de que Hillary Clinton estuvo detrás del accidente y especulaciones más generales de que fue planeado u orquestado.
En parte, las teorías de conspiración son una forma en que las personas intentan que la muerte tenga sentido. La muerte, tristemente, no tiene sentido. Puede, y lo hace finalmente, llegarnos a todos, a menudo de formas inesperadas que no tienen un arco narrativo satisfactorio.
Entonces, cuando un querido actor se cae en una habitación de hotel y muere sin ningún otro motivo, resulta inquietante y molesto. Las personas intentan crear una historia a su alrededor en parte porque no quieren sentirse vulnerables y en parte porque las historias insatisfactorias son insatisfactorias, y la gente quiere escribir un final mejor.
Sin embargo, las teorías de conspiración también son difundidas con malevolencia deliberada por personas que esperan obtener atención o poder político. Los republicanos en particular han adoptado los mensajes contra el sistema como una forma de energizar a los votantes, tal y como lo analizan Amy Fried y Douglas B. Harris en su libro reciente At War With Government: How Conservatives Weaponized Distrust from Goldwater to Trump. Las muertes de celebridades son una oportunidad para atacar a los principales medios de comunicación y promover puntos de conversación conservadores. En ese sentido, la analista Candace Owens favoreció a los antivacunas de derecha cuando afirmó de manera imprudente y absurda, sin evidencia, que la muerte de Saget fue de alguna manera el resultado de la vacuna contra el covid-19.
A veces, la transparencia y la franqueza pueden ayudar a disipar las teorías de conspiración. Pero a menudo no pueden. La realidad siempre es al menos parcialmente incierta, y siempre hay lugar para la sospecha cuando quieres sospechar. Nuevamente, esto aplica especialmente cuando los analistas políticos y las organizaciones de noticias, sobre todo los de derecha, tienen un modelo de negocios que se basa en teorías de conspiración y ven cada muerte de una celebridad como una oportunidad potencial para enriquecerse y ganar poder.
A muchos de nosotros, y especialmente a los periodistas, nos gusta creer que una mayor cantidad de información siempre generará más comprensión y más acceso a la verdad. Si quieres que la gente deje de creer cosas falsas, publica más información para que puedan ver la verdad. Sin embargo, las teorías de conspiración son notoriamente difíciles de desacreditar. Son “sistemas de creencias que se refuerzan a sí mismos”, según el psicólogo Ben Radford. Una vez que alguien se convierte en creyente, tiende a reforzar sus creencias cuando se enfrenta a una oposición.
En este contexto, tiene sentido que la familia de Saget intente restringir la publicación de las fotografías de la autopsia. Saben que esas imágenes serán recogidas por conspiranoicos y que circularán cruelmente en las redes sociales, y posiblemente también en sitios de derecha al lado de especulaciones crueles e irresponsables. La familia se merece algo mejor y, francamente, el público también.