El Kanye West que yo idolatraba estaría avergonzado de ver en lo que se ha convertido
Cuando leo las publicaciones caóticas de Ye en Instagram sobre su divorcio y sus batallas con la paternidad, siento algo de empatía. Pero sobre todo, como un hombre negro de 35 años, ahora me doy cuenta de que él se convirtió en todo contra lo que nos advirtió a mí y a mis amigos
Como era de esperar, Kanye West vuelve a estar en las noticias. Recientemente, no solo etiquetó a todos los miembros de la familia Kardashian-Jenner, sino también a Jeff Bezos, Barack Obama y Kamala Harris en una serie de publicaciones de Instagram que ya fueron eliminadas. ¿Por qué incluir a estas personas en una publicación de Instagram sobre una pelea con tu ex y sobre cómo supuestamente no te dieron la dirección de la fiesta de cumpleaños de tu hija? No sé. Pero recuerdo cuando Kanye era rapero. Eso es algo que echo mucho de menos. No puedes culpar a Kim por todo, Ye.
Mi primer acercamiento a Kanye Omari West fue el 10 de febrero de 2004, con el debut de su álbum The College Dropout. Fue un fenómeno cultural y lírico. Mis amigos pasaron de usar FUBU a polos, de pantalones holgados a caqui, en la misma semana en la que salió el álbum. Usábamos mochilas diminutas de Scooby Doo y relojes demasiado brillantes como para apuntar directamente al sol. Algunos de nosotros incluso comenzamos a llevar pulseras y relojes más grandes que los de Flavor Flav.
Me trataron diferente, de una manera un poco más igualitaria. Claro, las cosas finalmente volvieron a la normalidad: el acoso policial, la intolerancia, el “encajar en el perfil” de los que siempre escuchas, pero durante ese breve instante de mi vida como negro, nací de nuevo, como un ave fénix oscura que se eleva con su par de tenis Hilfiger y su ropa interior Calvin Klein.
Recuerdo haber agradecido a Dios por este faro de luz de piel oscura que se oponía a los estereotipos, que era el tipo que se vestía como si fuera un ejecutivo de A&R (el departamento de nuevos talentos de las disqueras) pero rapeaba como un MC, y hablaba como si solo visitara el barrio cada dos Navidades. Su trabajo no solo fue revolucionario en sí mismo: fue influencia para tantos (buenos) raperos, incluidos Chance the Rapper, Childish Gambino y Kendrick Lamar. La palabra “genio” debería usarse al menos una vez en cualquier artículo sobre él. Paul McCartney dijo una vez sobre Kanye: “La gente dice que es excéntrico, con lo que tienes que estar de acuerdo, pero es un monstruo, sí... Me inspira”. Ye tiene varios álbumes ya almacenados en las listas de Rolling Stone de los mejores de todos los tiempos, lo cual no es poca cosa. Este era mi ídolo.
En 2005, yo estaba en la Marina y las noticias se trataban de la mala respuesta de George W. Bush ante el huracán Katrina. La reacción improvisada de Kanye a ese fracaso político durante “A Concert For Hurricane Relief” de NBC fue uno de los aspectos más destacados de mi carrera naval. ¿La acusación de que a “George Bush no le importan los negros”, acompañada de la muestra total de incredulidad de Mike Meyers antes de que la cámara cambiara a un Chris Tucker igualmente sorprendido? Ojalá hubiera podido sacar una bolsa de palomitas de maíz. Ninguno de mis compañeros de barco quería estar allí, luchando en el extranjero por la “libertad”, escuchando sobre la muerte de nuestros compañeros de servicio a causa de alguna orden que hizo Bush. Como alguien que tenía que entregar los mensajes de la Cruz Roja para informar a mis compañeros de barco que habían perdido a miembros de su familia debido al huracán Katrina, amaba a Kanye por su disposición a usar una plataforma tan masiva para condenar al hombre que nos había impedido ayudar durante el desastre.
Pero casi todos los años desde 2004, se me hace más difícil estar de acuerdo con Kanye West. Tengo que preguntarme qué significa para él hoy la letra de “All Falls Down”: “Digo que se j*da la policía / así es como los trato. Compramos nuestra salida de la cárcel/ Pero no podemos comprar la libertad. Compraremos mucha ropa/ Cuando realmente no la necesitemos/ Cosas que compramos para cubrir lo que hay dentro/ Porque nos hacen odiarnos a nosotros mismos/ y amar su riqueza”. ¿Cómo pasas de eso a ser un vocero de Donald Trump, el mismo hombre que fue demandado por el Departamento de Justicia debido a discriminación en la vivienda? ¿El mismo tipo que a menudo elude las investigaciones policiales gracias a su riqueza, ya sea real o imaginaria? Y ahora Ye es amigo de la siempre leal a Trump, Candace Owens, supongo. Es difícil entender cómo sucedió todo esto.
Kanye pronuncia un largo monólogo después de “Last Call”, la canción final de Dropout, en el que acusa de maltrato a los representantes y ejecutivos de A&R durante su carrera temprana, incluido el hecho de que no le pagaran por su trabajo o le pagaran muy poco. Sin embargo, el año pasado, se presentó una demanda colectiva en su contra por maltrato en la que 1.000 de sus empleados le exigen una suma de US$30 millones. Los demandantes alegaron que West no les dio descansos, salarios ni condiciones de trabajo adecuados. Actualmente se encuentra en conversaciones para llegar a un acuerdo, con una fecha de mediación fijada para abril.
Sin embargo, en muchos sentidos, Ye sigue siendo mi ídolo. Respeto su trabajo y algunas de las obras que ha hecho por la comunidad negra, como la donación de casi 4.000 obsequios a una colecta de juguetes en Chicago. Como un niño de Chicago que creció en Robert Taylor Home Projects, me alegra el corazón ver que les sucede algo bueno a niños y niñas que crecen en circunstancias similares. Y respeto la voluntad de Ye de hablar sobre sus problemas de salud mental. La gente puede juzgarlo por sus diatribas muy públicas y su comportamiento errático. Como alguien con mis propios problemas de salud mental, puedo confirmar que ser prisionero de tu propia mente es una sentencia que nadie merece. Sin embargo, la enfermedad mental no absuelve a uno de la responsabilidad por sus acciones.
En otra publicación reciente de Instagram que también fue eliminada, West dio una conmovedora razón de su comportamiento: “MI PAPÁ NO TENÍA DINERO NI VOZ PÚBLICA CUANDO MI MAMÁ ME DESTRUYÓ A MÍ Y A SU RELACIÓN”. Continuó afirmando que sus arrebatos y publicaciones públicas se hacen por temor a que lo dejen fuera de la vida de sus hijos. Como hombre negro, eso me golpea bastante fuerte. Tuve a mis dos padres, pero demasiadas familias negras solo tienen a uno de los padres, y esa podría ser una razón para tener un poco de empatía por el hermano. Simplemente muestra que, incluso si eres rico, no puedes dejar de ser una estadística.
Sin embargo, la verdad sigue siendo que el maltrato de Kanye hacia los demás, sus círculos políticos y sus efectos en la identidad negra me hacen pensar. ¿Cómo afectan sus respuestas negativas ante la justicia social a los niños y niñas de color cuyos principales modelos a seguir provienen de la radio y la televisión?
Durante años, he escuchado que la música de Kanye se vuelve más frenética, inconexa... caótica. My Beautiful Dark Twisted Fantasy es, con mucho, su mejor trabajo hasta la fecha. Sin embargo, después de 2010, la calidad de su música disminuyó notablemente y continúa depreciándose. Si le permites explicarlo, probablemente culpará a Kim por sus aciertos y desaciertos. Eso claramente no es del todo justo.
Soy afortunado de que la música positiva y la influencia con la que crecí gracias a Kanye me dejaran un sentimiento de orgullo. Por desgracia, solo puedo recordarlo en retrospectiva. Las palabras de West fueron fuente de empoderamiento para personas como yo; ahora, parecen promesas vacías, una burla de todo lo que alguna vez representó. Como hombre negro de 35 años, ahora me doy cuenta de que se convirtió en todo contra lo que nos advirtió a mí y a mis amigos. The College Dropout se siente distinto ahora, porque creo que Kanye estaría avergonzado de lo que Kanye terminó siendo. Y creo que a mí me hubiera ido peor si hubiera conocido a este Kanye hace 18 años.